23 Noviembre 2013
Un vendedor de cocaína y morfina logró eludir a los efectivos de la Dirección General de Drogas Peligrosas (Digedrop) en un allanamiento realizado el jueves a la tarde en el barrio Alejandro Heredia. El prófugo es conocido como "El Negro Carbón" y no estaba en su casa, ubicada en la calle Gaspar de Medina al 400, cuando se realizó el procedimiento. Por esto, no pudo ser aprehendido, informó la Policía.
El fugitivo había sido vigilado por oficiales de la Digedrop desde el mes pasado, luego de que un grupo de padres de jóvenes consumidores de cocaína denunció que "El Negro Carbón" y su familia vendían drogas. Según el informe oficial, los investigadores controlaron el movimiento que había en la casa del acusado. De esta manera corroboraron que -por día- concurrían entre 20 y 30 consumidores que después de entregar una determinada cantidad de dinero recibían "ravioles" de cocaína envueltos en papel metalizado. Además comprobaron que, luego de la compra, algunos de los adolescentes caminaban hasta las vías del tren -situada a unos 20 metros de la vivienda- y se sentaban a consumir el estupefaciente.
Al recibir el informe de los investigadores, el juez Daniel Bejas, a cargo del Juzgado Federal N°1, ordenó que se proceda con el allanamiento. Cuando los policías allanaron la vivienda se produjo una corrida de los adolescentes que estaban comprando cocaína en ese momento. En total se incautó de 200 recortes de cocaína, tres ampollas de morfina, tres celulares y $ 1.695. La investigación fue supervisada por el comisario Fabián Salvatore, a cargo de la Digedrop.
El fugitivo había sido vigilado por oficiales de la Digedrop desde el mes pasado, luego de que un grupo de padres de jóvenes consumidores de cocaína denunció que "El Negro Carbón" y su familia vendían drogas. Según el informe oficial, los investigadores controlaron el movimiento que había en la casa del acusado. De esta manera corroboraron que -por día- concurrían entre 20 y 30 consumidores que después de entregar una determinada cantidad de dinero recibían "ravioles" de cocaína envueltos en papel metalizado. Además comprobaron que, luego de la compra, algunos de los adolescentes caminaban hasta las vías del tren -situada a unos 20 metros de la vivienda- y se sentaban a consumir el estupefaciente.
Al recibir el informe de los investigadores, el juez Daniel Bejas, a cargo del Juzgado Federal N°1, ordenó que se proceda con el allanamiento. Cuando los policías allanaron la vivienda se produjo una corrida de los adolescentes que estaban comprando cocaína en ese momento. En total se incautó de 200 recortes de cocaína, tres ampollas de morfina, tres celulares y $ 1.695. La investigación fue supervisada por el comisario Fabián Salvatore, a cargo de la Digedrop.
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