Ningún domingo es tranquilo

Ningún domingo es tranquilo

La redacción de los domingos sufre una importante metaformosis. Los 10 televisores están reservados al deporte, especialmente, el fútbol. El esfuerzo de los periodistas y fotógrafos está centrado en la cobertura de los acontecimientos más importantes, que incluyen largos viajes al interior de la provincia.

La actividad arranca muy temprano. Generalmente, las mañanas son del automovilismo, las siestas del fútbol de Primera y ahora, del Premundial de básquet de Venezuela. Pero también hay que atender el tenis, el hockey, el handball y cualquier otra disciplina que se desarrolle en estas tierras.

Semejante agenda requiere un esfuerzo extremo en lo que se refiere a organización. Un error puede transformarse, además de generar malhumor, en fuerte dolor de cabeza. Por eso, ningún domingo es tranquilo en la redacción de un diario.

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