Cuando decidió pasear por Yerba Buena, aquel sábado de agosto, jamás imaginó que iba a vivir semejante calvario. Bruno Bertotti, de 46 años, vive en Salta, pero el 17 de agosto vino a Tucumán para visitar a unos familiares. Le había parecido una buena idea -ahora jura que no lo fue- aprovechar el fin de semana largo para recorrer la provincia junto a su esposa y sus dos hijos adolescentes. Ese sábado por la noche había decidido cenar en un restaurante de Yerba Buena. Elegido el local, estacionó su auto sobre la avenida Aconquija y entró al restaurante con curiosidad y mucho apetito. Le habían dicho que allí se podían disfrutar las mejores parrilladas de Tucumán.
Sin embargo, el disfrute duró poco y, tres horas después se esfumó tan bruscamente como la espuma en un mar tormentoso. Al salir, pasada la medianoche, encontró su auto paralizado con el temible cepo amarillo. De inmediato intentó buscar una razón. No había ningún cartel que prohibiera estacionar, ni líneas amarillas en el cordón de la vereda. Sin embargo, su auto había quedado casi encima de un retardador de velocidad.
¿Cómo no se dio cuenta de eso? Furioso con su desliz y sin saber qué hacer, Bertotti preguntó en el restaurante. Le dijeron que debía dirigirse a la avenida Perón 910, pero que tendría que esperar al otro día, porque a esa hora la oficina ya estaba cerrada. Impotente, sin auto y cansado, Bertotti y su familia regresaron al centro en taxi.
El domingo, no fue un mejor día. Cuando llegó a la oficina para pedir que liberen a su auto la encontró cerrada. No atendían en domingo. Y, al otro día, feriado, tampoco. Varado en Tucumán, Bertotti comenzó a buscar a alguien que le facilitara las cosas. Intentó con la policía, luego con Defensa Civil y hasta con los bomberos, pero nada. No había forma. Resignado, mandó a su familia de regreso a Salta en un ómnibus y él se quedó hasta el martes para poder rescatar a su auto que había quedado inmovilizado en el mismo lugar donde lo había dejado el sábado. "En la oficina ni siquiera me explicaron porqué me pusieron el cepo. Tampoco importó que yo fuera turista. Me cobraron $800 y me entregaron una factura x. A Yerba Buena seguro que no vuelvo más. Fue el peor fin de semana de mi vida", declara.
Ruegos infructuosos
Algo similar le pasó a Eugenia (pidió reserva de apellido), quien vivió una situación muy particular. "Era un sábado al mediodía. Yo necesitaba hacer unas compras, pero no tenía dinero. De manera que estacioné frente a la sucursal del Banco Francés. Dejé puesta las balizas, pero me demoré un poquito porque había varias personas en la cola. Cuando regresé al auto, encontré a un oficial que estaba colocando el cepo y labrando un acta. Le expliqué que había bajado a buscar dinero, que no podía estacionar en otro lugar, que no hay guarderías cerca... Pero no hubo caso. Pagué la multa y recuperé el auto recién por la tarde", cuenta.
Esteban Moreno, vecino de Yerba Buena, asegura que el problema es la falta de espacios para estacionar. "Aquí no hay guarderías y el espacio en las calles y avenidas no alcanza para albergar tantos vehículos. A veces, cuando quiero salir a cenar fuera de casa, voy en taxi. Es más cómodo", agrega.
Sólo para recaudar
Juan Manuel Sanz Cotella también pasó un mal momento cuando, en marzo pasado, le pusieron un cepo sin que existiera -según sus declaraciones- falta alguna. Él mismo lo cuenta en un mail enviado a nuestra redacción tras la publicaciòn de ayer.
"En marzo fui a un videoclub ubicado en avenida Aconquija al 1.600. Cuando salí, noté que habían puesto el cepo a mi auto. La falta era, según me dijeron, 'por estacionar donde la autoridad competente lo fije mediante señalización'. He aquí el tema: no había ninguna señalización, ni el cordón de la vereda estaba pintado de amarillo. Ante el asombro de una multa mal labrada, me dirigí a la oficina de la avenida Perón, donde no me dieron ninguna respuesta. Solo que debía pagar $100 por el destrabe del cepo y $300 por la multa. Tras pagar el destrabe, solicité hablar con la autoridad correspondiente para discutir sobre la validez de la multa, pero sólo recibí negativas", relata.
Pero lo peor estaba por venir. "Mientras esperaba que saquen el cepo, llegó un empleado de Transporte de la Municipalidad de Yerba Buena, quien supuestamente no me había labrado la infracción y reconoció que la falta no existía. Ahora me pregunto: ¿quien controla a estas personas que labran infracciones? A mi juicio, los cepos son utilizados como un mero sistema de recaudación y no de educación del ciudadano", enfatiza el lector.
Cronología de la llegada de los cepos a Yerba Buena
En noviembre de 2011, la Municipalidad de Yerba Buena implementó la colocación de trabarruedas, a través de la ordenanza 1254. El sistema se puso en vigencia en marzo de 2012, luego de que la empresa MARM group, que provee los cepos y la infraestructura al Sistema de Reordenamiento de Tránsito, realizara una campaña de difusión, demarcara los cordones y colocara los carteles señalizadores. La oficina de pago y el corralón de la firma se encuentran en la avenida Perón 910. Desde que llegaron a las calles de la ciudad piedemontana han generado polémica: hay quienes los defienden, pero muchos otros cuestionan el sistema.
"La gente comenzó a estacionar como corresponde"
Esto dijo el intendente Daniel Toledo sobre el cepo, durante una entrevista con LA GACETA publicada en TUcumanos el viernes 31 de mayo:
- La colocación del cepo causó polémica entre los vecinos, ¿a qué se debe?
- Los que se molestan con el cepo no entienden que, con su actitud, al dejar su vehículo en cualquier lado, molestan a otros. Nuestros derechos terminan dónde empiezan los derechos de los demás. Quienes estacionan mal se acostumbran a no cumplir con las normas.
-¿Cree que los trabarruedas son útiles?
- Gracias a esta medida, la gente comenzó a estacionar como corresponde. Desde su implementación hasta ahora, ha bajado un 70 % la colocación de cepos. Además, debo decir que es una cuestión cultural y de educación. Más del 70 % de los infractores es mayor de 45 años.
- ¿Por qué una empresa privada se dedica a colocar los cepos, en vez de la Municipalidad?
- La Municipalidad no tiene infraestructura para hacerse cargo de la colocación; si quisiéramos asumir esta tarea, hasta deberíamos crear turnos nocturnos. Hemos preferido poner nuestro esfuerzo en otras áreas. Tenemos que controlar una ciudad por la que circulan 25.000 vehículos por día.