El papa Francisco volvió a encender la polémica. Criticó la tendencia del Vaticano a mirarse a sí mismo y consideró que es uno de sus grandes defectos. Y sus palabras fueron claves. Porque salieron a la luz el mismo día en que se reunió por primera vez la comisión de ocho cardenales que lo asesorarán en la reforma de la Curia romana.
Sin temer por las consecuencias de sus dichos, el Sumo Pontífice cuestionó a la Curia, el gobierno de la Iglesia, y dijo que su problema es que se ocupa sólo de los inconvenientes de la Santa Sede y olvida el mundo que le rodea.
"El problema con esta visión es que es "vaticanocéntrica. Ve y cuida los intereses del Vaticano, que son todavía, en buena parte, intereses temporales. Esta visión vaticanocéntrica descuida el mundo que nos rodea. No comparto esta visión y haré todo lo posible para cambiarla", apuntó en una entrevista publicada ayer en el diario italiano La Repubblica, de Italia.
"Aunque la Curia en general es otra cosa, en la Curia hay a veces cortesanos", declaró, y luego agregó: "en el pasado los jefes de la Iglesia han sido con frecuencia narcisistas, adulados por sus cortesanos. La corte es la lepra del papado", señaló Jorge Bergoglio.
"La Iglesia tiene que volver a ser una comunidad del pueblo de Dios y los presbíteros, los párrocos y los obispos deben estar al servicio del pueblo de Dios", añadió.
Sobre su visión de la Iglesia, explicó: "no se debe basar en el proselitismo sino en escuchar las necesidades, las desilusiones, la desesperación y dar esperanza a los jóvenes y ayudar a los viejos, abrir al futuro y difundir el amor. Ser pobres entre los pobres".
Bergoglio indicó en esta entrevista de tres páginas que en el Concilio Vaticano II se decidió mirar al futuro con espíritu moderno y abrirse a la cultura moderna, que significaba ecumenismo religioso y diálogo con los no creyentes". Pero el pontífice reconoció que hasta ahora se ha hecho poco y anunció que él tiene la humildad y la ambición de llevar a cabo ese camino de la Iglesia hacia la modernidad.
Francisco confesó que tras ser elegido al frente de la Iglesia católica en marzo consideró durante breves instantes la posibilidad de rechazar el puesto.
También bromeó al asegurar que cuando tiene delante un clerical también él se vuelve anticlerical de golpe. Y explicó: "el clericalismo nada tiene que ver con el cristianismo. San Pablo fue el primero que habló con los paganos, los creyentes de otras religiones".
Por otra parte, aseveró que la Iglesia no se ocupará de política. "Las instituciones políticas son laicas por definición y actúan en esferas diferentes. La Iglesia no irá más allá de su deber de expresar y difundir sus valores, al menos mientras yo esté aquí", confirmó. Por último, llamó a la Iglesia católica a abrirse a los nuevos tiempos, marcados en su opinión por el desempleo juvenil y la soledad de muchas personas mayores como los mayores males.
Coincidencia
La entrevista se publicó en concomitancia con la primera reunión que mantuvo el Papa con el llamado "G8 -de la Iglesia", el Consejo de ocho cardenales nombrados por Francisco para analizar la posible reforma de la Curia romana.
"No son cortesanos sino personas sabias, animadas por mis mismos sentimientos -dijo sobre los ocho cardenales-. Esto es el inicio de una Iglesia con una organización no sólo vertical sino también horizontal".
Los ocho cardenales de los cinco continentes, entre ellos dos de latinoamérica, se reúnen por primera vez, en principio hasta el jueves.
El grupo recibió como encargo del pontífice que le hicieran propuestas de reforma de la Curia y la Iglesia. Hay previstos más encuentros para más adelante y Francisco podría, además, ampliar este gremio.
A todos el Papa les ha pedido discreción. Entre sus objetivos están conseguir una Curia más reducida y una mayor coordinación del trabajo diario del Vaticano. Francisco también ha creado comisiones para cuestiones económicas y administrativas.
