Es una cuestión histórica ya. Atlético sufre más con los denominados equipos chicos que con aquellos cuyo segundo apellido es Candidato. Esa es la verdad, porque explicar cómo se consumó esta derrota inesperada no será un verdadero drama. Lo que sí puede denominarse tragedia es la acción previa al 1-0 final de la "fragata". El dramón formó parte de una película que arrancó junto al partido.
Amo y señor del Monumental, el "decano" intentó llevarse por delante a un Almirante Brown anclado en sus intenciones de empate y bien cercado por sus laterales y centrales. Romper la defensa de la visita fue un tema recurrente y fastidioso. Al haber menor estatura entre las partes, al local no le convenía jugársela por arriba. No era y no fue negocio pese a que Barrado haya encontrado con la cabeza una linda pelota que se fue pegadita al palo derecho de Cacace. Mereció mejor suerte esta jugada, como quizás también lo merecieron tres acciones claves en el partido.
Dos de Grahl. En una pinchó la pelota hasta la última bandeja de la platea de la Bolivia estando a dos metros del arco con un Lucchetti desesperado en el piso. Y en otra recibió también solito, pero giró mal y disparó afuera. La tercera cayó en la mochila de Nadaya, que dejó escapar en el complemento el 1-0 parcial culpa de que Lucchetti le salió rápido y al vuelo a cortar su intención. Esos movimientos junto con una chilena enormemente tapada de Cacace a "Pulguita" integran la lista de opciones de gol.
Falta la increíble, la imposible. Estando solo parado sobre el vértice del área chica izquierda de Cacace, Lenci recibió un buscapié a media altura que solo debía empujar hacia un arco sin dueño. Quiso, pero no pudo; le pifió a la bocha, cuyo curso a la red tampoco pudo ser corregido por Rodríguez. Llegó nuevamente el cuero a un Lenci efusivo por su tanto, en off side.
Y sobre el cierre vino un rechazo largo, un amague con bajada de balón en la mano de Ceballos y su tiro amortiguado en Malagueño y convertido en globo, imposible para Lucchetti. Fue un 1-0 tan doloroso como el 2-2 con San Carlos.
Lo bueno
Si bien Atlético equivocó los caminos, siempre estuvo dispuesto para el ataque. No fue el día de su batallón ofensivo. Le faltó un socio a Acosta.
Lo malo
Estando 0-0 el partido, Bazán le pegó un codazo evidente a Marrone. Podría haberle costado la roja. Lo de Canever volvió a ser deficiente. Hasta cuando perdía pelotas no las luchaba.