18 Septiembre 2013
PLÁSTICO - PROYECTO 1.
Collar realizado por la dupla Jéssica Morillo e Irene Auvieux.
FOTOS DE DIEGO ARáOZ - SOFíA AUVIEUX Y SALóN VIRLA
En un pulmón de manzana, rodeadas de vegetación, dos mujeres trabajan el fieltro a la luz natural que les regala el gran ventanal de la terraza céntrica. Nudos, giros y más nudos envuelven ese material que no es más que algodón. María Inés Palazzi y Cecilia Krausbeck, madre e hija que son socias de la marca La Colorina, entrelazan los cordones con varios anillos de cobre, lo que le da el toque de obra terminada. Ahí está; reposa sobre un medio maniquí de color negro. Y es una joya.
Una pila de bolsas de consorcio se transformó, gracias a la alquimia de dos diseñadoras tucumanas, en una piedra que parece semi preciosa. Cada uno de esos costales negros de plástico, que luego se descartan, fueron trabajados con calor, apelmazados y cortados en trozos. Esas piezas se engarzaron y así nació otra joya gracias al ingenio de Jéssica Morillo y de Irene Auvieux.
Cada uno de esos trabajos, y otros que se generan a diario en Tucumán, impulsan el crecimiento de un oficio con poca difusión pero que hoy ya tiene su lugar en salones y muestras arte y diseño locales: se trata de la joyería contemporánea. Y no es casualidad que este año el Salón del Virla la haya incluido como una categoría con sus propias reglas y jurado. Además, es la que más productos ha reunido (participan ocho artistas tucumanos y de otras provincias).
Pero, ¿cómo una bolsa plástica, hilos, acrílico y cordones pueden volverse una joya? Jéssica Morillo lo explica: "la joyería tradicional está más vinculada a materiales caros, como oro, plata y piedras preciosas. La contemporánea rompe esa idea e ironiza sobre ello, al trabajar -por ejemplo- con materiales descartables. La joya invade otros lugares del cuerpo y cuestiona su funcionalidad". La diseñadora, que estudió Arte y es docente en la carrera de Diseño Textil y de Indumentaria en la San Pablo T, asegura que cuando produce piensa en la interacción con el cuerpo, trata de sorprender al ojo del otro, movilizarlo, que se cuestione lo que es bello.
Ella piensa a la joya como un objeto completo, que tiene sentido en su frente, en sus costados y por detrás. "La joya contemporánea comunica algo de la persona que la crea y cuestiona determinados estereotipos sociales y culturales", resaltó la artista.
La joyería contemporánea, para la diseñadora Irene Auvieux, es como una hija del diseño y del arte; con ella puede experimentar una y otra vez con los materiales que va a utilizar, y trata de captar la manera de adaptarla al cuerpo, a la piel. "Un anillo tipo Bulgari no habla de tu particularidad, no demuestra que estás tomando una posición con él. Si yo uso una joya contemporánea digo que esto me representa, que esto pienso y lo hago mío al discurso. Entonces, ese mensaje lo comparten quien lo ha hecho y quien lo porta", agregó.
Caminos compartidos
En la búsqueda constante de su identidad, los artistas y diseñadores recorren caminos en soledad o con otros colegas, y allí surgen los cruces y coincidencias. Fue por esa necesidad de saber más y compartirlo que Laura Giusti creó el sitio Joyeros Argentinos, que empezó con 20 pioneros y hoy reúne cerca de 70 integrantes. En la web (www.joyeros-argentinos.com.ar) se publican convocatorias nacionales e internacionales, exposiciones y todo tipo de novedades. A partir de ahí generaron sus propias actividades, como el Concurso Nacional de Joyería Contemporánea "Qué nos une". En este momento presentan hasta el 26 de septiembre la muestra "Tiempo", en la galería Arte y Parte de Buenos Aires (una tucumana participa de la exposición).
