04 Octubre 2013
JUICIO. El penal de Villa Gorriti funcionaba como un centro clandestino de detención. FOTO TOMADA DE JUJUYALMOMENTO.COM
JUJUY.- Un ex prisionero político de la última dictadura identificó hoy como represores a cuatro acusados en el segundo juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en Jujuy tras el golpe de estado del 24 de marzo de 1976.
Juan Felipe Noguera, ex militante de la JP y testigo víctima, identificó en el juicio oral a los oficiales del Servicio Penitenciario provincial Herminio Zárate, Mario Marcelo Gutiérrez, Carlos Alberto Ortiz y Orlando Ricardo Ortiz como represores que actuaban en el penal de Villa Gorriti, en la capital jujeña.
También identificó a personas que permanecen desaparecidas, con las que tuvo contacto y en algunos casos conversó en cárceles, traslados de prisioneros y en centros clandestinos de detención por los que pasó.
Noguera relató que el carcelero Orlando Ricardo Ortiz, quien revistaba también en el Area 323 de la represión terrorista estatal, lo amenazó de muerte delante de su madre, después de que recuperara la libertad, en la unidad RI 20 del Ejército.
El testigo no pudo identificar a César Darío Díaz, un suboficial del Ejército afectado en esa ápoca a la cárcel de Gorriti, según declaró al Tribunal Oral Federal de Jujuy, integrado por Fátima Ruiz López, Daniel Morín, Federico Díaz y Marcelo Juárez Almaraz.
En cambio, precisó el rango y la función de cada uno de los cuatro carceleros identificados y dijo que eran miembros de la "patota" que hacía requisas en los pabellones de presos y presas políticas, ordenaban trasladados y sometían a los detenidos a torturas físicas y psicológicas.
Dentro del penal, los cuatro "tenían autoridad" delegada por los jefes militares de la represión, igual que otro guardiacárcel de apellido Villarroel mencionado repetidas veces en este juicio.
Noguera estuvo detenido en Jujuy en tres oportunidades, dos antes del golpe de estado y la tercera desde el 6 de abril de 1976 hasta el 26 de mayo de 1978. En esta condición, pasó por la central de la Policía provincial, la delegación jujeña de la Policía Federal, la cárcel de Gorriti y, fuera de la provincia, por las cárceles Unidad 9 y Sierra Chica, en la provincia de Buenos Aires, y los campos de concentración de La Perla y La Rivera, en Córdoba.
En la detención posterior al golpe, dentro de la sede de la Policía provincial, Noguera dijo haber visto y dialogado con Vicente Cosentini, que era secretario provincial del Partido Comunista de Jujuy y permanece desaparecido.
En el traslado a La Plata, vio como marcaban con una cinta roja a los luego desaparecidos Luis Aredez y Armando Tilca, entre otros, a los que golpearon durante el vuelo y debieron ser llevados "directamente a la enfermería" de la Unidad 9.
El testigo vio también al desaparecido Jorge Turk Llapur en la cárcel de Gorriti, habló el él y, un día de rezos al que acudió el obispo José Miguel Medina, le preguntaron por "Dumbo", tal el apodo de Turk, y el religioso les respondió que "lo habían llevado afuera, juzgado y fusilado por el Ejército".
Noguera vio además en la cárcel de Gorriti a los desaparecidos Osvaldo José Gabriel Giribaldi, Dominga Álvarez de Scurta, María Alicia del Valle Ranzoni, Juana Francisca Torres Cabrera, Pedro Eduardo Torres Cabrera y Jaime Lara, cuyos casos investiga este segundo juicio por delitos de lesa humjanidad cometidos en Jujuy.
"Cayó al pabellón 5, llegó herido de bala, el primero que vimos baleado, lo llevaron en una camilla y lo tiraron en una celda, hecho una piltrafa. Nos dijo que era militante del ERP, pedimos que lo lleven a la enfermería y no nos dieron ni bolilla", relató Noguera sobre Giribaldi.
Entre los agentes penitenciarios, Noguera mencionó también al oficial Néstor Singh, quien lo autorizó a visitar a su padre moribundo en el Hospital Pablo Soria de Jujuy y, una vez fallecido, asistir a su velatorio, esposado.
El testigo describió asimismo el maltrato físico que padeció, las pésimas condiciones de vida que tuvo en las celdas de castigo, la comida que recibía una vez al día y los colchones con insectos.
Después de ser liberado en Sierra Chica, tuvo que presentarse al RI 20, unidad del Ejército a la que acudió acompañado por su madre, relató.
En este lugar, Orlando Ricardo Ortiz le dijo que si seguía en política lo matarían. "Señora, a su hijo no lo vuelve a ver más", insistió mirando a su madre.
El testigo relató que ya en libertad también fue amenazado reiteradas veces en la calle por el oficial Mario Gutiérrez, quien además concurrió al primer trabajo que logró y le dijo al patrón que lo echara porque era "un subversivo".
María José Castillo, integrante de la querella, dijo que con las declaraciones de los testigos víctimas Mercedes Susana Salazar, Gladys Artunduaga y Felipe Noguera "queda acreditada la participación de los imputados en los hechos que sucedieron en el pabellón de mujeres y de hombres".
