La lógica del miedo
En música, suele decirse que el "blue" sigue patrones repetitivos que hacen de este ritmo algo particular. Casi por analogía, la Argentina también repite sucesos que más que a la tristeza o a la melancolía (de eso se trata el blue), responde más a la lógica del miedo. Hace unos días, en una charla, el economista Tomás Bulat me decía que, contrario sensu de lo que dicen las reglas de mercado, el dólar es una mercadería que se vende más cuando más alta es su cotización. "Todos quieren cubrirse contra el miedo y, cuando baja, nadie lo hace, porque presume que se tranquiliza la plaza", comentaba. El susto se apoderó de todos los agentes económicos. Empresarios, banqueros, consumidores o simple ahorristas tienen miedo de que -como sucedió a fines de octubre de 2011- el Gobierno decida darle una vuelta de rosca a las restricciones y, así, quedarse sin dólares para las vacaciones.

En tiempos electorales, la incertidumbre se apodera del mercado. Y es difícil que la cotización del dólar paralelo baje a menos de $ 9,50. Da la sensación de que los controles de Guillermo Moreno ya no son tan efectivos como en otros tiempos. La emisión monetaria genera más inflación y ésta, a su vez, está minando el poder adquisitivo en pesos de los argentinos. El dólar se mueve al ritmo de la inflación. Tal como están planteadas las cosas, parece que habrá que acostumbrarse a que la economía siga bailando al ritmo del blue.

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