"No sabemos si en el futuro habrá autos con computadoras o computadoras con ruedas"

Un día de 28 horas, cuatro más de las que tiene para ofrecer un reloj cualquiera. No parece tanto para un ejecutivo de una de las empresas más grandes del mundo, en la vida física y también en la virtual. Eso es lo único que necesita Víctor Valle para encontrar el equilibrio perfecto entre la familia, la guitarra y las clases de filosofía, las horas de descanso y el huracanado trabajo en Google como director Comercial para Pymes para Hispanoamérica. "Sí -admite el entrevistado- es un ritmo de vida agitado. La demanda de trabajo es muy alta, porque la industria de internet va muy rápido, el mercado cambia casi mes a mes. Ese es el contexto, lo sabemos, pero también hay que crearse los espacios para hacer lo que nos gusta fuera del trabajo". Será por eso que, cuando piensa en el futuro y la tecnología como una de sus caras indivisibles, habla de tiempo libre, relax, viajes...

Curiosamente, el directivo que puso la llave y abrió por primera vez la puerta de las oficinas de Google en Buenos Aires, es un mortal envuelto en humanidad. Transmite paz, a pesar de que hoy esté en Tucumán y mañana pueda estar volando hasta Guadalajara o a Colombia para cerrar un trato. Desde su escritorio en Puerto Madero, junto a otras 199 personas, maneja buena parte de los negocios del gigante de las búsquedas en toda Hispanoamérica, es decir desde México hasta Argentina, salteándose únicamente Brasil.

Raíces
Víctor llegó a nuestra provincia a brindar una conferencia en el XII Congreso Regional de Turismo. Su charla "Herramientas para promocionar y hacer crecer tu negocio" intentó ayudar a los empresarios de la región a que tengan una mayor presencia en internet, la arena en la que hoy se decide la gran parte de las transacciones: desde comprar una licuadora hasta elegir el próximo destino de vacaciones. Pero no ha descubierto nada nuevo: cuando tiene la oportunidad, Víctor se instala en Tucumán porque tiene lazos familiares que lo unen a esta tierra: su tío abuelo era el renombrado pintor Ramón Gómez Cornet, que nació en Santiago del Estero, pero que dio clases en la UNT junto a Lino Spilimbergo. Hoy, en Tucumán lo reciben algunos primos, entre ellos, el folclorista Santiago Cornet. Pero volvamos a Google y a las oficinas en Puerto Madero, el trabajo soñado para muchos y el que llegó a su vida sin querer.

- ¿Cómo empieza tu historia con Google?

- Creo que fue algo del destino, me lo mandaron de arriba. Un día, hace siete años, me aparece un mensaje en LinkedIn (la red social de profesionales), donde había cargado mi currículum. Era de Google, estaban buscando alguien que arrancara con la oficina en Argentina. De hecho, fui el primer empleado de Google Argentina. El proceso de selección duró dos meses, tuve 13 entrevistas hasta que quedé a cargo.

- ¿Cómo fue tu reacción al recibir ese mensaje?

- A decir verdad, fue un poco tibia. Ni fría, ni híper entusiasmada. Tibia. En realidad, yo siempre había soñado con trabajar para Yahoo!, aunque a Google ya lo usaba como buscador. Me gustaba la compañía, aunque no sabía muy bien qué era. Me entusiasmó esto de empezar de cero. En ese momento tenían 6.000 empleados en todo el mundo. Hoy somos casi 50.000.

- ¿Cómo es trabajar en Google?

- Es muy apasionante, sobre todo porque trabajás con gente muy capacitada y talentosa, gente que muchas veces es mejor que vos. Ese talento y formación fueron los motivos que impulsaron a la compañía a abrir oficinas acá. Y también la personalidad de los argentinos daba mucho con el perfil que se busca. En Google se trabaja mucho en equipos chicos. Se respetan todas las opiniones, porque el foco está puesto siempre en el usuario y todos eso está claro para todos los que trabajamos ahí. No vas a encontrar a nadie que no sepa la misión de la empresa: organizar la información del mundo y hacerla universalmente accesible y útil. También hay otros beneficios, por ejemplo que las mujeres tienen seis meses de licencia por maternidad y los hombres uno. Y hay muy buena comida...

- ¿Y la organización interna?

- Es una estructura muy flexible y abierta, pero también hay una responsabilidad y un objetivo de negocio. Nuestros objetivos son trimestrales, no se hacen planificaciones a muy largo plazo porque la industria no te lo permite. Tenemos grandes lineamientos como base, pero cada trimestre nos vamos acomodando.

Google, el número uno de la red de redes, el que concentra el 92% de las búsquedas en internet en Argentina y el 60% en el mundo, no tiene planes a largo plazo. La empresa fundada por Larry Page y Sergey Brin hace 15 años entiende que proyectar más de la cuenta, en el mundo vertiginoso que ellos mismos están creando, puede significar arrojarse al abismo del sinsentido. Entonces elige quemar los papeles con buenas e imposibles intenciones en el fuego de Heráclito.

Tal vez por esta convicción de que lo único permanente es el cambio, Víctor tarde unos segundos antes de responder sobre lo que vendrá. Paradojas de alguien que trabaja con el ojo puesto en el futuro queriendo volver a los orígenes.

- ¿Cómo es el futuro según Google?

- No sé si es según Google, sino más bien lo que los usuarios hagan con internet. Creo que como espíritu de la época no somos conscientes del cambio en el que estamos metidos. Hay que tener espíritu de aventura para lanzarse a lo que uno no sabe que está por venir. Aunque uno crea que lo tiene controlado, no es así. Como época tenemos la suerte de vivir un cambio como nunca lo vivió la humanidad, muy superior a lo que fue la imprenta. Internet es poner la información a disposición de un montón de gente, pero todo depende de qué es lo que haga cada uno con esa información. El vaso medio vacío es que la tecnología nos incomunica, nos distrae; pero el vaso medio lleno y que ya lo estamos viendo es que, a través de los móviles, tenés mucha más relación con lo local, con lo inmediato de tu entorno de relaciones pero también geográfico. La revolución móvil es una de las cosas que se vienen y otra es la tecnología wearable (vestible). No sabemos si en el futuro habrá autos con computadoras o computadoras con ruedas, como tampoco sabemos si la tecnología será una extensión del cuerpo o viceversa... Todo depende del uso. Yo, por mi lado, creo que es un momento de volver a las cosas esenciales y simples de la vida. A las raíces de los grandes pensadores, a Sócrates y a Platón. Hay un riesgo grande de despersonalizarse, pero depende mucho de nosotros.

- Si Google cobrara vida, ¿qué es lo primero que haría?

- Ser tu asistente personal en las cosas que necesitás resolver cada día. Lo tendrías a tu lado sentado, ayudándote, dándote información para pensar. Facilitarte las cosas e idealmente liberarte tiempo para otras cosas: para la familia, para hacer lo que te gusta hacer.