24 Noviembre 2013
VARSOVIA.- Los participantes en la Conferencia del Clima de la ONU alcanzaron ayer en Varsovia un vago acuerdo sobre una hoja de ruta, con la promesa de firmar en 2015 un acuerdo mundial general sobre el cambio climático en otra cumbre, esa vez en París.
Una vez más, se pospuso la decisión sobre el punto más importante: las obligaciones de las potencias mundiales relacionadas con las naciones emergentes, que abarque las compensaciones por las pérdidas y los daños causados en los países pobres. Una fuerte resistencia fue la de China, que no se quiere considerar como un gran productor de dióxido de carbono (CO2), pese a que cada chino emite tanto como cada europeo.
Apenas se lograron cerrar algunos acuerdos sobre financiamiento y protección de bosques, que contribuirá a la reducción de las emisiones de CO2 al reducir la tala. Aunque faltan todavía definir varios puntos, Estados Unidos, Noruega y el Reino Unido se comprometieron a poner a disposición U$S 379 millones de dólares) para proyectos de protección forestal. La deforestación aporta el 20% de los gases de efecto invernadero provocados por el hombre.
"Estamos muy decepcionados", afirmó la delegación de Bolivia, que remarcó la ausencia de promesas claras. "Necesitamos cifras concretas, para reforzar las medidas de adaptación en los países en desarrollo. En lugar de eso, sólo tenemos formulaciones vagas", destacó la legación filipina, sobre la que se posaron muchas miradas por el reciente tifón que arrasó su país y mató a más de 5.000 personas.
Los representantes de organizaciones medioambientales, que se retiraron del cónclave el jueves, reiteraron sus quejas. "El texto actual sobre finanzas no es más que un ejercicio de yoga dialéctico; encontraron una nueva forma de no decir absolutamente nada", afirmó la directora de Oxfam, Winniw Byanyma. "El documento tan sólo dice que también los objetivos de los países emergentes tienen validez legal, pero queda abierto hasta qué punto es esto vinculante", criticó Christoph Bals, de la alemana Germanwatch. (DPA)
Una vez más, se pospuso la decisión sobre el punto más importante: las obligaciones de las potencias mundiales relacionadas con las naciones emergentes, que abarque las compensaciones por las pérdidas y los daños causados en los países pobres. Una fuerte resistencia fue la de China, que no se quiere considerar como un gran productor de dióxido de carbono (CO2), pese a que cada chino emite tanto como cada europeo.
Apenas se lograron cerrar algunos acuerdos sobre financiamiento y protección de bosques, que contribuirá a la reducción de las emisiones de CO2 al reducir la tala. Aunque faltan todavía definir varios puntos, Estados Unidos, Noruega y el Reino Unido se comprometieron a poner a disposición U$S 379 millones de dólares) para proyectos de protección forestal. La deforestación aporta el 20% de los gases de efecto invernadero provocados por el hombre.
"Estamos muy decepcionados", afirmó la delegación de Bolivia, que remarcó la ausencia de promesas claras. "Necesitamos cifras concretas, para reforzar las medidas de adaptación en los países en desarrollo. En lugar de eso, sólo tenemos formulaciones vagas", destacó la legación filipina, sobre la que se posaron muchas miradas por el reciente tifón que arrasó su país y mató a más de 5.000 personas.
Los representantes de organizaciones medioambientales, que se retiraron del cónclave el jueves, reiteraron sus quejas. "El texto actual sobre finanzas no es más que un ejercicio de yoga dialéctico; encontraron una nueva forma de no decir absolutamente nada", afirmó la directora de Oxfam, Winniw Byanyma. "El documento tan sólo dice que también los objetivos de los países emergentes tienen validez legal, pero queda abierto hasta qué punto es esto vinculante", criticó Christoph Bals, de la alemana Germanwatch. (DPA)
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