Un Cortázar que se divierte cuando habla de literatura

Un Cortázar que se divierte cuando habla de literatura

El libro plasma la visión del autor sobre su propia obra.

UNA IDENTIDAD SIN CONCESIONES. Es notoria la insistencia de Cortázar por mostrarse ante todo como un escritor latinoamericano, o más bien como un latinoamericano escritor, según afirma en una de las dos conferencias que también dicta en Berkeley. REVISTAENIE.CLARIN.COM UNA IDENTIDAD SIN CONCESIONES. Es notoria la insistencia de Cortázar por mostrarse ante todo como un escritor latinoamericano, o más bien como un "latinoamericano escritor", según afirma en una de las dos conferencias que también dicta en Berkeley. REVISTAENIE.CLARIN.COM
22 Septiembre 2013

RESCATE

CLASES DE LITERATURA

JULIO CORTÁZAR

(Buenos Aires - Alfaguara)

El libro da a conocer las clases dictadas por Cortázar en Berkeley en 1980. El prólogo de Carles Álvarez Garriga (también editor, junto a Aurora Bernández, de los cinco tomos de Cartas del autor) explica que Cortázar acepta dar un curso en Estados Unidos luego de varias negativas fundadas en su posición antiimperialista. En una de sus cartas se jacta un poco de esto. Dice que la universidad "lamentará siempre haberme invitado" por haber dejado una "imagen de 'rojo' tal como la que se puede tener en los ambientes académicos de los USA". Pero dice también que el curso "fue excelente para mí" y "me divertí".

Y ése es el principal mérito del libro: mostrar a un Cortázar que se divierte conversando sobre literatura y sobre su propia obra con un grupo de estudiantes. Comienza hablando de los caminos que fue transitando como escritor a lo largo de 30 años: desde una etapa puramente "estética" (la de sus cuentos fantásticos), a otra "metafísica" (inaugurada por El perseguidor) y finalmente a una "histórica" (influida por la Revolución Cubana). Reflexiona sobre el cuento y sobre lo fantástico, apostando por una fantasía que en el fondo sirva para proyectar "con más claridad y más fuerza la realidad que nos rodea". También incursiona en la musicalidad y el erotismo en la literatura, así como en el humor y lo lúdico (apelando aquí a sus cronopios).

Rayuela

Se detiene largamente en Rayuela: cuenta cómo la novela surge de la imagen del famoso puente entre dos ventanas, cómo va diseñando su estructura "intercalada" y cómo lleva físicamente a cabo la tarea de intercalar capítulos y recortes en el suelo del amplio taller que le presta su amigo Eduardo Jonquières. A modo de balance de Rayuela destaca como positivo el haber volcado una experiencia muy existencial de alguien (el personaje de Horacio Oliveira) que no acepta la vida como quieren "vendérsela". De allí la consecuente capacidad de la novela de abrir cuestionamientos y preguntas para que los lectores cómplices buscaran respuestas. Juzga en cambio negativamente el carácter individualista del libro, que "lleva muy fácilmente al egoísmo". Libro de Manuel es reivindicado en cambio como una "toma de conciencia histórica". Aunque lo reconoce como un texto "muy flojo" desde el punto de vista de la escritura, declara estar contento de haberlo escrito para apoyar la protesta contra la escalada de violencia en la Argentina.

A lo largo de las clases, va dejando entrever su franca admiración por ciertos autores: Arlt, Lezama Lima, Roque Dalton, Macedonio Fernández (todos latinoamericanos, si bien alude también a Kakfa). Es notoria la insistencia de Cortázar por mostrarse ante todo como un escritor latinoamericano, o más bien como un "latinoamericano escritor", según afirma en una de las dos conferencias que también dicta en Berkeley, reproducidas como apéndice del libro.

Pese a que difunde un material inédito hasta ahora, el contenido del libro no supone una completa novedad (mucho habló ya Cortázar en cartas y entrevistas, por ejemplo). Pero tiene el indudable interés de ofrecer al lector, en un único volumen, una visión retrospectiva y de conjunto -honesta y para nada solemne- del autor sobre su obra.

© LA GACETA

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Soledad Martínez Zuccardi

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