24 Noviembre 2013
NUEVA YORK.- Cinco años de una incesante impresión de billetes por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y de políticas monetarias flexibles de otros bancos centrales han dejado billones de dólares girando en el sistema financiero, con parte de ese dinero llegando a lugares extraños.
El exceso de efectivo puede verse desde el comportamiento de los analistas e inversores de la bolsa de Pakistán hasta el mercado de los caballos de carrera pura sangre, pinturas peculiares y piedras preciosas, licencias de taxi y la divisa digital Bitcoin.
"Cuando sucede esto, sólo hay que elegir un activo: una pintura, una botella de vino, lo que sea. Casi siempre es una señal de que hay mucho dinero dando vueltas", expresó Howard Simons, estratega en Bianco Research en Chicago. El mercado de los suntuarios está muy activo.
Ciertamente, los riesgos no parecen ser tan grandes como lo fueron en el período 2005-2007, cuando los precios inmobiliarios en Estados Unidos y otros países se dispararon y luego colapsaron para generar la crisis financiera. Los precios más inflados se encuentran en lugares del mercado más pequeños de lo que fueron en aquel entonces, con lo cual el riesgo sistémico es menor.
Pero si una serie de pequeñas burbujas del mercado financiero se desinflan o estallan, seguramente habrá mucho dolor, advierten los estrategas de inversión.
Cuando la Fed deje de estimular la economía al reducir su programa de alivio cuantitativo -algo que sucedería en el primer semestre del 2014- los mercados podrían tener que resistir cierta conmoción, manifestó Win Thin, estratega de mercados emergentes en Brown Brothers Harriman.
"Eso podría derivar en algunos ajustes dolorosos", agregó.
Un espacio tóxico de los mercados puede infectar activos sólidos mientras los inversores buscan recaudar dinero para afrontar una caída.
"Lo que aprendí en los últimos dos mercados bajistas es que no importa si uno es dueño del activo infectado", señaló Simons. "Si algún otro es el dueño e inicia una venta generalizada por pánico, eso hace caer lo bueno también", completó.
Y otra venta generalizada en el mercado de bonos, después del cambio de tendencia registrado en el verano boreal, podría no sólo perjudicar a los inversores sino también amenazar con una caída, a medida que suban las tasas hipotecarias y otros costos de endeudamiento.
Hay pruebas de posibles excesos en muchas áreas.
En una subasta de licencias de taxi realizada en Nueva York la semana pasada, aquellos permisos se vendieron por más de un millón de dólares, cerca del doble de lo que se pagaba hace cinco años, por ejemplo.
En cuanto a las acciones estadounidenses, es difícil encontrar muchos inversores pesimistas a pesar de -o debido a- una ganancia del 26% en el índice S&P 500 este año, que suma un avance del 166% desde 2009.
El caso europeo
En Europa, parece como si la crisis de deuda que amenazó al euro nunca hubiera sucedido. La relación precio-beneficio ha crecido hasta los niveles de 2007 aún cuando el impulso de las ganancias se ha ido apagando.
Al suprimir las tasas de interés, los bancos centrales tienen a los inversores hambrientos de rendimiento compitiendo para prestar dinero a empresas con un historial de crédito menos que brillante, así como en busca de algunas inversiones exóticas.
Los emisores de bonos de alto rendimiento -empresas con balances débiles y valoraciones por debajo del grado de inversión- están pagando en promedio un 5,8% para pedir prestado, cerca de mínimos históricos.
Tal vez una de las mejores formas de medir el excedente es ver lo que los súper ricos hacen con su dinero suelto. Últimamente, parece que han desarrollado un gusto insaciable por el arte - una pintura de Francis Bacon estableció una nueva récord cuando fue subastada por más de U$S 142 millones la semana pasada en Nueva York.
En Ginebra, "Pink Star", un diamante rosa perfecto del tamaño de una ciruela, fue vendido en alrededor de U$S 83 millones, un récord para una piedra preciosa.
El exceso de efectivo puede verse desde el comportamiento de los analistas e inversores de la bolsa de Pakistán hasta el mercado de los caballos de carrera pura sangre, pinturas peculiares y piedras preciosas, licencias de taxi y la divisa digital Bitcoin.
"Cuando sucede esto, sólo hay que elegir un activo: una pintura, una botella de vino, lo que sea. Casi siempre es una señal de que hay mucho dinero dando vueltas", expresó Howard Simons, estratega en Bianco Research en Chicago. El mercado de los suntuarios está muy activo.
Ciertamente, los riesgos no parecen ser tan grandes como lo fueron en el período 2005-2007, cuando los precios inmobiliarios en Estados Unidos y otros países se dispararon y luego colapsaron para generar la crisis financiera. Los precios más inflados se encuentran en lugares del mercado más pequeños de lo que fueron en aquel entonces, con lo cual el riesgo sistémico es menor.
Pero si una serie de pequeñas burbujas del mercado financiero se desinflan o estallan, seguramente habrá mucho dolor, advierten los estrategas de inversión.
Cuando la Fed deje de estimular la economía al reducir su programa de alivio cuantitativo -algo que sucedería en el primer semestre del 2014- los mercados podrían tener que resistir cierta conmoción, manifestó Win Thin, estratega de mercados emergentes en Brown Brothers Harriman.
"Eso podría derivar en algunos ajustes dolorosos", agregó.
Un espacio tóxico de los mercados puede infectar activos sólidos mientras los inversores buscan recaudar dinero para afrontar una caída.
"Lo que aprendí en los últimos dos mercados bajistas es que no importa si uno es dueño del activo infectado", señaló Simons. "Si algún otro es el dueño e inicia una venta generalizada por pánico, eso hace caer lo bueno también", completó.
Y otra venta generalizada en el mercado de bonos, después del cambio de tendencia registrado en el verano boreal, podría no sólo perjudicar a los inversores sino también amenazar con una caída, a medida que suban las tasas hipotecarias y otros costos de endeudamiento.
Hay pruebas de posibles excesos en muchas áreas.
En una subasta de licencias de taxi realizada en Nueva York la semana pasada, aquellos permisos se vendieron por más de un millón de dólares, cerca del doble de lo que se pagaba hace cinco años, por ejemplo.
En cuanto a las acciones estadounidenses, es difícil encontrar muchos inversores pesimistas a pesar de -o debido a- una ganancia del 26% en el índice S&P 500 este año, que suma un avance del 166% desde 2009.
El caso europeo
En Europa, parece como si la crisis de deuda que amenazó al euro nunca hubiera sucedido. La relación precio-beneficio ha crecido hasta los niveles de 2007 aún cuando el impulso de las ganancias se ha ido apagando.
Al suprimir las tasas de interés, los bancos centrales tienen a los inversores hambrientos de rendimiento compitiendo para prestar dinero a empresas con un historial de crédito menos que brillante, así como en busca de algunas inversiones exóticas.
Los emisores de bonos de alto rendimiento -empresas con balances débiles y valoraciones por debajo del grado de inversión- están pagando en promedio un 5,8% para pedir prestado, cerca de mínimos históricos.
Tal vez una de las mejores formas de medir el excedente es ver lo que los súper ricos hacen con su dinero suelto. Últimamente, parece que han desarrollado un gusto insaciable por el arte - una pintura de Francis Bacon estableció una nueva récord cuando fue subastada por más de U$S 142 millones la semana pasada en Nueva York.
En Ginebra, "Pink Star", un diamante rosa perfecto del tamaño de una ciruela, fue vendido en alrededor de U$S 83 millones, un récord para una piedra preciosa.
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