Podés refrescar tu cara y tu figura sin cirugías

El embellecimiento del rostro y del cuerpo, los deseos de verse con menos arrugas, sin las imperfecciones y los odiosos "rollitos" -que aparecen con paso del tiempo- surge como una necesidad en los tiempos actuales. Muchas mujeres y hombres se afanan por parecerse a los nuevos patrones de belleza. Quieren tener "los labios de Angelina Jolie", "la cola de Jennifer López", "el abdomen plano de Jane Fonda", "la cara de Brad Pitt", "el lomo de Luciano Castro", por nombrar algunos. Y persiguiendo esos propósitos se someten a una y otra cirugía estética.

"Ese comportamiento es propio de las personas adictas a la estética. Nunca están conformes con cómo se ven al espejo y permanentemente buscan perfeccionar la nariz, los labios, los ojos, las caderas, el busto... Pero ¡cuidado! los médicos debemos prevenir esta adicción porque las cirugías tiene los riesgos de cualquier operación y porque un médico no puede transformar una persona real en otra persona ideal. Nosotros trabajamos con pacientes, no con clientes...", advirtió el doctor Alfredo Miroli, especialista en inmunología e inmuno-estética miniinvasiva. "Debemos charlar con el paciente y decirle que podemos refrescar su rostro, su mirada y sus labios -por ejemplo- con métodos no invasivos, respetando sus rasgos, sus facciones, su belleza particular".

Fiel a su formación científica, Miroli, en su charla con LA GACETA criticó "a quienes hacen de la medicina orthomolecular un nombre marketinero" y elogió a los que trabajan respetando los cánones que dicta la ciencia médica.

-¿Cómo nació su interés por la inmuno-estética?

-Veíamos que nuestros pacientes de 30 y 35 años, con inmunodeficiencias por distintas causas, tenían un envejecimiento acelerado (arrugas, una piel alterada, atrofiada, disminuida en su espesor en todas las capas, hundimientos en la cara, labios hacia adentro y con arrugas verticales). Luchaban bien contra bacterias, virus y hongos pero no eliminaban del organismo las células viejas. Por lo tanto, las células jóvenes no podían brotar. Nos preocupó que a los pacientes con falla inmune sólo le tratemos el riñón, el hígado, el pulmón, pero no su envejecimiento prematuro.

-¿Por qué no les importaba su envejecimiento?

-Porque como inmunólogos considerábamos que no era un tema nuestro... Pensábamos que la estética, como tal, no era parte de la 'medicina seria', como sí lo son las cirugías estéticas y reparadoras del cirujano plástico.

- ¿Cambiaron de opinión?

- Decidimos estudiar estética científica para reparar los daños de envejecimiento. No desde lo inmunológico sino desde la medicina estética no invasiva. Me fui a Europa a hacer un curso internacional, a capacitarme en estética no invasiva y desarrollé un concepto nuevo que se llama 'medicina inmuno-estética fisiomolecular' (título de la tesina con la que me gradué).

- Su tesina fue premiada...

- La tesina fue premiada y ya tengo la patente de propiedad intelectual. En el Instituto-Centro Médico de Inmunología e Inmunoestética Fisiomolecular dicté el año pasado -por primera vez en el mundo- un curso de diplomado en Medicina Inmuno-estética Miniinvasiva porque mi interés era formar discípulos, y ya tengo 14 en Tucumán. Esta especialidad es un paso más avanzado de lo que se llama 'medicina con moléculas propias u orthomolecular'.

- ¿En qué se diferencia de la medicina orthomolecular?

- Ortho quiere decir con moléculas propias. Si un paciente sufre trastornos de tiroides y recibe hormonas tiroideas, en realidad se está haciendo medicina con hormonas propias del cuerpo. Si sufre de diabetes y le ponemos insulina, estamos haciendo medicina orthomolecular. Lo que se llama medicina orthomolecular son nutrientes, moléculas, nutrientes fisiológicos, nutracéuticos (minerales, aminoácidos, oligoelementos, calcio, hierro, fósforo y vitaminas), más el plasma rico en plaquetas que obtengo de la sangre del propio paciente. Pero esta medicina orthomolecular no remueve, no saca lo viejo del organismo.

-¿Qué aporte nuevo hace la inmuno-estética?

- Al paciente primero le estudiamos el sistema inmunológico para corregirle las fallas. Este es un trabajo específico que lo hacemos, como todas las demás técnicas, en nuestro laboratorio. Con la inmuno-estética logramos que el organismo elimine las células viejas y que crezcan las células nuevas. Después, para hacer rejuvenecer la piel, le aplicamos los factores de crecimiento concentrados más los nutrientes que se usan en la medicina orthomolecular. La sangre tiene una serie de factores de crecimiento que veníamos usando desde hace más de 20 años...

- ¿En qué se usa?

- Tiene mucho uso médico. En un paciente quemado, con una gran herida, por ejemplo. Antes de ponerle el injerto de piel le sacábamos sangre, enriquecíamos sus plaquetas, las concentrábamos y con ese plasma rico en plaquetas hacíamos un lecho para luego ponerle el injerto. Al estar lleno de factores de crecimiento, prendía. La estética descubre que una piel envejecida rejuvenece si le ponemos plasma rico en plaquetas con los factores de crecimiento.