14 Septiembre 2013
UN MONSTRUO. Messi, de a poco, recupera su máximo nivel. FOTO REUTERS
Barcelona celebró hoy una victoria infartante por 3-2 sobre el Sevilla con la magia de Lionel Messi y la efectividad de Alexis Sánchez y se mantuvo en lo más alto de la Liga española de fútbol con puntaje perfecto.
El equipo dirigido por el argentino Gerardo Martino, que parecía haber dejado escapar una ventaja de 2-0, en los últimos diez minutos, se llevó el triunfo gracias a un gol de Sánchez en el tercer minuto de descuento, producto de una gran jugada personal de Messi dentro del área.
Así, el equipo azulgrana, que jugó quizás su partido más irregular del campeonato, se mantuvo en la cima con cuatro victorias en cuatro encuentros junto al Atlético de Madrid, que antes batió por 4-2 al Almería.
Dani Alves (36 minutos) y el propio Messi (75') habían conseguido la ventaja para los anfitriones, mientras que Ivan Rakitic (80') y Coke habían establecido la igualdad provisoria en la recta final del partido.
El Sevilla, conducido por Unai Emery, sumó su segunda derrota en el campeonato y todavía no pudo cosechar ningún triunfo en el certamen.
Martino decidió que Cristian Tello fuera el reemplazante de Pedro en el tridente ofensivo junto a Messi y Neymar. Así, el Barcelona se preparó para enfrentarse a un rival que auguraba una resistencia muy cerca de su portería.
La previsión del técnico azulgrana fue la correcta y el conjunto andaluz tardó apenas unos minutos en unir a la línea de defensores y la de mediocampistas en los primeros 25 metros e intentar cuidar el cero casi sin aspirar a visitar el área de Valdés.
A falta de la explosión de Messi, notablemente cansado después del trajín de su viaje con la selección argentina, fue Neymar quien tomó la batuta del ataque y se convirtió en la principal arma ofensiva de su equipo.
El brasileño protagonizó dos ocasiones de peligro con disparos desde la izquierda, pero en ambas ocasiones el portero Beto atajó los disparos con unos enormes reflejos.
Mientras Jordi Alba se retiraba al cuarto de hora con un pinchazo muscular y Adriano ocupaba su lugar, el Barcelona empezaba a entrar en un embudo de imprecisiones y falta de ideas.
Así como sucedió en el partido ante el Málaga, ante la falta de respuesta por parte de los astros de la delantera, la solución tuvo que llegar desde la última línea.
El primer gol del equipo de Martino fue obra y arte de sus laterales. Adriano desbordó por la izquierda y lanzó un centro pasado para que Dani Alves llegara como un avión, le ganara la posición a su defensor y anotara con un cabezazo firme.
La segunda parte se mezcló con el bajón del ritmo de los dueños de casa y la polémica arbitral.
Mientras el equipo azulgrana retrasó su línea y abandonó la presión en campo rival, el Sevilla que casi no había hecho nada por empatar, se vio perjudicado por un error del árbitro César Muñiz Fernández.
El juez invalidó un gol de cabeza de Juan Cala tras un tiro de esquina por una supuesta falta del central visitante, cuando el defensor no cometió ninguna infracción en su salto.
Una vez que el Barcelona sintió la amenaza real, fue hora de que sus estrellas aparecieran en escena y calmaran los ánimos.
De tal manera, Neymar y Messi se encargaron de aumentar la diferencia: el argentino abrió el balón hacia la izquierda para que el brasileñó devolviera con violencia un centro raso contundente y el propio argentino fusilara a Beto con un zurdazo.
Así y todo, el Barcelona no pudo terminar de relajarse, ya que el Sevilla elaboró con inteligencia una contra a falta de diez minutos y recortó las distancias: Vitolo elaboró una gran jugada en la zona izquierda del área y asistió a Rakitic, quien solo tuvo que conectar el balón con fuerza para dejar a contrapié a Valdés.
Las grandes emociones de un partido que parecía falto de ritmo se guardaron para los últimos instantes.
El Sevilla, que se animó a faltarle el respeto al campeón de liga en el tramo final, se encontró con el empate nada menos que en el minuto 90 gracias a una volea hermosa de Coke. Otra vez, el Barcelona padecía sus problemas en jugadas de balón parado.
Sin embargo, cuando el duelo moría, volvió a aparecer la estrella de Messi para devolver la sonrisa al Camp Nou.
El argentino rememoró sus mejores épocas explosivas, se introdujo en un área poblada de rivales a toda velocidad, provocó un rebote del portero Beto y así Sánchez envió la pelota a la red con un disparo mordido.
