27 Octubre 2013
PRODUCCIÓN. La exportación de cítricos creció un 28% en el primer semestre de este año, producto de la mayor comercialización de fruta fresca, según datos oficiales. LA GACETA / FOTO DE HECTOR PERALTA (ARCHIVO)
Gran parte de las economías regionales resienten caídas en la producción y en las exportaciones. El común denominador es la pérdida de competitividad externa a causa del atraso cambiario. A ello se suma, en algunos casos, una menor demanda internacional. Así lo indica un informe elaborado por la consultora Finsoport.
De acuerdo con la consultora que encabeza el ex viceministro de Economía de la Nación, Jorge Todesca, en el caso puntual de la región NOA, durante 2012, las exportaciones se redujeron 15% en Tucumán y 2% en Salta.
"En el primer caso, la merma se explicó en buena medida por las caídas en las ventas de los complejos citrícola -focalizada en los artículos de mayor valor agregado como jugos y aceites- y azucarero -tanto de la materia prima como de los productos de confitería-", remarca la consultora.
En el segundo caso, se observaron contracciones significativas en los envíos de tabaco y de pieles y cueros preparados. También se registraron mermas notorias en producciones afectadas por la sequía del año 2012, como la soja. "Notablemente, la disminución en las exportaciones de la región continuó en el transcurso de este año en lo que respecta al jugo de limón (-20% de acuerdo con los datos de Senasa) y para el tabaco (-24%)", sostiene el informe privado.
Nuevamente, se trata de actividades que han visto reducida su competitividad en los últimos años debido a la continua apreciación del tipo de cambio real, en un contexto de debilitamiento de la demanda mundial de los alimentos.
En el caso del NEA, tomando como referente de la región a Corrientes, se advierte una contracción de 14% en sus exportaciones durante 2012, motorizada por la caída en los envíos de arroz (-13%), de cítricos (-15%), de hilados y tejidos de algodón (-79%) y de lanas elaboradas (-43%).
En el trancurso de 2013, esa dinámica decreciente continuó tanto para los cítricos -cuyas ventas externas se redujeron 2%- como para las fibras de algodón, indica el diagnóstico.
Según Finsoport, se aprecia un significativo declive en diversas economías regionales, que comprende a la producción (y sus derivados) de peras, de manzanas, de ajos, de aceitunas, de vinos, de limones, de azúcar, de tabaco, de cítricos, de arroz y de algodón, entre otros. Ese deterioro no sólo se vincula con la contracción de las exportaciones en 2012 y 2013, sino que también se asocia a la reducción en el valor agregado de los envíos al exterior.
Esta crisis de las economías regionales es ignorada usualmente al adoptar una visión macroeconómica, dado que el peso de aquellas en los agregados económicos (producto, exportaciones, empleo) es reducido. Asimismo, esa realidad es difícil de medir en virtud de la escasez y de la falta de actualización de las estadísticas provinciales.
Independientemente de los factores particulares de cada actividad, la causa en común detrás del declive de las economías regionales en los últimos años , según la consultora, es la continua apreciación del tipo de cambio real, derivada a su vez de una dinámica macroeconómica en la cual el tipo de cambio nominal se incrementaba por debajo del ritmo de aumento de los insumos y de la mano de obra. Al respecto, usando las estimaciones de Finsoport acerca de la evolución de los precios internos, el tipo de cambio real multilateral -que contempla a las paridades cambiarias con los principales socios comerciales del país- se ubicaba en agosto sólo 57% por encima del (bajo) nivel de finales de la Convertibilidad. Ese indicador se redujo (es decir, se apreció) 22% respecto de agosto de 2011 y 33% si se considera al mismo mes de 2009. Esa sistemática pérdida de competitividad de las producciones regionales fue profundizada en el último año por la estabilización/contracción de los precios internacionales y, en algunos casos, por el declive de la demanda externa.
