08 Septiembre 2013
ESPERA. Scioli -con Karina Rabolini- apuesta a que el Gobierno llegue a octubre con índices más confiables. PRENSA GOBERNACION
BUENOS AIRES.- El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, aseguró que el "Gobierno no cambió" al anunciar reformas en seguridad, sino que "lo que cambió fue el delito", mientras el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y el diputado Francisco De Narváez apuntaron a que la reacción del kirchnerismo se dio tras el fracaso de su política en el tema.
La decisión del gobierno bonaerense de desdoblar el Ministerio de Justicia y Seguridad y poner al intendente de Ezeiza, el ex-menemista Alejandro Granados, frente a la nueva cartera, generó nuevos apoyos y rechazos en el arco político.
En línea con las declaraciones de Scioli, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, negó un viraje en la política del Gobierno nacional para endurecer su accionar contra el delito, pero asumió que exigen "mayor rigurosidad" a la Justicia.
Scioli sostuvo que lo que va cambiando no es el Gobierno; "el Gobierno interpreta y analiza las características de esta problemática de cómo va rotando", y remarcó que "así hay que ir traduciendo los cambios necesarios".
En cuanto a las acusaciones de la oposición sobre un giro de las políticas oficialistas hacia un accionar de mano dura, el ex vicepresidente sostuvo que "el Gobierno no cambió", pero aseveró que "el Estado tiene que ir readecuando su función con la prevención, con la tecnología, actualizando las leyes".
Justicia más rigurosa
Berni, a su vez, manifestó que "el Código Penal es muy claro y hay que exigir la mayor rigurosidad a la hora de que los jueces tomen una decisión". Afirmó que "garantismo" es "ajustarse a derecho y darle a cada uno de los delincuentes las garantías que la misma Constitución otorga a cada uno de los detenidos". A la vez resaltó que la Nación "ha dado muestras más que claras de que siempre se ajustó a derecho". Aunque el número no se acerca a los 100.000 policías que reclamó Granados para combatir la inseguridad, Scioli aprovechó para anunciar que van a agregar "6.000 policías más por año" a las fuerzas de seguridad en un lapso de cinco años.
"Tenemos proyectado que a los 60.000 policías que tenemos, vamos a sumar 6.000 efectivos más por año y, en cinco años, podemos tener proyectados esos índices", que darían 30.000 nuevos agentes, y afirmó que "esto se va a ir intensificando", añadió.
Polémico proyecto
Ante los cambios en seguridad bonaerense y el proyecto del candidato Martín Insaurralde para bajar la edad de imputabilidad de los menores de 18 a 16 años, la centroizquierda criticó los cambios por considerarlos un viraje hacia la "mano dura". Sobre la problemática existen varias teorías y que seguramente generarán un debate más profundo. De hecho a la propia Presidenta no le agradó este avance por fuera de la agenda electoral, según fuentes del kirchnerismo.
En cambio, De Narváez calificó de "reacción en el sentido correcto" al cambio producido por el oficialismo en materia de seguridad, al advertir que "la política de seguridad ha fracasado", por lo cual, "el relato se dio la cabeza contra la realidad".
El diputado, que busca renovar su banca por el Frente Unidos por la Libertad y el Trabajo, dijo que "más allá de los nombres, el hecho de separar los ministerios servirá para poder alinear políticas de seguridad nacional y provincial".
Macri, en tanto, consideró que es "muy bueno" que la administración de la presidenta, Cristina Fernández, asuma "las políticas que han fallado", como la seguridad, y reclamó que las medidas adoptadas para combatir el delito sean verdaderos "cambios profundos". Sostuvo que la "discusión" de mano dura o blanda ya "se agotó", por lo cual pidió que "lo importante es que se venga una buena gestión e interactiva, entre jueces y policías, con la prioridad de cuidar a la gente". (DyN)
La decisión del gobierno bonaerense de desdoblar el Ministerio de Justicia y Seguridad y poner al intendente de Ezeiza, el ex-menemista Alejandro Granados, frente a la nueva cartera, generó nuevos apoyos y rechazos en el arco político.
En línea con las declaraciones de Scioli, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, negó un viraje en la política del Gobierno nacional para endurecer su accionar contra el delito, pero asumió que exigen "mayor rigurosidad" a la Justicia.
Scioli sostuvo que lo que va cambiando no es el Gobierno; "el Gobierno interpreta y analiza las características de esta problemática de cómo va rotando", y remarcó que "así hay que ir traduciendo los cambios necesarios".
En cuanto a las acusaciones de la oposición sobre un giro de las políticas oficialistas hacia un accionar de mano dura, el ex vicepresidente sostuvo que "el Gobierno no cambió", pero aseveró que "el Estado tiene que ir readecuando su función con la prevención, con la tecnología, actualizando las leyes".
Justicia más rigurosa
Berni, a su vez, manifestó que "el Código Penal es muy claro y hay que exigir la mayor rigurosidad a la hora de que los jueces tomen una decisión". Afirmó que "garantismo" es "ajustarse a derecho y darle a cada uno de los delincuentes las garantías que la misma Constitución otorga a cada uno de los detenidos". A la vez resaltó que la Nación "ha dado muestras más que claras de que siempre se ajustó a derecho". Aunque el número no se acerca a los 100.000 policías que reclamó Granados para combatir la inseguridad, Scioli aprovechó para anunciar que van a agregar "6.000 policías más por año" a las fuerzas de seguridad en un lapso de cinco años.
"Tenemos proyectado que a los 60.000 policías que tenemos, vamos a sumar 6.000 efectivos más por año y, en cinco años, podemos tener proyectados esos índices", que darían 30.000 nuevos agentes, y afirmó que "esto se va a ir intensificando", añadió.
Polémico proyecto
Ante los cambios en seguridad bonaerense y el proyecto del candidato Martín Insaurralde para bajar la edad de imputabilidad de los menores de 18 a 16 años, la centroizquierda criticó los cambios por considerarlos un viraje hacia la "mano dura". Sobre la problemática existen varias teorías y que seguramente generarán un debate más profundo. De hecho a la propia Presidenta no le agradó este avance por fuera de la agenda electoral, según fuentes del kirchnerismo.
En cambio, De Narváez calificó de "reacción en el sentido correcto" al cambio producido por el oficialismo en materia de seguridad, al advertir que "la política de seguridad ha fracasado", por lo cual, "el relato se dio la cabeza contra la realidad".
El diputado, que busca renovar su banca por el Frente Unidos por la Libertad y el Trabajo, dijo que "más allá de los nombres, el hecho de separar los ministerios servirá para poder alinear políticas de seguridad nacional y provincial".
Macri, en tanto, consideró que es "muy bueno" que la administración de la presidenta, Cristina Fernández, asuma "las políticas que han fallado", como la seguridad, y reclamó que las medidas adoptadas para combatir el delito sean verdaderos "cambios profundos". Sostuvo que la "discusión" de mano dura o blanda ya "se agotó", por lo cual pidió que "lo importante es que se venga una buena gestión e interactiva, entre jueces y policías, con la prioridad de cuidar a la gente". (DyN)