14 Octubre 2013
La administración de José Alperovich encuadra perfectamente en muchos de los cánones clásicos de la sociología del peronismo.
La discrecionalidad en el manejo de los recursos estatales, el personalismo extremo, el nepotismo, la escasa atención a la división de poderes y la voluntad de perpetuación en el Ejecutivo constituyen, acaso, un modelo que este movimiento ha llevado eficazmente a la práctica, pese -conviene aclararlo- a no ser su único usufructuario. La encuesta de Poliarquía Consultores, que hoy publica en exclusiva LA GACETA, expone que también las simpatías y apoyos sociales que recoge el gobierno de Alperovich responden a una sociodemografía peronista.
El Gobierno provincial recoge un fuerte apoyo en los sectores populares, que se va deteriorando en las capas medias hasta ser francamente minoritario entre los sectores más aventajados de la sociedad. Asimismo, la gestión reúne un amplio apoyo social en el interior, que contrasta con la posición mayormente crítica de los habitantes de la capital. Por ello, no sorprende que las áreas de gestión mejor evaluadas sean salud, educación y obra pública; y que entre las deficitarias, destaque la corrupción.
Tras más de 10 años, la gestión de Alperovich mantiene hoy un considerable nivel de apoyo social, ganado al abrigo del kirchnerismo. El interrogante es si el ocaso del gobierno de Cristina Fernández lo arrastrará; o si, por el contrario, él encontrará el modo de realinearse en un peronismo que ebulle ante la inminencia de un nuevo ciclo.
La discrecionalidad en el manejo de los recursos estatales, el personalismo extremo, el nepotismo, la escasa atención a la división de poderes y la voluntad de perpetuación en el Ejecutivo constituyen, acaso, un modelo que este movimiento ha llevado eficazmente a la práctica, pese -conviene aclararlo- a no ser su único usufructuario. La encuesta de Poliarquía Consultores, que hoy publica en exclusiva LA GACETA, expone que también las simpatías y apoyos sociales que recoge el gobierno de Alperovich responden a una sociodemografía peronista.
El Gobierno provincial recoge un fuerte apoyo en los sectores populares, que se va deteriorando en las capas medias hasta ser francamente minoritario entre los sectores más aventajados de la sociedad. Asimismo, la gestión reúne un amplio apoyo social en el interior, que contrasta con la posición mayormente crítica de los habitantes de la capital. Por ello, no sorprende que las áreas de gestión mejor evaluadas sean salud, educación y obra pública; y que entre las deficitarias, destaque la corrupción.
Tras más de 10 años, la gestión de Alperovich mantiene hoy un considerable nivel de apoyo social, ganado al abrigo del kirchnerismo. El interrogante es si el ocaso del gobierno de Cristina Fernández lo arrastrará; o si, por el contrario, él encontrará el modo de realinearse en un peronismo que ebulle ante la inminencia de un nuevo ciclo.
NOTICIAS RELACIONADAS
Lo más popular
