Por Julio Marengo
06 Septiembre 2013
Si en los tiempos de Grecia Colmenares y Gustavo Bermúdez era impensable una novela sin un ciego, un mudo o una "lisiada" entre sus personajes, hoy pareciera que el romance gay es el elemento imprescindible de veracidad. Como la vida misma.
Las tres ficciones televisivas principales tienen hoy su cuota "igualitaria", cada uno con lo suyo. "Los vecinos en guerra" (Telefe) llevó un transformista a un papel central y además permitió que dos adolescentes, Sabrina Fogolini (Agustina) y Natalie Pérez (Valeria) se dieran un beso. En "Solamente vos" (El Trece), Arturo Puig (Lautaro) blanqueó su homosexualidad y lo anunció a su familia. Y ahora "Farsantes", que fue más allá y puso en el centro de la historia el amor histérico entre Benjamín Vicuña (Pedro) y Julio Chávez (Guillermo). Osada propuesta, en la que el lunes se concretó el primer beso, y llenó los titulares de algunos medios y los comentarios en las redes sociales.
La televisión reafirma parámetros sociales, pero también ha empujado -en muchos casos- la silla de ruedas del cambio social. Por ejemplo (y más allá de las consideraciones personales) "ShowMatch", el año pasado le abrió la pista de baile a un muchacho sin una pierna y la "enana" Noelia Pompa ganó consecutivamente los "Bailando" 2011 y 2012. ¿Amarillismo tinellizado o militancia de la diversidad? No importa, el resultado fue poder mirar antes la capacidad que la discapacidad. ¿Y qué pasó con ese beso flaco de pasión y también de rating de "Farsantes"? A algunos les dio una impresión espantosa, y otros descubrieron que una relación entre dos hombres también puede guardar una dosis a la ternura. Como la vida misma.
Habrá que esperar para ver si esos intentos de cambio consiguen saltar la barrera de lo simbólico y, por ejemplo, asistimos a una explosión de tolerancia o si, por fin, se instalan las ocho rampas por esquina, esas por las que claman los que se mueven en sillas de rueda.
Las tres ficciones televisivas principales tienen hoy su cuota "igualitaria", cada uno con lo suyo. "Los vecinos en guerra" (Telefe) llevó un transformista a un papel central y además permitió que dos adolescentes, Sabrina Fogolini (Agustina) y Natalie Pérez (Valeria) se dieran un beso. En "Solamente vos" (El Trece), Arturo Puig (Lautaro) blanqueó su homosexualidad y lo anunció a su familia. Y ahora "Farsantes", que fue más allá y puso en el centro de la historia el amor histérico entre Benjamín Vicuña (Pedro) y Julio Chávez (Guillermo). Osada propuesta, en la que el lunes se concretó el primer beso, y llenó los titulares de algunos medios y los comentarios en las redes sociales.
La televisión reafirma parámetros sociales, pero también ha empujado -en muchos casos- la silla de ruedas del cambio social. Por ejemplo (y más allá de las consideraciones personales) "ShowMatch", el año pasado le abrió la pista de baile a un muchacho sin una pierna y la "enana" Noelia Pompa ganó consecutivamente los "Bailando" 2011 y 2012. ¿Amarillismo tinellizado o militancia de la diversidad? No importa, el resultado fue poder mirar antes la capacidad que la discapacidad. ¿Y qué pasó con ese beso flaco de pasión y también de rating de "Farsantes"? A algunos les dio una impresión espantosa, y otros descubrieron que una relación entre dos hombres también puede guardar una dosis a la ternura. Como la vida misma.
Habrá que esperar para ver si esos intentos de cambio consiguen saltar la barrera de lo simbólico y, por ejemplo, asistimos a una explosión de tolerancia o si, por fin, se instalan las ocho rampas por esquina, esas por las que claman los que se mueven en sillas de rueda.
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