Para la también querellante Paula Alvarez Carreras, Noguera logró "identificar a los oficiales guardia cárceles, las jerarquías y las funciones que cumplían en el penal, inclusive la vinculación de Ricardo Ortiz con el Ejército, puesto que trabajaba en el regimiento (RI 20)". (Télam)
Juan Felipe Noguera, ex militante de la JP y testigo víctima, identificó en el juicio oral a los oficiales del Servicio Penitenciario provincial Herminio Zárate, Mario Marcelo Gutiérrez, Carlos Alberto Ortiz y Orlando Ricardo Ortiz como represores que actuaban en el penal de Villa Gorriti, en la capital jujeña.
También identificó a personas que permanecen desaparecidas, con las que tuvo contacto y en algunos casos conversó en cárceles, traslados de prisioneros y en centros clandestinos de detención por los que pasó.
Noguera relató que el carcelero Orlando Ricardo Ortiz, quien revistaba también en el Area 323 de la represión terrorista estatal, lo amenazó de muerte delante de su madre, después de que recuperara la libertad, en la unidad RI 20 del Ejército.
El testigo no pudo identificar a César Darío Díaz, un suboficial del Ejército afectado en esa ápoca a la cárcel de Gorriti, según declaró al Tribunal Oral Federal de Jujuy, integrado por Fátima Ruiz López, Daniel Morín, Federico Díaz y Marcelo Juárez Almaraz.
En cambio, precisó el rango y la función de cada uno de los cuatro carceleros identificados y dijo que eran miembros de la "patota" que hacía requisas en los pabellones de presos y presas políticas, ordenaban trasladados y sometían a los detenidos a torturas físicas y psicológicas.
Dentro del penal, los cuatro "tenían autoridad" delegada por los jefes militares de la represión, igual que otro guardiacárcel de apellido Villarroel mencionado repetidas veces en este juicio.
Noguera estuvo detenido en Jujuy en tres oportunidades, dos antes del golpe de estado y la tercera desde el 6 de abril de 1976 hasta el 26 de mayo de 1978. En esta condición, pasó por la central de la Policía provincial, la delegación jujeña de la Policía Federal, la cárcel de Gorriti y, fuera de la provincia, por las cárceles Unidad 9 y Sierra Chica, en la provincia de Buenos Aires, y los campos de concentración de La Perla y La Rivera, en Córdoba.
En la detención posterior al golpe, dentro de la sede de la Policía provincial, Noguera dijo haber visto y dialogado con Vicente Cosentini, que era secretario provincial del Partido Comunista de Jujuy y permanece desaparecido.
En el traslado a La Plata, vio como marcaban con una cinta roja a los luego desaparecidos Luis Aredez y Armando Tilca, entre otros, a los que golpearon durante el vuelo y debieron ser llevados "directamente a la enfermería" de la Unidad 9.
El testigo vio también al desaparecido Jorge Turk Llapur en la cárcel de Gorriti, habló el él y, un día de rezos al que acudió el obispo José Miguel Medina, le preguntaron por "Dumbo", tal el apodo de Turk, y el religioso les respondió que "lo habían llevado afuera, juzgado y fusilado por el Ejército".
Noguera vio además en la cárcel de Gorriti a los desaparecidos Osvaldo José Gabriel Giribaldi, Dominga Álvarez de Scurta, María Alicia del Valle Ranzoni, Juana Francisca Torres Cabrera, Pedro Eduardo Torres Cabrera y Jaime Lara, cuyos casos investiga este segundo juicio por delitos de lesa humjanidad cometidos en Jujuy.
"Cayó al pabellón 5, llegó herido de bala, el primero que vimos baleado, lo llevaron en una camilla y lo tiraron en una celda, hecho una piltrafa. Nos dijo que era militante del ERP, pedimos que lo lleven a la enfermería y no nos dieron ni bolilla", relató Noguera sobre Giribaldi.
Entre los agentes penitenciarios, Noguera mencionó también al oficial Néstor Singh, quien lo autorizó a visitar a su padre moribundo en el Hospital Pablo Soria de Jujuy y, una vez fallecido, asistir a su velatorio, esposado.
El testigo describió asimismo el maltrato físico que padeció, las pésimas condiciones de vida que tuvo en las celdas de castigo, la comida que recibía una vez al día y los colchones con insectos.
Después de ser liberado en Sierra Chica, tuvo que presentarse al RI 20, unidad del Ejército a la que acudió acompañado por su madre, relató.
En este lugar, Orlando Ricardo Ortiz le dijo que si seguía en política lo matarían. "Señora, a su hijo no lo vuelve a ver más", insistió mirando a su madre.
El testigo relató que ya en libertad también fue amenazado reiteradas veces en la calle por el oficial Mario Gutiérrez, quien además concurrió al primer trabajo que logró y le dijo al patrón que lo echara porque era "un subversivo".
María José Castillo, integrante de la querella, dijo que con las declaraciones de los testigos víctimas Mercedes Susana Salazar, Gladys Artunduaga y Felipe Noguera "queda acreditada la participación de los imputados en los hechos que sucedieron en el pabellón de mujeres y de hombres".
Para la también querellante Paula Alvarez Carreras, Noguera logró "identificar a los oficiales guardia cárceles, las jerarquías y las funciones que cumplían en el penal, inclusive la vinculación de Ricardo Ortiz con el Ejército, puesto que trabajaba en el regimiento (RI 20)". (Télam)
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