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Las australianas abandonan el sintético en grupo, exhaustas y empapadas de transpiración, pero sonrientes por el cómodo 4-0 con el que vencieron a Corea en el primer amistoso preparatorio de la jornada. Entre ellas, dos heroínas de color violeta: las arqueras Rachael Lynch y Ashlee Welsh, obligadas a soportar la humedad y el intenso calor dentro de sus enormes armaduras de protección. Sin embargo, no parecen hacerse demasiado problema.
"Es que nosotras ya estamos acostumbradas a usar todo esto encima. En Perth, donde entrenamos, hace un calor bastante similar al de aquí. Por eso no nos costó acostumbrarnos", aseguró Lynch, y reveló que el hotel Amerian les facilitó una habitación especial para sus aparatosos uniformes.
Entusiasmada por el rendimiento de las "Hockeyroos" frente al equipo asiático, Lynch sostuvo que "nos sentimos muy bien dentro de la cancha. Por suerte hicimos un buen partido y pudimos marcar cuatro goles. Aunque lo más importante, por lo menos para mí, es que no nos hicieron ninguno", destacó la rubia, que alternó el custodio del arco con Welsh.
Superado el breve período de adaptación a los horarios, las océanicas le han tomado el gusto a la provincia. "Nos encanta Tucumán, todo el mundo nos trata super bien, en el hotel o donde sea que vamos. La gente es muy amable aquí", ponderó Rachel, sin jamás dejar de sonreír. "Por ahora sólo nos concentramos en el entrenamiento. Faltan pocos días para que empiece el torneo, así que estoy algo ansiosa", confesó la jugadora antes de unirse al resto del equipo.
Por el lado de Corea, no hubo mucho para celebrar. Más allá de la contundente derrota, hubo molestia por la presencia y el ruido de los obreros trabajando en las estructuras de hierro que cubren la tribuna principal. Para colmo, durante el primer tiempo, la jugadora Kim Jong Eun se dobló el tobillo y debió ser asistida por el cuerpo médico.