El Barcelona celebró así un triunfo más que agónico y el Sevilla descargó toda su impotencia en el árbitro Muniz Fernández.
El equipo dirigido por el argentino Gerardo Martino, que parecía haber dejado escapar una ventaja de 2-0, en los últimos diez minutos, se llevó el triunfo gracias a un gol de Sánchez en el tercer minuto de descuento, producto de una gran jugada personal de Messi dentro del área.
Así, el equipo azulgrana, que jugó quizás su partido más irregular del campeonato, se mantuvo en la cima con cuatro victorias en cuatro encuentros junto al Atlético de Madrid, que antes batió por 4-2 al Almería.
Dani Alves (36 minutos) y el propio Messi (75') habían conseguido la ventaja para los anfitriones, mientras que Ivan Rakitic (80') y Coke habían establecido la igualdad provisoria en la recta final del partido.
El Sevilla, conducido por Unai Emery, sumó su segunda derrota en el campeonato y todavía no pudo cosechar ningún triunfo en el certamen.
Martino decidió que Cristian Tello fuera el reemplazante de Pedro en el tridente ofensivo junto a Messi y Neymar. Así, el Barcelona se preparó para enfrentarse a un rival que auguraba una resistencia muy cerca de su portería.
La previsión del técnico azulgrana fue la correcta y el conjunto andaluz tardó apenas unos minutos en unir a la línea de defensores y la de mediocampistas en los primeros 25 metros e intentar cuidar el cero casi sin aspirar a visitar el área de Valdés.
A falta de la explosión de Messi, notablemente cansado después del trajín de su viaje con la selección argentina, fue Neymar quien tomó la batuta del ataque y se convirtió en la principal arma ofensiva de su equipo.
El brasileño protagonizó dos ocasiones de peligro con disparos desde la izquierda, pero en ambas ocasiones el portero Beto atajó los disparos con unos enormes reflejos.
Mientras Jordi Alba se retiraba al cuarto de hora con un pinchazo muscular y Adriano ocupaba su lugar, el Barcelona empezaba a entrar en un embudo de imprecisiones y falta de ideas.
Así como sucedió en el partido ante el Málaga, ante la falta de respuesta por parte de los astros de la delantera, la solución tuvo que llegar desde la última línea.
El primer gol del equipo de Martino fue obra y arte de sus laterales. Adriano desbordó por la izquierda y lanzó un centro pasado para que Dani Alves llegara como un avión, le ganara la posición a su defensor y anotara con un cabezazo firme.
La segunda parte se mezcló con el bajón del ritmo de los dueños de casa y la polémica arbitral.
Mientras el equipo azulgrana retrasó su línea y abandonó la presión en campo rival, el Sevilla que casi no había hecho nada por empatar, se vio perjudicado por un error del árbitro César Muñiz Fernández.
El juez invalidó un gol de cabeza de Juan Cala tras un tiro de esquina por una supuesta falta del central visitante, cuando el defensor no cometió ninguna infracción en su salto.
Una vez que el Barcelona sintió la amenaza real, fue hora de que sus estrellas aparecieran en escena y calmaran los ánimos.
De tal manera, Neymar y Messi se encargaron de aumentar la diferencia: el argentino abrió el balón hacia la izquierda para que el brasileñó devolviera con violencia un centro raso contundente y el propio argentino fusilara a Beto con un zurdazo.
Así y todo, el Barcelona no pudo terminar de relajarse, ya que el Sevilla elaboró con inteligencia una contra a falta de diez minutos y recortó las distancias: Vitolo elaboró una gran jugada en la zona izquierda del área y asistió a Rakitic, quien solo tuvo que conectar el balón con fuerza para dejar a contrapié a Valdés.
Las grandes emociones de un partido que parecía falto de ritmo se guardaron para los últimos instantes.
El Sevilla, que se animó a faltarle el respeto al campeón de liga en el tramo final, se encontró con el empate nada menos que en el minuto 90 gracias a una volea hermosa de Coke. Otra vez, el Barcelona padecía sus problemas en jugadas de balón parado.
Sin embargo, cuando el duelo moría, volvió a aparecer la estrella de Messi para devolver la sonrisa al Camp Nou.
El argentino rememoró sus mejores épocas explosivas, se introdujo en un área poblada de rivales a toda velocidad, provocó un rebote del portero Beto y así Sánchez envió la pelota a la red con un disparo mordido.
El Barcelona celebró así un triunfo más que agónico y el Sevilla descargó toda su impotencia en el árbitro Muniz Fernández.
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