15 Noviembre 2013
ROMA.- El papa Francisco advirtió ayer que la crisis económica en Italia presenta muchas dificultades para poder ser superada y que uno de los efectos más dolorosos es la falta de trabajo, durante una reunión con el presidente de ese país, Giorgio Napolitano, en el Palacio del Quirinal. El pontífice remarcó que "es necesario multiplicar los esfuerzos para aliviar las consecuencias y robustecer cualquier signo de recuperación". En el encuentro también se abordó el grave problema de la inmigración ilegal desde África, que causa miles de muertos por año en el mar Mediterráneo. En ese sentido, el Papa dijo que están "impresas" en su mente la visita a Lampedusa, donde conoció de cerca el sufrimiento de aquellos que a causa de la guerra o la pobreza, hacen el viaje por agua a menudo en condiciones desesperadas. "Allí vi encomiables testimonios de solidaridad de muchas personas", resaltó. Francisco se desplazó por las calles de Roma sin sirenas ni escoltas especiales, y no fue acompañado por la vistosa Guardia Suiza. (Télam)
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