"Esto es una persecución", dijo el defensor de Benedicto
Comenzaron ayer los alegatos de las defensas de los imputados; familiares de desaparecidos abandonaron la sala en la exposición de Jorrat . La abogada Jorrat, representante de un ex policía, tildó de "asesinos" a parte de las víctimas del juicio. "Hubo una guerra".
"Es un calvario. No tenemos (por su familia) nada que ver con estas dos facciones; ni con los militares ni con los señores que querían hacer un mundo mejor". El abogado Luis Benedicto Fernández fue el primer defensor que presentó sus alegatos ante el Tribunal Oral Federal (TOF) en el juicio por la megacausa "Arsenales II-Jefatura II". Afirmó ayer que su hermano, el escribano Juan Carlos Benedicto, es inocente.
El imputado, que estuvo prófugo en Paraguay durante seis meses, es uno de los cuatro civiles que están siendo juzgados en el proceso. La Fiscalía lo acusó como presunto miembro de una de las "patotas" encargadas de secuestros y torturas de detenidos, sobre todo, en el centro clandestino conocido como "El Reformatorio". Le adjudicaron los delitos de presuntas asociación ilícita, tormentos y homicidio (el de Gustavo Fochi).
El letrado se expresó en contra de la imprescriptibilidad de los delitos y consideró que su familiar sufre de una "persecución". "La Fiscalía y las querellas crearon una realidad que presentaron al Tribunal. Las acusaciones no existen", se quejó. Benedicto Fernández repasó algunos testimonios y, según subrayó, antes de que el nombre de su hermano saliera en los medios ninguno de los deponentes lo había asociado con los apodos mencionados en las causas para identificar a quien habría integrado el grupo de tareas ("Juanca", "Conejo", "Benedicto" o "Escribano"). Inclusive, recordó que uno de los testigos brindó una descripción que no concordaría con las características físicas del acusado. Afirmó que su hermano tenía entonces 18 años y que aún no sabía qué carrera seguiría. "La vida de Juan Carlos Benedicto era ir al colegio de 8 a 24. Eso hacía cuando supuestamente ocurrían los allanamientos", manifestó.
En relación al caso Fochi, descartó que haya fallecido en "El Reformatorio". "Según algunos testigos habría sido llevado a 'La Escuelita' de Famaillá. No sé dónde está Fochi, pero no murió ahí", planteó.
"No son víctimas"
"¿Qué hubiese pasado si hubiesen triunfado la guerrilla, los subversivos, los delincuentes?". La letrada Julieta Jorrat comenzó su alegato con esa pregunta a los jueces. Calificó las acusaciones contra su cliente, el ex policía Javier Figueroa, como "injustas" y aseguró que no habría pruebas. Por hechos ocurridos en el centro clandestino de la ex Jefatura, la Fiscalía lo acusó de privación ilegítima de la libertad, torturas y homicidios, entre otros delitos.
La abogada vertió conceptos fortísimos. Familiares de desaparecidos decidieron abandonar la sala. Los parientes de imputados, en contraposición, la aplaudieron.
"No son víctimas las víctimas de este juicio. Eran asesinos que actuaban en las sombras. Estábamos en una guerra", manifestó. Luego, desarrolló un extenso contexto sobre la historia de Montoneros y del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo): "los grupos guerrilleros desataron la violencia armada". Complementó sus argumentos con una presentación de fotografías.
"No se hizo justicia por el asesinato del capitán Humberto Viola y su familia ni por el atentado contra el avión Hércules. Aquí se sentó Fermín Núñez, acusado del atentado, sin miedo. Porque los asesinos no tienen miedo. Estas lacras provocaron la muerte de inocentes. Sus jefes están en el exterior u ocupando cargos en el Gobierno. Ellos no fueron inocentes, fueron militantes. Habrá alguno quizás, pero muchos fueron asesinos, encubridores o instigadores", cuestionó. Además, cargó contra algunos de los testigos clave del proceso como Juan Martín o Juan Carlos Clemente. También criticó a la víctima Juan Manuel Carrizo: "era el jefe de la guerrilla. Es increíble que Figueroa esté sentado aquí por un asesino. Dicen que fue secuestrado cuando fue abatido... ¡semejante basura!". Jorrat también puso en duda el número de desaparecidos en el país: "hay que dejar de mentir, nunca existieron 30.000". "No lograron romper el principio de inocencia de mi cliente", concluyó.
Al cierre de esta edición alegaban las defensas del sacerdote José Mijalchyk y del ex militar Carlos Trucco.
Apuntese n la sala
Contra Brito y la prensa.- El abogado Luis Benedicto Fernández afirmó que en la etapa de instrucción el nombre de su hermano, el escribano Juan Carlos Benedicto, no había aparecido mencionado en los expedientes. "Recién aparece con el fiscal Carlos Brito. Que después se excusó, porque dijo que lo conocía. Querría preguntarle de dónde. Porque la relación no existe", puso en duda. El defensor también se quejó de la difusión que tuvo en la prensa el caso de su familiar: "cada vez que hablan de la megacausa está la foto de él".
"Ajeno a todo".- "Voy a declarar cuando corresponda. En cuanto a la acusación, niego todo. Soy ajeno al hecho", había manifestado Juan Carlos Benedicto al inicio del debate. En diciembre de 2010, Benedicto había estado en el penal de Villa Urquiza. Allí había sufrido una enfermedad y lo enviaron a su casa, con custodia de la Policía Federal, bajo el régimen de arresto domiciliario. Al parecer, habría tenido un problema de salud y había sido trasladado a un hospital, de donde se fugó el 7 de diciembre de 2011. En junio de 2012 fue descubierto y traído al país. Desde entonces volvió a la cárcel.
Civiles.- Es la primera vez que en Tucumán se juzga la supuesta participación de civiles en delitos de lesa humanidad. En este proceso oral están sospechados Benedicto, el sacerdote José Mijalchyk y el personal de inteligencia Guillermo López Guerrero. También la ex policía María Elena Guerra, quien es juzgada por una presunta usurpación de la vivienda de víctimas de secuestros y desapariciones.
Etapa final.- "Arsenales II-Jefatura II" es el sexto juicio por delitos de lesa humanidad que se sustancia en el TOF local. Es el primero que reúne las características de una megacausa: las víctimas suman 215 y los imputados, 41. Los jueces Carlos Jiménez Montilla, Gabriel Casas y Juan Carlos Reynaga escucharon ayer los primeros alegados de las defensas. Comenzaron las particulares y le seguirá el Ministerio Público de la Defensa.