Por Gabriela Baigorrí
09 Octubre 2013
El bullicio de los alumnos apenas permitía escuchar sus palabras. Pero levantó la voz frente a los micrófonos. A poco de las elecciones, el gobernador alzó el volumen y acalló también el alboroto proselitista. Le puso otra vez su imagen a la campaña, la que se había esfumado de los afiches después de los resultados de las PASO. Tras semanas de esquivar la cuestión electoral y sin que nadie le preguntara, pidió explicarles a los tucumanos "de qué se trata esto de ganar la elección". Palabras más, palabras menos, condicionó el número de bancas con el de beneficios que podrían llegar de la Nación. Redujo a los diputados a gestores y dejó entrever, quizás, el temor al desgaste de tres gestiones. ¿Por qué lo hizo? Puede que las previsiones hayan mejorado o empeorado. O que haya, sencillamente, decidido volver a apostar por él mismo, porque cada vez que participó de una elección, la ganó.
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