10 Noviembre 2013
IMPRESCINDIBLE. Nicolás Sánchez volvió a ser la figura de Los Pumas: fue incisivo en ataque y un león a la hora del tackle. PRENSA UAR
LONDRES.- El humorista puede quedarse tranquilo: por ahora, podrá seguir contando el ya viejo chiste de las "derrotas dignas" de Los Pumas. La de ayer, por caso, no fue tan digna desde la abrumadora superioridad inglesa en el primer tiempo, pero sí desde la renovación psicológica que experimentó el equipo argentino en el complemento, y que lo ayudó a dejar una mejor imagen de cara al partido del sábado que viene contra Gales.
"La Rosa" se impuso 31 a 12, aunque tal vez más ilustrativo sea decir que ganó cuatro tries a cero. La agresividad local no encontró respuesta suficiente durante la primera etapa, en la que cruzó tres veces la línea de ingoal. Salvo algunos momentos iniciales de estudio, Los Pumas se sintieron en una prolongación del Rugby Championship. Con un buen scrum y un correcto line no alcanza: hay que cuidar la pelota y darle un buen uso, algo que el conjunto nacional no supo hacer, en gran parte porque la asfixiante presión de los forwards británicos casi no le dio tiempo para pensar. Sin el óvalo, solo le quedó defender, y lo hizo mal. Fallas en el tackle y puntas mal custodiadas terminaron en el 24-6 parcial.
Otra cosa fue el acto final. Los escasos 12 puntos argentinos (9 de ellos en penales de Nicolás Sánchez, que volvió a ser de lo mejor de Los Pumas) no se condicen con el notable cambio de actitud que operó en la tropa de Hourcade. Solamente alcanzó para frenar las invasiones inglesas, aunque no para una contraofensiva que invitara a pensar en un final distinto.
Sobra decir que es demasiado pronto para exigirle al recién llegado "Huevo". No sería prudente vaticinar grandes cambios, dado que las líneas rectoras del proceso están claras desde hace rato: Los Pumas deben aprender a atacar.
"La Rosa" se impuso 31 a 12, aunque tal vez más ilustrativo sea decir que ganó cuatro tries a cero. La agresividad local no encontró respuesta suficiente durante la primera etapa, en la que cruzó tres veces la línea de ingoal. Salvo algunos momentos iniciales de estudio, Los Pumas se sintieron en una prolongación del Rugby Championship. Con un buen scrum y un correcto line no alcanza: hay que cuidar la pelota y darle un buen uso, algo que el conjunto nacional no supo hacer, en gran parte porque la asfixiante presión de los forwards británicos casi no le dio tiempo para pensar. Sin el óvalo, solo le quedó defender, y lo hizo mal. Fallas en el tackle y puntas mal custodiadas terminaron en el 24-6 parcial.
Otra cosa fue el acto final. Los escasos 12 puntos argentinos (9 de ellos en penales de Nicolás Sánchez, que volvió a ser de lo mejor de Los Pumas) no se condicen con el notable cambio de actitud que operó en la tropa de Hourcade. Solamente alcanzó para frenar las invasiones inglesas, aunque no para una contraofensiva que invitara a pensar en un final distinto.
Sobra decir que es demasiado pronto para exigirle al recién llegado "Huevo". No sería prudente vaticinar grandes cambios, dado que las líneas rectoras del proceso están claras desde hace rato: Los Pumas deben aprender a atacar.
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