Por Fernando Stanich
19 Septiembre 2013
Un saludo no se le niega a nadie. Menos, a las dos personas por las que el gobernador está dispuesto a hacer "lo que le pidan". Ayer, la Corte Suprema de Justicia le hizo un mimo político a un agobiado alperovichismo, endulzó los oídos de la cada vez más vehemente Susana Trimarco y, de paso, arropó a la presidenta Cristina Fernández.
El oficialismo no había quedado bien ante la Casa Rosada con la serie de reveses judiciales que paralizaron la decapitación de los jueces del caso de Marita Verón. El alperovichismo apostó a sostener la acusación. Hoy, sacó la pelota de la provincia y será la Corte nacional la que defina la suerte de dos magistrados. Trimarco, la mujer que hasta anuncia visitas presidenciales, venía esquivando las críticas tras el subsidio millonario dado por la Legislatura.
Ayer, entre tanto zigzagueo, recibió un empujón anímico desde los tribunales contra los que tanto despotrica. Casualmente, está por salir la revisión del fallo absolutorio en el juicio penal. ¿La Corte le dará la espalda, o dará otro saludo?
El oficialismo no había quedado bien ante la Casa Rosada con la serie de reveses judiciales que paralizaron la decapitación de los jueces del caso de Marita Verón. El alperovichismo apostó a sostener la acusación. Hoy, sacó la pelota de la provincia y será la Corte nacional la que defina la suerte de dos magistrados. Trimarco, la mujer que hasta anuncia visitas presidenciales, venía esquivando las críticas tras el subsidio millonario dado por la Legislatura.
Ayer, entre tanto zigzagueo, recibió un empujón anímico desde los tribunales contra los que tanto despotrica. Casualmente, está por salir la revisión del fallo absolutorio en el juicio penal. ¿La Corte le dará la espalda, o dará otro saludo?
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