"Se han hecho muestras de joyería contemporánea en Salta, Tucumán, Rosario, Córdoba, Río Negro... pero Buenos Aires sigue mostrando mucho más. En ese sentido, el Salón Virla cumple una función imprescindible. Nos parece un gran avance", destacó. Por otra parte, Giusti cree que hoy todos esos diversos recorridos, sinuosos y entrecruzados, van marcando un sendero, que es el de la joyería contemporánea argentina. "Como no sabemos a dónde vamos a llegar, estamos en pleno disfrute del camino", agregó la también joyera.
Una pila de bolsas de consorcio se transformó, gracias a la alquimia de dos diseñadoras tucumanas, en una piedra que parece semi preciosa. Cada uno de esos costales negros de plástico, que luego se descartan, fueron trabajados con calor, apelmazados y cortados en trozos. Esas piezas se engarzaron y así nació otra joya gracias al ingenio de Jéssica Morillo y de Irene Auvieux.
Cada uno de esos trabajos, y otros que se generan a diario en Tucumán, impulsan el crecimiento de un oficio con poca difusión pero que hoy ya tiene su lugar en salones y muestras arte y diseño locales: se trata de la joyería contemporánea. Y no es casualidad que este año el Salón del Virla la haya incluido como una categoría con sus propias reglas y jurado. Además, es la que más productos ha reunido (participan ocho artistas tucumanos y de otras provincias).
Pero, ¿cómo una bolsa plástica, hilos, acrílico y cordones pueden volverse una joya? Jéssica Morillo lo explica: "la joyería tradicional está más vinculada a materiales caros, como oro, plata y piedras preciosas. La contemporánea rompe esa idea e ironiza sobre ello, al trabajar -por ejemplo- con materiales descartables. La joya invade otros lugares del cuerpo y cuestiona su funcionalidad". La diseñadora, que estudió Arte y es docente en la carrera de Diseño Textil y de Indumentaria en la San Pablo T, asegura que cuando produce piensa en la interacción con el cuerpo, trata de sorprender al ojo del otro, movilizarlo, que se cuestione lo que es bello.
Ella piensa a la joya como un objeto completo, que tiene sentido en su frente, en sus costados y por detrás. "La joya contemporánea comunica algo de la persona que la crea y cuestiona determinados estereotipos sociales y culturales", resaltó la artista.
La joyería contemporánea, para la diseñadora Irene Auvieux, es como una hija del diseño y del arte; con ella puede experimentar una y otra vez con los materiales que va a utilizar, y trata de captar la manera de adaptarla al cuerpo, a la piel. "Un anillo tipo Bulgari no habla de tu particularidad, no demuestra que estás tomando una posición con él. Si yo uso una joya contemporánea digo que esto me representa, que esto pienso y lo hago mío al discurso. Entonces, ese mensaje lo comparten quien lo ha hecho y quien lo porta", agregó.
Caminos compartidos
En la búsqueda constante de su identidad, los artistas y diseñadores recorren caminos en soledad o con otros colegas, y allí surgen los cruces y coincidencias. Fue por esa necesidad de saber más y compartirlo que Laura Giusti creó el sitio Joyeros Argentinos, que empezó con 20 pioneros y hoy reúne cerca de 70 integrantes. En la web (www.joyeros-argentinos.com.ar) se publican convocatorias nacionales e internacionales, exposiciones y todo tipo de novedades. A partir de ahí generaron sus propias actividades, como el Concurso Nacional de Joyería Contemporánea "Qué nos une". En este momento presentan hasta el 26 de septiembre la muestra "Tiempo", en la galería Arte y Parte de Buenos Aires (una tucumana participa de la exposición).
"Se han hecho muestras de joyería contemporánea en Salta, Tucumán, Rosario, Córdoba, Río Negro... pero Buenos Aires sigue mostrando mucho más. En ese sentido, el Salón Virla cumple una función imprescindible. Nos parece un gran avance", destacó. Por otra parte, Giusti cree que hoy todos esos diversos recorridos, sinuosos y entrecruzados, van marcando un sendero, que es el de la joyería contemporánea argentina. "Como no sabemos a dónde vamos a llegar, estamos en pleno disfrute del camino", agregó la también joyera.
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