El silencio ya no puede disimular la desolación de la estación ferroviaria

El silencio ya no puede disimular la desolación de la estación ferroviaria

´CAMBIOS. Las palancas para cambiar las señales, la pasarela y el cielo a punto de llorar, en plena parada. ´CAMBIOS. Las palancas para cambiar las señales, la pasarela y el cielo a punto de llorar, en plena parada.
El silencio es salud pero la desolación es mala compañía. El km 813 donde se erigió la estación taficeña hoy luce diferente. La ceremonia de arribo y de partida de un tren se extraña. El día frío y gris invita a la nostalgia. Parado en el andén sin techo, don Manuel Gambini suspira y cierra los ojos. Se imagina otro ámbito. Miles de mamelucos azules invadiendo el predio. Estudiantes con sus libros y portafolios en dicharacheros grupos. Una larga cola sobre una de las dos ventanillas de venta de pasajes y otra corta. Pero la brisa helada de la mañana lo interrumpe. "Ni un perro cruza por las vías", comenta el hombre.

Apeadero
"Aquí primero fue apeadero. Después se construyó la estación. El troncal C que se extendía con rumbo al norte, hacia Salta y Jujuy fue prolongada desde Tucumán hasta Vipos el 1º de abril de 1885. El empalme Centenario-estación Muñecas se habilitó el 21 de diciembre de 1896. Es decir que el Apeadero era de esa época y la estación antes de que se construyeran los talleres. En junio de 1886 se habilitó la sección de Ruiz de los LLanos a Juramento; sin embargo, el tramo intermedio entre Vipos y Ruiz de los Llanos se libró al servicio recién en marzo de 1888, debido a las dificultades del terreno", explicó el ex ferroviario Ricardo "Pajita" Brunetti.La sala de espera, describió Carlos Coronel Di Fazio (63 años) "estaba donde figura la placa que indica el km 813 -contado desde el km 0 en Santa Fe- y las palancas para cambiar las señales de vía libre a la entrada y salida de la estación".

"Hasta la década del 60 había una construcción embudo, a la salida de la estación sobre la Sáenz Peña donde vendían el trombón -vaso de vino, preferentemente tinto- que muchos consumían con un picante, antes de subir al tren", agregó Coronel Di Fazio.

"La gente -añadió- también esperaba en el bar 103 en la esquina de Alem, donde había billares y también se instalaron las primeras máquinas con flipper de Tafí Viejo. Al frente de la estación funcionaba el quiosco de milanesas de los Barreiro y para el lado de la villa Obrera, a la izquierda de la curva, cruzando la pasarela, se hacían los bailes de carnaval al más puro estilo de los que hoy se hacen en Ranchillos". Ariel Alejandro Romano Espinoza, evocó al "Calavera". "Era un tren de palo que salía a las 4 y 5 de la mañana desde El Bajo a Tafí Viejo. El maquinista iba lento desde la estación Tucumán Norte hasta la esquina norte, para que pudieran ascender los trasnochados taficeños que iban a bailar al Parque Bar, en el parque 9 de Julio, o se quedaban para beber unas copas".

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