12 Septiembre 2013
EN FOCO. Romat, de buen juego ante Independiente en el Monumental, confía en que Atlético volverá con puntos de Paraná. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ (ARCHIVO)
Cerca de las 18 del miércoles, después de que el plantel se pusiera en sintonía con el infierno climático que azota la provincia, Ricardo Rodríguez entregó las pecheras que separaban a los titulares de los suplentes. Oh, sorpresa. "RR" tomó el bisturí y removió piezas respecto a lo que fue el equipo que terminó 2-2 con Instituto el domingo, en 25 y Chile.
Una de las dos variantes que propuso el entrenador de Atlético parecía cantada: Nicolás Romat, expulsado injustamente contra Defensa y Justicia (0-1), recuperó su posición por el lateral derecho de la zaga, y Franco Sbuttoni, su reemplazo, ni al banco pasó. La otra, llámese la novedad, fue en ofensiva. Luis Rodríguez tendrá nueva compañía desde el inicio. Será Maximiliano Barreiro, en lugar de Fabricio Lenci.
La sesión de 11 contra 11 tomó color con un golazo de media cancha de Diego Barrado. Atlético, sin brillar ante un rival inferior (por nombres), sacaba una rápida ventaja que no pudo ampliar con el paso de los minutos. El técnico, mientras tanto, se enfocaba en la línea de tres y en la coordinación general de sus dirigidos. Intenta evitar los sobresaltos sufridos ante la "gloria". "Creo que tanto los jugadores como el cuerpo técnico pensamos que la línea de tres, en este caso, nos sienta cómodo, al igual que la de cuatro. Entonces, podés plantear cualquiera de los dos sistemas en la cancha durante un partido sin problemas", asegura Romat, con los ojos totalmente enfocados en la visita "decana" a Paraná, donde Patronato lo espera el sábado, a las 19.
"Es una cancha chica, la encontré medio blanda (por el riego) las veces que fui yo, pero es una linda cancha para jugar al fútbol", se motiva un Nicolás. Haber vivido el primer empate de la temporada de Atlético desde la tribuna fue algo complicado para él. Difícil de digerir, porque se perdió el encuentro culpa de un una segunda amarilla que derivó en roja en Florencio Varela que no debió ser para él sino para Bruno Bianchi.
"Obvio, uno quiere estar. A ningún jugador le gusta ver el partido desde la tribuna, ver cómo los compañeros se están rompiendo el lomo por uno. Porque, en definitiva, los 18 que están son los que representan a todo el plantel en la cancha", confiesa Romat y trata de no colarse con la ansiedad del hincha. "Nosotros tenemos que ir de a poco, hay que ir paso a paso, de a poquito y después ver al final del torneo dónde y para qué estamos", explica.
La expulsión pudo costarle un asado para todo el grupo. ¿O no? "No, fue injusta, fue injusta la roja. Por suerte zafé de pagar, ja".
Una de las dos variantes que propuso el entrenador de Atlético parecía cantada: Nicolás Romat, expulsado injustamente contra Defensa y Justicia (0-1), recuperó su posición por el lateral derecho de la zaga, y Franco Sbuttoni, su reemplazo, ni al banco pasó. La otra, llámese la novedad, fue en ofensiva. Luis Rodríguez tendrá nueva compañía desde el inicio. Será Maximiliano Barreiro, en lugar de Fabricio Lenci.
La sesión de 11 contra 11 tomó color con un golazo de media cancha de Diego Barrado. Atlético, sin brillar ante un rival inferior (por nombres), sacaba una rápida ventaja que no pudo ampliar con el paso de los minutos. El técnico, mientras tanto, se enfocaba en la línea de tres y en la coordinación general de sus dirigidos. Intenta evitar los sobresaltos sufridos ante la "gloria". "Creo que tanto los jugadores como el cuerpo técnico pensamos que la línea de tres, en este caso, nos sienta cómodo, al igual que la de cuatro. Entonces, podés plantear cualquiera de los dos sistemas en la cancha durante un partido sin problemas", asegura Romat, con los ojos totalmente enfocados en la visita "decana" a Paraná, donde Patronato lo espera el sábado, a las 19.
"Es una cancha chica, la encontré medio blanda (por el riego) las veces que fui yo, pero es una linda cancha para jugar al fútbol", se motiva un Nicolás. Haber vivido el primer empate de la temporada de Atlético desde la tribuna fue algo complicado para él. Difícil de digerir, porque se perdió el encuentro culpa de un una segunda amarilla que derivó en roja en Florencio Varela que no debió ser para él sino para Bruno Bianchi.
"Obvio, uno quiere estar. A ningún jugador le gusta ver el partido desde la tribuna, ver cómo los compañeros se están rompiendo el lomo por uno. Porque, en definitiva, los 18 que están son los que representan a todo el plantel en la cancha", confiesa Romat y trata de no colarse con la ansiedad del hincha. "Nosotros tenemos que ir de a poco, hay que ir paso a paso, de a poquito y después ver al final del torneo dónde y para qué estamos", explica.
La expulsión pudo costarle un asado para todo el grupo. ¿O no? "No, fue injusta, fue injusta la roja. Por suerte zafé de pagar, ja".