25 Noviembre 2013
REUTERS
Ayer concluyó el Año de la Fe y como cierre el papa Francisco decidió mostrarle al mundo el cofre de cobre en el que se conservan las reliquias del primer papa de la Iglesia Católica, San Pedro.
Después del Angelus y durante la oración del Credo sostuvo con firmeza el relicario, con gesto solemne y serio. La plaza del Vaticano estaba repleta, pese al frío y la amenaza de lluvia. En el cofre está grabada la inscripción: "Ex ossibus quae in Arcibasilicae Vaticanae hypogeo inventa Beati Petri Apostoli esse putantur" ("Los huesos hallados en el hipogeo de la Basílica vaticana que se considera que son del beato Pedro Apóstol"). Nunca un Papa quiso reconocer abiertamente que esos son los restos de San Pedro. Todavía algunos arqueólogos dudan de que hayan pertenecido al mártir que fue crucificado cabeza abajo en los años 64-70. Sin embargo, hace milenios que los fieles le rezan con fervor.
Después del Angelus y durante la oración del Credo sostuvo con firmeza el relicario, con gesto solemne y serio. La plaza del Vaticano estaba repleta, pese al frío y la amenaza de lluvia. En el cofre está grabada la inscripción: "Ex ossibus quae in Arcibasilicae Vaticanae hypogeo inventa Beati Petri Apostoli esse putantur" ("Los huesos hallados en el hipogeo de la Basílica vaticana que se considera que son del beato Pedro Apóstol"). Nunca un Papa quiso reconocer abiertamente que esos son los restos de San Pedro. Todavía algunos arqueólogos dudan de que hayan pertenecido al mártir que fue crucificado cabeza abajo en los años 64-70. Sin embargo, hace milenios que los fieles le rezan con fervor.
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