14 Noviembre 2013
La Sala Segunda del Tribunal de Juicio condenó a Emiliano Joel Medina (23), alias “Gringo”, a tres años y nueve meses de prisión por resultar responsable de los delitos de robo calificado por el uso de arma en grado de tentativa en concurso real, con robo simple (dos hechos). Los jueces ordenaron que el imputado continúe alojado en la cárcel penitenciaria local y recomendaron a las autoridades de la institución carcelaria que se le brinde tratamiento psicológico y psiquiátrico.
En orden cronológico, el primer hecho por el cual Medina fue condenado ocurrió el 30 de diciembre de 2010. La denunciante declaró que esa noche mandó a su hijo a buscar a su hija menor a la casa de una conocida. El joven partió acompañado por un amigo. Cuando ya empezaba a preocuparse por la demora, llegó un familiar y le contó que su hijo se encontraba con la policía porque acababa de ser víctima de un asalto. El joven había sido interceptado en la esquina de Los Tarcos y Los Fresnos por cuatro sujetos que le sustrajeron la campera. Entre los atacantes se encontraba Medina, quien luego reconoció su participación en el hecho y confesó que se valió de un arma de juguete para amenazar a los dos chicos.
El segundo hecho fue denunciado por un hombre quien contó que el 13 de febrero de 2011 se encontraba en una reunión en su domicilio de Pueyrredón al 2.000 y, alrededor de las 6.25, salió de la vivienda acompañado por un amigo para comprar cigarrillos. En ese momento lo interceptó un hombre delgado, de tez blanca, cabello rubio y ojos claros y le preguntó la hora. Cuando él sacó su celular para responderle, el sujeto extrajo un cuchillo grande y lo amenazó, arrebatándole el teléfono. La víctima salió corriendo por temor a ser lesionado pero a los pocos metros resbaló y cayó. El atacante lo alcanzó pero un primo que en ese momento bajaba del colectivo, vio lo que sucedía y acudió en su ayuda. Con un certero puntapié derribó al ladrón y, con ayuda de otros amigos que llegaron en ese momento, lograron neutralizarlo hasta que arribó al policía, que secuestró el arma blanca, el celular e identificó al sujeto como Emiliano Joel Medina.
El tercer hecho ocurrió el 25 de febrero de 2012 y fue denunciado por una mujer que contó que alrededor de las 21.45 se encontraba en su lugar de trabajo, un telecentro ubicado en Pueyrredón al 2.600, cuando repentinamente ingresó al local un sujeto que saltó el mostrador y, amenazándola con un cuchillo de gran tamaño, sustrajo de la caja alrededor de 800 pesos de la recaudación. El hombre logró huir pero cuando la mujer concurrió a la comisaría días después para realizar el “dictado de rostro”, lo vio sentado en una de las oficinas (demorado por otro hecho) y lo reconoció inmediatamente. Medina negó estar involucrado en el robo al telecentro, pero la empleada había sido terminante al describirlo y lo ubicó fundamentalmente por su color de ojos y por su voz.
En orden cronológico, el primer hecho por el cual Medina fue condenado ocurrió el 30 de diciembre de 2010. La denunciante declaró que esa noche mandó a su hijo a buscar a su hija menor a la casa de una conocida. El joven partió acompañado por un amigo. Cuando ya empezaba a preocuparse por la demora, llegó un familiar y le contó que su hijo se encontraba con la policía porque acababa de ser víctima de un asalto. El joven había sido interceptado en la esquina de Los Tarcos y Los Fresnos por cuatro sujetos que le sustrajeron la campera. Entre los atacantes se encontraba Medina, quien luego reconoció su participación en el hecho y confesó que se valió de un arma de juguete para amenazar a los dos chicos.
El segundo hecho fue denunciado por un hombre quien contó que el 13 de febrero de 2011 se encontraba en una reunión en su domicilio de Pueyrredón al 2.000 y, alrededor de las 6.25, salió de la vivienda acompañado por un amigo para comprar cigarrillos. En ese momento lo interceptó un hombre delgado, de tez blanca, cabello rubio y ojos claros y le preguntó la hora. Cuando él sacó su celular para responderle, el sujeto extrajo un cuchillo grande y lo amenazó, arrebatándole el teléfono. La víctima salió corriendo por temor a ser lesionado pero a los pocos metros resbaló y cayó. El atacante lo alcanzó pero un primo que en ese momento bajaba del colectivo, vio lo que sucedía y acudió en su ayuda. Con un certero puntapié derribó al ladrón y, con ayuda de otros amigos que llegaron en ese momento, lograron neutralizarlo hasta que arribó al policía, que secuestró el arma blanca, el celular e identificó al sujeto como Emiliano Joel Medina.
El tercer hecho ocurrió el 25 de febrero de 2012 y fue denunciado por una mujer que contó que alrededor de las 21.45 se encontraba en su lugar de trabajo, un telecentro ubicado en Pueyrredón al 2.600, cuando repentinamente ingresó al local un sujeto que saltó el mostrador y, amenazándola con un cuchillo de gran tamaño, sustrajo de la caja alrededor de 800 pesos de la recaudación. El hombre logró huir pero cuando la mujer concurrió a la comisaría días después para realizar el “dictado de rostro”, lo vio sentado en una de las oficinas (demorado por otro hecho) y lo reconoció inmediatamente. Medina negó estar involucrado en el robo al telecentro, pero la empleada había sido terminante al describirlo y lo ubicó fundamentalmente por su color de ojos y por su voz.
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