09 Septiembre 2013
DE PUNTA EN BLANCO. Impecable, Ortega cantó durante casi dos horas. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL
Ramón "Palito" Ortega está acostumbrado a grandes desafíos. El más importante ocurrió a los 15 años, según él mismo reconoció: dejó su Lules natal y se embarcó hacia Buenos Aires con el sueño de convertirse en un cantante popular. A lo largo de los años, su música sencilla, pero pegadiza le dio grandes satisfacciones. Y, a pesar de las décadas que lleva sobre los escenarios, el sábado por la noche enfrentó un reto nada fácil: regresó a Tucumán para actuar en la Fiesta Nacional de la Empanada ante unas 20.000 personas.
Al ritmo de sus éxitos, los que ya peinan canas revivieron los tiempos de su juventud y se lanzaron a danzar contagiados por la música. Los más jóvenes también se sumaron a la fiesta. "Cuando venía para aquí me pregunté cómo iba a ser este reencuentro con el escenario y la gente que sabe de mi música. Y me sorprendieron", confesó el cantante.
Arrancó su actuación con un popurrí de temas históricos, entre ellos "Un muchacho como yo", "Bienvenido amor", "Corazón contento" y "Viva la vida". Mientras cantaba, fragmentos de sus películas fueron exhibidos en una pantalla gigante. Con chaqueta y pantalón blanco, "Palito" lució un atuendo similar al de su ídolo de la juventud, Elvis Presley.
Su voz, que evidenció los desgastes propio del tiempo, fue acompañada por un sonido que no tuvo fisuras y por una orquesta de nueve instrumentistas y dos coreutas que se lució. En la guitarra lo acompañó Lalo Fransen con quien compuso varios temas e integró el Club del Clan en los 60.
El veterano artista tomó también el micrófono para agitar los ánimos con los recordados "El bikini amarillo a lunares" y "Dame la media medalla", entre otros. "Siempre canté empecinadamente al amor y a la esperanza", aseguró Ortega y se despachó con "La felicidad".
Homenajes
El show, que duró cerca de dos horas, fue proyectado por una pantalla gigante instalada en el sector de los quinchos, de espaldas al escenario. El artista sintió el calor y se vio obligado a sacarse la chaqueta a mitad del espectáculo.
Durante el concierto también presentó su última producción, "Por los caminos del rey". Fue grabado en Nashville, EE.UU, cuna de la música country, con la banda que acompañó a Presley en su tiempo de gloria. También homenajeó a Sandro, de quien fue amigo, y a Elvis. La noche se fue entre aplausos, emoción y recuerdos.
Al ritmo de sus éxitos, los que ya peinan canas revivieron los tiempos de su juventud y se lanzaron a danzar contagiados por la música. Los más jóvenes también se sumaron a la fiesta. "Cuando venía para aquí me pregunté cómo iba a ser este reencuentro con el escenario y la gente que sabe de mi música. Y me sorprendieron", confesó el cantante.
Arrancó su actuación con un popurrí de temas históricos, entre ellos "Un muchacho como yo", "Bienvenido amor", "Corazón contento" y "Viva la vida". Mientras cantaba, fragmentos de sus películas fueron exhibidos en una pantalla gigante. Con chaqueta y pantalón blanco, "Palito" lució un atuendo similar al de su ídolo de la juventud, Elvis Presley.
Su voz, que evidenció los desgastes propio del tiempo, fue acompañada por un sonido que no tuvo fisuras y por una orquesta de nueve instrumentistas y dos coreutas que se lució. En la guitarra lo acompañó Lalo Fransen con quien compuso varios temas e integró el Club del Clan en los 60.
El veterano artista tomó también el micrófono para agitar los ánimos con los recordados "El bikini amarillo a lunares" y "Dame la media medalla", entre otros. "Siempre canté empecinadamente al amor y a la esperanza", aseguró Ortega y se despachó con "La felicidad".
Homenajes
El show, que duró cerca de dos horas, fue proyectado por una pantalla gigante instalada en el sector de los quinchos, de espaldas al escenario. El artista sintió el calor y se vio obligado a sacarse la chaqueta a mitad del espectáculo.
Durante el concierto también presentó su última producción, "Por los caminos del rey". Fue grabado en Nashville, EE.UU, cuna de la música country, con la banda que acompañó a Presley en su tiempo de gloria. También homenajeó a Sandro, de quien fue amigo, y a Elvis. La noche se fue entre aplausos, emoción y recuerdos.
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