Van a la Policía porque necesitan trabajo
La mayoría de los postulantes entrevistados reconocen que se inscriben para ser policías porque no encuentran otra oferta laboral. Algunos de los aspirantes ni siquiera tienen la altura exigida para ingresar, pero continúan insistiendo. Las cuñas políticas y policiales
La necesidad supera a la lógica. La escasez de ofertas de un empleo rentable y seguro para jóvenes de entre 20 y 30 provoca que cada vez que se abre una convocatoria para ingresar a la Policía de Tucumán, los postulantes se cuenten por miles.
José María Jiménez mide un metro sesenta y ocho y sabe que su estatura está por debajo de la altura mínima exigida (1,70 metros) para ingresar a la Policía. A pesar de esto, continúa insistiendo. Tiene 25 años, vive con su pareja y tiene un hijo de tres años. La primera vez que quiso ingresar tenía 21 años. Dos años después probó de nuevo, pero siempre con el mismo resultado. "Sigo insistiendo porque hay una necesidad real de tener un trabajo estable. Soy nadador de rescate y tengo el estado físico para estar en la Policía. A diferencia de otros que no están en condiciones para estar dentro de la fuerza. Además, hay muchos policías que son más petisos que yo", analizó.
Jiménez es desempleado. El último trabajo estable que tuvo fue en un call center en el que trabajó desde los 22 hasta los 24 años. "Me despidieron y me indemnizaron, pero ahora no puedo conseguir trabajo. Esto es una salida laboral segura. Trabajar para el Estado te garantiza un sueldo en blanco, una obra social y la posibilidad de quedarte en tu provincia. Estoy inscripto para rendir en Gendarmería y si esto no sale me tendré que ir. Siempre se habló de que si tenes una cuña política te hacen entrar. Pero no la tengo, sino la usaría. Si alguien tiene una necesidad, no me parece mal que un amigo lo ayude", agregó.
El último llamado para cubrir cargos de agentes en la Policía cerró el viernes y completó una nómina con 4.310 postulantes, según el Ministerio de Seguridad Ciudadana. De estos aspirantes quedarán 280 varones y 20 mujeres. Los seleccionados recibirán una instrucción de unos 10 meses antes de salir a la calle.
Juan Martín Robledo tiene 23 años y su metro sesenta y siete también le impidió ingresar. Según dijo, proviene de una familia en la que hay policías. "Quise entrar por una cuestión de principios. Muchos se confunden y piensan que teniendo conocidos te hacen entrar. En mi familia tenemos amigos en la política y en la Policía y, a pesar de que hablaron para decir que venía, me hicieron medir igual. Eso da la pauta de que no será fácil entrar. De igual modo vamos a ver qué podemos hacer para que ingrese", reflexionó. Pero no sólo las influencias parecen dar ciertas garantías al ingreso. Ahora, según dijo Cristina Córdoba, madre de un aspirante, hay una academia llamada General Belgrano que, por $ 700 mensuales, prepara a los futuros cadetes.
Verónica Flores (24) y Leandro Corbalán (25) viven en Aguilares y también anhelan ser policías para mejorar su economía. Flores trabaja como empleada doméstica de lunes a sábados desde hace tres años y dijo que no le preocupa que esta sea una profesión de riesgo. En cuento a la falta de confianza que tiene la opinión pública en relación a la Policía, destacó: "por ahora eso no me preocupa".
Corbalán es remisero y contó que no lo seducía ser un uniformado. "No quería saber nada. Pero tengo un nene de un año, vivo en la casa de mi papá y quiero independizarme. Es cierto que se desconfía de la Policía, pero pienso que ver más policías en la calle te da más seguridad", dijo. Ariel Medina (27) es otro de los postulantes que reconoce que su principal interés es conseguir un trabajo. "Vivo en Ranchillos y siempre trabajé en el campo o como capachero en la obras de construcción, pero nunca tuve un trabajo estable", afirmó.
Hay historias comunes, pero la que prevalece es la necesidad de ingresar al Estado para asegurar un bienestar. La selección comenzará el fin de semana cuando rindan su primer examen y, dentro de un año, algunos de ellos estarán patrullando las calles con una pistola en sus manos.
Aceptan que el ingreso con cursos de tres meses no funciona
En los últimos meses el Poder Ejecutivo (PE) puso énfasis en invertir recursos para la capacitación de la Policía.
El subjefe de Policía, Víctor Sánchez, explicó cuál es el objetivo de esta nueva incorporación de personal. "Los últimos agentes que se incorporaron y esta nueva camada de postulantes trabajará en la calle en tareas preventivas", dijo. Pero una diferencia entre estos aspirantes y sus predecesores es que, los nuevos agentes, deberán superar un ciclo lectivo de formación de unos 10 meses. Anteriormente los agentes recibían una instrucción mucho más corta.
"Los cursos de dos meses o tres meses en los que se hicieron incorporaciones masivas no dieron buenos frutos. Por eso optamos por una mejor calidad educativa del personal y una selección mas rigurosa que se inicia con el proceso de la inscripción", continuó. Sánchez también dijo que se hizo un nuevo planteo acerca de todo el entrenamiento previo a poner a una persona armada en la vía pública. "Con esta instrucción también buscamos ir generando en los aspirantes lo que es el sentido de ser policías", dijo.
En cuanto a los policías que ingresaron luego de hacer el curso más corto, Sánchez destacó que fueron capacitados durante este año y el año pasado. Otro problema que enfrenta la Policía es la falta de confianza. "Estamos hablando de una mayor presencia de policías en la calle. Y ese es uno de los parámetros a los que apostamos para que la gente vuelva a tenernos confianza. Es cierto que hay situaciones que generan desconfianza; por eso insistimos en que la población siempre haga la denuncia", concluyó.