Si bien el Gobierno ha tomado nota de esta realidad, acentuando la tasa de devaluación, esto ha resultado insuficiente para revertir el deterioro del tipo de cambio real. Incluso, en la medida en que la capacidad instalada está plenamente utilizada en la actualidad, el traslado a precios de una mayor devaluación es significativo, por lo que la política cambiaria por sí sola no sería suficiente para resolver el problema de las economías regionales.
De acuerdo con la consultora que encabeza el ex viceministro de Economía de la Nación, Jorge Todesca, en el caso puntual de la región NOA, durante 2012, las exportaciones se redujeron 15% en Tucumán y 2% en Salta.
"En el primer caso, la merma se explicó en buena medida por las caídas en las ventas de los complejos citrícola -focalizada en los artículos de mayor valor agregado como jugos y aceites- y azucarero -tanto de la materia prima como de los productos de confitería-", remarca la consultora.
En el segundo caso, se observaron contracciones significativas en los envíos de tabaco y de pieles y cueros preparados. También se registraron mermas notorias en producciones afectadas por la sequía del año 2012, como la soja. "Notablemente, la disminución en las exportaciones de la región continuó en el transcurso de este año en lo que respecta al jugo de limón (-20% de acuerdo con los datos de Senasa) y para el tabaco (-24%)", sostiene el informe privado.
Nuevamente, se trata de actividades que han visto reducida su competitividad en los últimos años debido a la continua apreciación del tipo de cambio real, en un contexto de debilitamiento de la demanda mundial de los alimentos.
En el caso del NEA, tomando como referente de la región a Corrientes, se advierte una contracción de 14% en sus exportaciones durante 2012, motorizada por la caída en los envíos de arroz (-13%), de cítricos (-15%), de hilados y tejidos de algodón (-79%) y de lanas elaboradas (-43%).
En el trancurso de 2013, esa dinámica decreciente continuó tanto para los cítricos -cuyas ventas externas se redujeron 2%- como para las fibras de algodón, indica el diagnóstico.
Según Finsoport, se aprecia un significativo declive en diversas economías regionales, que comprende a la producción (y sus derivados) de peras, de manzanas, de ajos, de aceitunas, de vinos, de limones, de azúcar, de tabaco, de cítricos, de arroz y de algodón, entre otros. Ese deterioro no sólo se vincula con la contracción de las exportaciones en 2012 y 2013, sino que también se asocia a la reducción en el valor agregado de los envíos al exterior.
Esta crisis de las economías regionales es ignorada usualmente al adoptar una visión macroeconómica, dado que el peso de aquellas en los agregados económicos (producto, exportaciones, empleo) es reducido. Asimismo, esa realidad es difícil de medir en virtud de la escasez y de la falta de actualización de las estadísticas provinciales.
Independientemente de los factores particulares de cada actividad, la causa en común detrás del declive de las economías regionales en los últimos años , según la consultora, es la continua apreciación del tipo de cambio real, derivada a su vez de una dinámica macroeconómica en la cual el tipo de cambio nominal se incrementaba por debajo del ritmo de aumento de los insumos y de la mano de obra. Al respecto, usando las estimaciones de Finsoport acerca de la evolución de los precios internos, el tipo de cambio real multilateral -que contempla a las paridades cambiarias con los principales socios comerciales del país- se ubicaba en agosto sólo 57% por encima del (bajo) nivel de finales de la Convertibilidad. Ese indicador se redujo (es decir, se apreció) 22% respecto de agosto de 2011 y 33% si se considera al mismo mes de 2009. Esa sistemática pérdida de competitividad de las producciones regionales fue profundizada en el último año por la estabilización/contracción de los precios internacionales y, en algunos casos, por el declive de la demanda externa.
Si bien el Gobierno ha tomado nota de esta realidad, acentuando la tasa de devaluación, esto ha resultado insuficiente para revertir el deterioro del tipo de cambio real. Incluso, en la medida en que la capacidad instalada está plenamente utilizada en la actualidad, el traslado a precios de una mayor devaluación es significativo, por lo que la política cambiaria por sí sola no sería suficiente para resolver el problema de las economías regionales.
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