"Los invito a venir en unos días, todo va a estar solucionado", convocó Ángel Ocaranza. El delegado comunal de El Naranjito tenía la voz calma, impensado en alguien que tuvo que resolver el drama de las familias afectadas por el incendio de un cañaveral.
No con la velocidad con que las llamas quemaron todo, pero sí más rápido de lo imaginado, los afectados en El Naranjito vuelven a la normalidad. "Pese a todo lo que nos pasó, gracias a la ayuda divina y al deporte motor podemos salir adelante", dijo Ocaranza. No hay duda sobre lo que dice al mirar el enorme mesón en el patio techado de la escuela "Juana Manuela Gorriti", donde está el parque de asistencia de la quinta fecha del Rally Provincial.
Abruman los 1.000 kilos de fideos que aportaron los Old Virgins alentados por Miguel Reginato. El piloto que se prepara para el Dakar le dio otra distracción que les pintó una sonrisa en el rostro, en especial a los niños, de El Naranjito al correr en calidad de exhibición con su cuatriciclo. Entre tanto fideo, asomaron varias bolsas de ropa, alguna parrilla de una cama y algún colchón. "Las necesidades están cubiertas. La verdad, no quiero abusar de la gente", explicó aliviado Ocaranza.
Pero vale insistir porque el rally seguirá hoy en la localidad del Este y continúa con su carácter de solidario. El público se acercará... ¿hace falta algo más? "Lo que pueden estar necesitando las familias afectadas es ropa de cama, ropa de vestir, cubiertos... los elementos que habitualmente están en una casa", detalló hasta con algo de timidez Ocaranza.
Por El Naranjito, la solidaridad aceleró, pero no pasó de largo: llegó justo a tiempo. Y hoy quienes harán una parada serán los grupos amantes de las motos. Varios prometieron su presencia y varios aportes pasado el mediodía. Para ver y agradecer.
Un "sustito" para Nieva y la satisfacción de Collado
Ricardo Collado quedó en soledad en la A-6. Gabriel Nieva venía dándole pelea en la clase, pero un vuelco lo dejó al margen de la competencia. "Yo le quería correr a Collado", afirmó con ansiedad en su voz.
"Venía a mucha velocidad, pisé el freno, el auto picó, se puso de costado, intenté corregir, pero la trompa mordió el zanjón y ahí nos dimos", describió el piloto del VW Gol. La máquina 111 quedó a un costado con las ruedas apuntando hacia el cielo. Tanto Nieva, como su navegante, Juan Gambella, salieron ilesos. "Fue un sustito. Asumo el exceso de haber frenado tan adentro y no haber venido más tranquilo", reconoció.
El que sí quedó calmo fue Collado. "Estoy muy conforme. El auto es muy potente", dio el diagnóstico el experimentado piloto sobre su nuevo VW Gol. "Lo había manejado en competencia en Andalgalá, pero todavía hay seguir poniéndolo a punto", agregó.