Por Carlos Páez de la Torre H
05 Septiembre 2013
Una de las tantas iniciativas de bien público que organizó LA GACETA a lo largo de su centenaria trayectoria fue, en agosto de 1935, la exposición y venta de obras de arte, a beneficio de la escultora Lola Mora. En esos momentos, la célebre artista tucumana se encontraba ya muy enferma, en Buenos Aires, donde fallecería el 7 de junio de 1936.
La muestra se abrió en el piso alto de la Sociedad Sarmiento, el sábado 26 de agosto. Se exponían allí trabajos escultóricos de Enrique de Prat Gay y de Rodolfo Martín, y pinturas de Demetrio Iramain, Luis Lobo de la Vega, Antonio Osorio Luque, Guillermo Usandivaras, Teresa Navascuez González, Rovere Maldini, José Ángel Carranza, entre otros que detallaba la crónica.
LA GACETA subrayaba el gesto de don José E. Castillo, un vecino de Valle Viejo, Catamarca, quien envió 100 pesos como aporte para la compra de un cuadro que el diario eligiese. La suma fue entregada a la familia de Lola Mora, por medio de la sucursal de Buenos Aires.
La crónica hacía notar que la exposición pro Lola Mora "constituye una nota de interés indudable en nuestro ambiente, poco habituado a estas muestras que tienen la doble finalidad de fomentar el culto a la estética y aportar una ayuda justa a quien tiene méritos suficientes para ello". Es algo que "nunca se había organizado en Tucumán".
Repetía que la provincia está en deuda "con una de sus hijas más talentosas y meritorias, que fue capaz de desafiar los múltiples inconvenientes que se le presentaron en su carrera, para dedicarse entera al culto de su arte".
La muestra se abrió en el piso alto de la Sociedad Sarmiento, el sábado 26 de agosto. Se exponían allí trabajos escultóricos de Enrique de Prat Gay y de Rodolfo Martín, y pinturas de Demetrio Iramain, Luis Lobo de la Vega, Antonio Osorio Luque, Guillermo Usandivaras, Teresa Navascuez González, Rovere Maldini, José Ángel Carranza, entre otros que detallaba la crónica.
LA GACETA subrayaba el gesto de don José E. Castillo, un vecino de Valle Viejo, Catamarca, quien envió 100 pesos como aporte para la compra de un cuadro que el diario eligiese. La suma fue entregada a la familia de Lola Mora, por medio de la sucursal de Buenos Aires.
La crónica hacía notar que la exposición pro Lola Mora "constituye una nota de interés indudable en nuestro ambiente, poco habituado a estas muestras que tienen la doble finalidad de fomentar el culto a la estética y aportar una ayuda justa a quien tiene méritos suficientes para ello". Es algo que "nunca se había organizado en Tucumán".
Repetía que la provincia está en deuda "con una de sus hijas más talentosas y meritorias, que fue capaz de desafiar los múltiples inconvenientes que se le presentaron en su carrera, para dedicarse entera al culto de su arte".
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