Por Guillermo Monti
26 Octubre 2013
"Chicas armadas y peligrosas": Con buena química todo es posible
Una ambiciosa agente del FBI y una oficial de la Policía de Boston se ven obligadas a trabajar juntas para atrapar a un narcotraficante. A ninguna le gusta actuar en equipo, así que los tropiezos y desencuentros son la tónica a medida que avanza la investigación.
Hay momentos buenísimos en esta comedia de Paul Feig, castigada con un título tan poco imaginativo como "Chicas armadas y peligrosas". Son esos chistes veloces y filosos que disparan Melissa McCarthy y Sandra Bullock. Esgrima verbal que hay que cazar al vuelo, perlas surgidas de la pluma de Katie Dippold. Que ella haya sido guionista de "Madtv" dice mucho sobre la película y sobre el tono del humor que plantea. Algunas escenas, como el contrapunto en el que la familia Mullins le pregunta a la agente Ashburn si es hombre o mujer, son desopilantes.
Asistimos, una vez más -y no será la última- al juego de la pareja despareja. La obsesiva y ambiciosa agente del FBI que no es tan fuerte como parece (Sandra Bullock, en un papel emparentado con el que hizo en "Miss Simpatía") y la policía tosca y sin filtro que es más inteligente y sensible de lo que puede presumirse (Melissa McCarthy). Aquí no hay vueltas: si existe química entre las protagonistas las cosas funcionan. Y hay mucha química entre Bullock y McCarthy, tanta que sostienen la película con eficacia y disfrutan un éxito descomunal. La secuela es inminente.
Feig había dirigido a McCarthy en "Mujeres en guerra". Tiene en sus manos una comediante excepcional y sabe cómo aprovecharla. Experto director de sitcoms, como "The office", Feig da en la tecla cuando clava la cámara y deja que las actrices hagan lo suyo con las mejores líneas del guión.
"The heat" -el título original- tenía todo para picar más arriba. Para eso era necesario potenciar el humor absurdo y desatar algunas convenciones que amesetan el relato. Más alas para Dippold y para Melissa McCarthy. Tal vez en la segunda parte.
Asistimos, una vez más -y no será la última- al juego de la pareja despareja. La obsesiva y ambiciosa agente del FBI que no es tan fuerte como parece (Sandra Bullock, en un papel emparentado con el que hizo en "Miss Simpatía") y la policía tosca y sin filtro que es más inteligente y sensible de lo que puede presumirse (Melissa McCarthy). Aquí no hay vueltas: si existe química entre las protagonistas las cosas funcionan. Y hay mucha química entre Bullock y McCarthy, tanta que sostienen la película con eficacia y disfrutan un éxito descomunal. La secuela es inminente.
Feig había dirigido a McCarthy en "Mujeres en guerra". Tiene en sus manos una comediante excepcional y sabe cómo aprovecharla. Experto director de sitcoms, como "The office", Feig da en la tecla cuando clava la cámara y deja que las actrices hagan lo suyo con las mejores líneas del guión.
"The heat" -el título original- tenía todo para picar más arriba. Para eso era necesario potenciar el humor absurdo y desatar algunas convenciones que amesetan el relato. Más alas para Dippold y para Melissa McCarthy. Tal vez en la segunda parte.
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