22 Noviembre 2013
MARCHA. Ciudadanos reclamaron contra el emprendimiento en las calles de la capital riojana. FOTOS GENTILEZA LUCÍA AVILA
LA RIOJA.- "El Famatina no se toca" se convirtió en una consigna que rebotó por todo el país y fue un bandera que tomaron ciudadanos comunes y personalidades públicas. Ahora, en la capital riojana vuelve a resonar el grito contra la minería, en este caso, contra la explotación de uranio de El Cantadero, la mina que la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) quiere reabrir a 14 kilómetros de la mayor concentración demográfica de la provincia.
Una movilización de más de 1.000 personas le dijo "Uranio, no gracias" al emprendimiento, que por el momento está clausurado por la Justicia, orden que la CNEA apeló. Ahora, hasta que la Cámara de Apelaciones de Córdoba se expida, la exploración volvió a quedar suspendida. "Queremos que se cumpla la clausura, y si hace falta vamos a cortar el acceso a la mina para evitar que la CNEA ingrese al predio", dijo Marcela Crave, integrante de la Asamblea de Famatina-Chilecito.
"Hay un antes y un después de Famatina y Chilecito. Los ciudadanos de La Rioja estamos aprendiendo a ser protagonistas. Hemos salido a las calles, nos organizamos, hicimos público nuestro reclamo. Eso tuvo un efecto en la sociedad, por ejemplo en los jóvenes de la universidad (que lograron la salida del rector que estaba desde hacía 24 años en el cargo)", insistió.
El Proyecto El Cantadero, explicó, fue clausurado por el municipio, en virtud de la ordenanza que declara a la capital riojana como "Municipio no toxico".
"La CNEA no cumple con los requisitos ambientales para llevar adelante el proyecto minero, por eso se lo clausuró. Empezó la etapa de exploración con permisos truchos y graves incumplimientos -denunció Crave-. Tiene una historia de irresponsabilidad en este sentido. En Los Colorados, cerca de Paquía, otra mina de uranio, dejaron el yacimiento sin remediar, siguen los pasivos ambientales. Reconocieron que pidieron un préstamo al Banco Mundial para la remediacion, pero no lo hicieron. Hoy es un foco de contaminación".
Según la activista, después de las elecciones, el gobernador presionó a la Justicia para que, mediante una cautelar, se ordene al municipio que levante la clausura, pero la municipalidad presentó un apelación que salió favorable, por eso lo volvieron a cerrar.
La movilización de anoche se conviritó en asamblea permanente, con el objetivo de defender la clausura.
La contaminación que produce la explotación de uranio produce el mismo daño que la minería metalífera, pero a ello se le suma el efecto de la radiación, insisten los asambleístas. "La polución del aire y del agua se expande más rápido cuando está involucrado el uranio", dice Crave.
El Cantadero es una zona árida, con un microclima de quebrada, lo que produce que haya plantas y animales típicos del lugar. Allí viven puesteros y productores que se dedican principalmente a la ganadería.
Los asambleístas destacan que, pese a que La Rioja está viviendo una serie de procesos conflictivos, la desazón no los ha tomado. "A pesar de todo, la sociedad tiene fuerza para salir a la calle a reclamar", dicen integrantes de la Asamblea Ciudadana Riojana de la capital.
Una movilización de más de 1.000 personas le dijo "Uranio, no gracias" al emprendimiento, que por el momento está clausurado por la Justicia, orden que la CNEA apeló. Ahora, hasta que la Cámara de Apelaciones de Córdoba se expida, la exploración volvió a quedar suspendida. "Queremos que se cumpla la clausura, y si hace falta vamos a cortar el acceso a la mina para evitar que la CNEA ingrese al predio", dijo Marcela Crave, integrante de la Asamblea de Famatina-Chilecito.
"Hay un antes y un después de Famatina y Chilecito. Los ciudadanos de La Rioja estamos aprendiendo a ser protagonistas. Hemos salido a las calles, nos organizamos, hicimos público nuestro reclamo. Eso tuvo un efecto en la sociedad, por ejemplo en los jóvenes de la universidad (que lograron la salida del rector que estaba desde hacía 24 años en el cargo)", insistió.
El Proyecto El Cantadero, explicó, fue clausurado por el municipio, en virtud de la ordenanza que declara a la capital riojana como "Municipio no toxico".
"La CNEA no cumple con los requisitos ambientales para llevar adelante el proyecto minero, por eso se lo clausuró. Empezó la etapa de exploración con permisos truchos y graves incumplimientos -denunció Crave-. Tiene una historia de irresponsabilidad en este sentido. En Los Colorados, cerca de Paquía, otra mina de uranio, dejaron el yacimiento sin remediar, siguen los pasivos ambientales. Reconocieron que pidieron un préstamo al Banco Mundial para la remediacion, pero no lo hicieron. Hoy es un foco de contaminación".
Según la activista, después de las elecciones, el gobernador presionó a la Justicia para que, mediante una cautelar, se ordene al municipio que levante la clausura, pero la municipalidad presentó un apelación que salió favorable, por eso lo volvieron a cerrar.
La movilización de anoche se conviritó en asamblea permanente, con el objetivo de defender la clausura.
La contaminación que produce la explotación de uranio produce el mismo daño que la minería metalífera, pero a ello se le suma el efecto de la radiación, insisten los asambleístas. "La polución del aire y del agua se expande más rápido cuando está involucrado el uranio", dice Crave.
El Cantadero es una zona árida, con un microclima de quebrada, lo que produce que haya plantas y animales típicos del lugar. Allí viven puesteros y productores que se dedican principalmente a la ganadería.
Los asambleístas destacan que, pese a que La Rioja está viviendo una serie de procesos conflictivos, la desazón no los ha tomado. "A pesar de todo, la sociedad tiene fuerza para salir a la calle a reclamar", dicen integrantes de la Asamblea Ciudadana Riojana de la capital.
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