Ítalo Calvino a 90 años de su nacimiento

Ítalo Calvino a 90 años de su nacimiento

La decisión de la Editorial Siruela de publicar nuevamente casi toda su obra es una buena ocasión, para quienes no lo han hecho, para acercarse a uno de los mayores escritores de la segunda mitad del siglo XX. También para aquellos que ya han frecuentado sus cuentos y sus Lecciones americanas, pues podrán descubrir que su crítica a la realidad imaginada o real, era una lúcida anticipación de los años actuales

27 Octubre 2013
Ítalo Calvino es, quizás, el narrador más importante de la segunda mitad del siglo XX. Este escritor, nacido en Cuba en 1923, hijo de padres italianos, ha transitado por las principales tendencias literarias, del neorrealismo al posmodernismo, pero siempre ubicándose a una cierta distancia y desenvolviendo su propio camino de búsqueda. Su propia voz. De ello, tal vez, la impresión contradictoria que, a veces, ofrecen sus obras y su personalidad. Pero, quizás, es en este perfil que está escondido el significado más profundo de la obra de Calvino, quien ha buscado durante toda su vida una respuesta, en términos racionales y morales, al sentido de un mundo que se le revelaba siempre más incomprensible y laberíntico. Podemos decir que el racionalismo iluminado es el motivo de su principal inspiración artística y que, seguramente, no fue extraño a esta inclinación el tipo de formación recibida de sus padres, ambos científicos e investigadores.

Fue el escritor Cesare Pavese quien influyó, sin proponérselo, sobre Calvino para dirigirlo hacia el oficio de narrador. Inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, Calvino escribía cuentos breves y los ponía, cada día, a consideración de Pavese. Éste, tal vez para sacárselo de encima, le sugirió que escribiera algo más largo. Calvino volvió a su casa y escribió El sendero de los nidos de araña, su primer gran éxito. Seguirán luego El vizconde demediado, El Barón rampante, Fábulas italianas, Las ciudades invisiblesy tantos otros hasta llegar a Lecciones americanas, seis propuestas para el nuevo milenio, de 1985, compendio de las lecciones que Calvino impartió en la Universidad de Harward, obra inconclusa porque ese año falleció. 

En la base de la aparente fábula narrativa y del tono divertido de Calvino, hay siempre una meditada y dramática concepción de la vida, alienada por las relaciones sociales, por la tecnología, por los prejuicios, por la moderna producción industrial. Por ello una espléndida novela, como El Barón rampante, puede ser leída como una fábula para niños (trata de un niño que decide vivir sobre un árbol y no bajar nunca más a tierra) pero, esencialmente, es la fotografía que representa el ideal de hombre y de intelectual que poseía el autor.

El infierno
Calvino advertía y sufría todas las contradicciones del intelectual italiano en el período posbélico. Analizaba y ponía en evidencia la crisis de la nueva sociedad burguesa, transfiriendo sus reflexiones al plano de la fábula y exponiéndolas, pero dejando abierta la problemática en sí. Por ejemplo, en El sendero de los nidos de araña eligió representar, a través de la mirada de un muchacho, la guerra partisana y, además, la realidad degradada de un submundo urbano en el cual se sobrevivía de picardías y de diversas prostituciones durante la ocupación alemana.

La difusión de sus libros, en Italia y en el extranjero, se debe sobre todo a su estilo, privado de oropeles, de tendencias estetizantes y de componentes retóricos. Al contrario, su prosa es esencial y despojada. En Las ciudades invisibles escribe: "El infierno de los mortales no es algo que será. Si hay alguno, ya está aquí. Es el infierno que vivimos todos los días, que hacemos estando juntos. Dos modos hay para no sufrir. El primero es fácil para muchos: aceptar el infierno y formar parte de él hasta el punto de no verlo más. El segundo es peligroso y exige cuidado y formación constante. Consiste en buscar y saber reconocer quién y qué cosa, en este infierno, no pertenecen a él y una vez ubicados, hacerlos durar y darles espacio".

(c) LA GACETA Cristiana Zanetto - Periodista italiana de medios gráficos y audiovisuales.

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