Los venezolanos hacen filas con buen humor

Los venezolanos hacen filas con buen humor

01 Diciembre 2013

Andrew Cawthorne - Agencia Reuters

Domingo por la mañana. El sol apenas despunta y las filas delante de un supermercado estatal junto a un barrio humilde de Caracas ya son enormes. Se rumorea que llegó leche y la expectativa se palpa entre los cientos de amas da casa, de jubilados y de adolescentes frente al supermercado Bicentenario. Cuando los guardias de seguridad abren las puertas, los clientes se emocionan al encontrar estantes repletos de la codiciada leche. Pero papel higiénico, no hay. Resignados a las tediosas esperas para pagar cuentas de luz o para renovar el carnet de identidad, este año los venezolanos comenzaron a enfrentar también largas filas para comprar alimentos, ropa, electrodomésticos y otros artículos cotidianos.

"Lo peor es el sol", comentó el jubilado Hernán Torres, de 68 años, quien se protegía con un paraguas. "Supongo que hasta puede ser divertida si todo el mundo esta conversando y contando chistes. A veces la gente se pone como caballo desbocado y las cosas pueden tornar feo. No es fácil", añadió. Para los críticos del Gobierno, las filas son un humillante nuevo símbolo del fracaso económico del socialismo venezolano parecido, dicen, a lo que ocurre en Cuba. Pero el presidente, Nicolás Maduro, afirma que la escasez es causada por empresarios inmorales que acaparan productos. Eso, según el mandatario, es exacerbado por el "consumismo" de los venezolanos. "Llamo a todo el mundo a ahorrar, a moderar el consumo", expresó este mes en un llamado a la población.

Los partidarios de Maduro dicen que el aumento de las filas en las últimas tres semanas, no sólo para comprar comida, sino también televisores de pantalla plana, ropa deportiva importada y otros artículos que no son de primera necesidad, demuestra la popularidad de sus planes para abatir los precios a la fuerza. Con la inflación en un 54% anual en octubre, Maduro despachó soldados, inspectores y funcionarios a las tiendas para obligar a las minoristas a bajar sus precios. Según el presidente, eso creará una inflación negativa. Sus oponentes advierten que eso inhibirá los negocios y empeorará la escasez de productos.

La llamada "ofensiva económica" de Maduro llega justo antes de las elecciones del 8 de diciembre, la primera gran prueba de su fortaleza política desde que ganó por estrecho margen en abril los comicios presidenciales para reemplazar a su mentor, el fallecido Hugo Chávez. "Había que bajar los precios. Eso sí era bueno. El problema ahora son las compras compulsivas", señaló Héctor García, de 32 años, un empleado de un estacionamiento que llegó a una tienda de Nike a las 4 de la madrugada para ser el primero en la fila cuando el comercio abriera sus puertas seis horas después.

El fenómeno de las filas se arraigó tanto en Venezuela, que los psicólogos ofrecen consejos. "Deje sus tacones altos en casa pero llévese un buen libro", recomienda uno de los expertos, y advierte que el comportamiento en la fila reflejará, para bien o mal, la esencia de su personalidad. El principal sitio web satírico del país, Chiguire Bipolar, ironizó con historias surrealistas de filas que terminaban por unirse en un círculo o una mujer que "hizo una cola para que la dejaran hacer cola para guardar un puesto en una cola". "El país es una inmensa cola a la búsqueda de cualquier mercancía", escribió el sociólogo Tulio Hernández, en el diario opositor "El Nacional", y añadió que el símbolo del socialismo venezolano no era el "hombre de hierro" como en Rusia o en Cuba, sino una persona extenuada con un rollo de papel higiénico en una mano y un televisor de pantalla plana en la otra.

Publicidad
Comentarios