Por Roberto Espinosa
02 Octubre 2013
Se eleva en rezo. Se adelgaza en el aire. En falsete se desarma en la caja. Se viste de garra. De dulzura. Se desbarranca en sentimiento. Dispara un ruego al silencio, sembrando un eco de baguala. El canto camina sobre cuerdas de guitarra: "Soy corzuela del monte refugiada en la soledad, no ha nacido aún el hombre que robe mi libertad. Ollita de barro, reseca como mi piel, regame de coplas que endulcen como la miel". La voz se abraza a un alma de mujer que florece en zamba, chacarera, huayno, chamamé, tango, candombe, vidala bagualera, canción. Intérprete, docente, psicóloga, discípula de Andrés Aciar, querido director coral tucumano, Lorena Astudillo regresa con "Un mar de flores", trayendo trece piezas de su propia cosecha, en las que sorprende no sólo su talento musical para abordar, desde la creación, distintos ritmos, sino también sus letras de calidad literaria que desgranan su femineidad, la ternura maternal, la justicia, la libertad, la verdad, el amor por los viejos.
En su quinto disco, la acompaña un racimo de instrumentistas notables, tales como Eduardo Spinassi, Rudy y Nini Flores, Lilian Saba, Hugo Fattoruso, Daniel Maza con su grupo, Pablo Fraguela, Jorge Giuliano, Osvaldo Burucuá, el Quinteto La Grela, Ramiro Gallo y Horacio Cacoliris, entre otros. "Mi universo, que tiene que ver con el título del disco, tiene que ver con ir transitando por distintos géneros porque son distintas cosas que se dicen, un tango me permite decir mucho mejor cierta letra que una baguala o una vidala, porque yo soy urbana. Yo amo el folclore pero vivo en la ciudad así que en mí coexisten todos esos paisajes", afirma la cantora. Astudillo trabaja cada pieza de un modo distinto (como acariciando con un pulso diferente la cabeza de cada hijo), tanto desde lo vocal, como desde el sentimiento y los arreglos musicales (varios de ellos de Fraguela). De yapa, regala la canción "Quedándote o yéndote", con música de Spinetta, y la "Zamba del arribeño", de los tucumanos Juan Falú y Néstor Soria, una versión difícil de superar. Lorena Astudillo sorprende por la variedad de recursos expresivos. En sus piezas, hay poesía, humor (el tango "El superado"), alegría, hondura, afecto. Flores que mojan en el mar un corazón de mujer en alto vuelo.
En su quinto disco, la acompaña un racimo de instrumentistas notables, tales como Eduardo Spinassi, Rudy y Nini Flores, Lilian Saba, Hugo Fattoruso, Daniel Maza con su grupo, Pablo Fraguela, Jorge Giuliano, Osvaldo Burucuá, el Quinteto La Grela, Ramiro Gallo y Horacio Cacoliris, entre otros. "Mi universo, que tiene que ver con el título del disco, tiene que ver con ir transitando por distintos géneros porque son distintas cosas que se dicen, un tango me permite decir mucho mejor cierta letra que una baguala o una vidala, porque yo soy urbana. Yo amo el folclore pero vivo en la ciudad así que en mí coexisten todos esos paisajes", afirma la cantora. Astudillo trabaja cada pieza de un modo distinto (como acariciando con un pulso diferente la cabeza de cada hijo), tanto desde lo vocal, como desde el sentimiento y los arreglos musicales (varios de ellos de Fraguela). De yapa, regala la canción "Quedándote o yéndote", con música de Spinetta, y la "Zamba del arribeño", de los tucumanos Juan Falú y Néstor Soria, una versión difícil de superar. Lorena Astudillo sorprende por la variedad de recursos expresivos. En sus piezas, hay poesía, humor (el tango "El superado"), alegría, hondura, afecto. Flores que mojan en el mar un corazón de mujer en alto vuelo.
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