Los ocho cardenales que ayudarán a reformar la curia
Oscar Rodríguez Maradiaga
Es un salesiano de grandes talentos. Es psicólogo, piloto de avioneta y músico. Tiene 71 años y fue presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).
George Pell
El cardenal australiano de 72 años es un intelectual con notable prestigio en todo el mundo anglosajón. Se lo considera ligeramente conservador, pero es a la vez, pragmático, flexible y eficaz.
Sean O' malley
El cardenal de Boston, de 68 años, es sencillo, buen comunicador, experto en erradicar abusos sexuales y en sanear diócesis con problemas serios. Ya subrayó la urgencia de sanear la Curia.
Laurent Monsengwo
El cardenal congoleño de 73 años ha presidido el Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar (Secam) y un parlamento de transición en el Congo para favorecer la paz.
Reinhard Marx
El cardenal alemán preside la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea (Comece). Tiene 60 años, es políglota, expeditivo, experto en doctrina social de la Iglesia y apasionado de la justicia.
Oswald Gracias
El cardenal indio de 68 años preside la conferencia episcopal de su país y la Federación de Conferencias de Obispos de Asia. Fue presidente de la Sociedad de Derecho Canónico de la India.
Francisco Javier Errázuriz
El cardenal chileno de 79 años fue presidente del Consejo Episcopal Latino Americano y secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada.
Giuseppe Bertello
El cardenal italiano de 68 años es el presidente de la Gobernación del Estado del Vaticano. Ha sido diplomático en destinos como Sudán, Venezuela o Naciones Unidas. También fue nuncio en Italia.
ENTENDER LA REFORMA
- A puertas cerradas.- El grupo de ocho cardenales creado por Francisco para ayudarle en la reorganización de la Curia trabaja a puerta cerrada con el Papa, desde ayer y hasta jueves. El viernes, fiesta de San Francisco, peregrinarán todos a Asís, donde saldrá a la luz parte de lo que se avecina en el futuro. El «G-8» está presidido por un cardenal del Nuevo Mundo, Oscar Rodríguez Maradiaga, antiguo presidente del episcopado latinoamericano (CELAM).
- Una cosa muy seria.- Los analistas creen que los planteos de reformas que pueden surgir en las reuniones fueron trazados, en parte, por Benedicto XVI en dos encíclicas, «Deus Caritas Est» (2005) y «Caritas in Veritate» (2009). Y sostienen que la mejor guía para entender lo que está pasando es el Papa Francisco. El 28 de julio, en una entrevista con «Globo News» en Río de Janeiro, el Papa expresó "la reforma de la Curia es una cosa muy seria. Calculo que necesitaremos dos o tres reuniones (del «G-8») antes de que se note algún cambio".
- Divorciados.- Las reuniones de trabajo con los ocho cardenales abordarán el problema de recepción de sacramentos por parte de los divorciados vueltos a casar. Lo estudiarán en el contexto del conjunto de la pastoral matrimonial,que incluye dejar clara la seriedad del matrimonio antes de que los contrayentes acudan al altar. Se tendrá en cuenta la experiencia de la Iglesia ortodoxa, que da una segunda oportunidad a la parte inocente.
- Tiempo indeterminado.- Hace una semana, en una nota publicada en 16 revistas de los jesuitas, el Papa señaló: "muchos creen que los cambios y las reformas pueden llegar en un tiempo breve. Yo opino que se necesita tiempo para poner las bases de un cambio verdadero y eficaz". Los expertos calculan que la reforma puede llevar un par de años o más. "Las reformas organizativas y estructurales son secundarias, es decir, vienen después. La primera reforma debe ser la de las actitudes. El Pueblo de Dios necesita pastores, y no funcionarios, clérigos de despacho", remarcó Francisco.
- La actitud de la iglesia.- Los estudiosos creen que la reforma empezó hace dos años cuando el Papa Benedicto explicó su proyecto de una Iglesia desmundanizada y pobre, llamada a centrarse en la adoración a Dios y el servicio al prójimo. La idea no es cambiar la doctrina de la Iglesia, pero sí la actitud.