Por Mariana Segura
02 Septiembre 2013
NINGÚN VERSO. Pedro Pablo Robles es un histórico de los "santos".
CHACO, (Mariana Segura, enviada especial).- Que una final por el ascenso y una tercera fecha de campeonato no pueden compararse queda claro. Pero sobran excusas para aprovecharlo a él. El lugar, el rival. Pedro Pablo Robles se sienta en el solitario primer piso del hotel búnker en plena concentración sanmartiniana. "Ya pasó mucho", dice cuando recuerda ese ascenso en suelo chaqueño, en 1988. El que lo tuvo entre los 11 que vencieron a For Ever.
"Soy un tipo medio frío, no me gusta hacer notas. No me gusta. Soy un NN. Es la pura verdad. No soy mediático. Se que hay jugadores a los que les encanta, pero no soy ni fui el caso", avisa "PP". Ese preámbulo bien particular tenía un motivo: para él Chaco es Chaco y nada más. El hombre no versea ni habla de polvo de hadas en el aire. "A las cosas hay que disfrutarlas en el momento, y la disfruté bastante", cuenta el ayudante de campo de San Martín que a pesar de la gloria pasada prefiere el perfil bajo.
Lo que sí hace Pedro es recordar y encontrar las similitudes y diferencias entre aquel San Martín y el de hoy. ¿Qué cambió de aquí a esta parte? Los tiempos, las costumbres. Hasta en el hincha. "Antes era distinto, ahora se aguantan pocas cosas. Muchas veces no entiendo tanta exigencia. ¿Vos lo querés ir a ver ganar a San Martín o lo querés ir a ver jugar?", pregunta en general el también fan "santo" y se alinea entre los que acompañan al equipo sea cual sea el resultado. Es su ley. "Está impaciente el hincha, quiere que vos entrés ganando y en el fútbol yo nunca vi a nadie ganar sin jugar. Hay que jugar el campeonato. En el trayecto tendrás altibajos y vas a mejorar. Este equipo, por ejemplo, se está armando y no podes esperar que todos sean figura. Hay cosas que sólo con el tiempo se logran", relata serio. "El equipo es como una pareja, como la vida de uno: siempre hay que darle el tiempo para fortificarla", agrega.
"PP" avisa que dice lo que dice recordando que aquel San Martín del 88 no arrancó bien. Primero tuvo que pelearla en la Liga para conseguir el oro, llegando a Primera. "Y la Liga era jodida", remarca. ¿Por eso el logro vale doble? "Sí, teníamos un buen equipo y después se incorporan Chazarreta y el uruguayo Jiménez, jugadores con mucha experiencia. Cracks, cracks. Y bueno, les tocó estar en el mejor momento nuestro y se logró ascender jugando bien, por eso después no nos querían enfrentar", dice. "Ja, recién se daban cuenta que jugábamos bien, pero para mi lo hacíamos desde la liga. ¿Sabes qué? Nos costó más salir campeón en la liga que ascender a Primera", cuenta, y cree que ni el mismo hincha tucumano sabe lo competitivo que es su torneo local.
Pareja de años
Cuando no San Martín uniéndolos. Pedro Pablo aprendió su actual tarea justamente de Carlos Roldán, ayudante de campo para la ocasión del ascenso. Ese momento reforzó una amistad que ya tenían de años cuando jugaban en contra, en Ledesma (Jujuy). "Después, él me dijo que me quedara cuando estaba en las inferiores. Con él no hay chamuyo, no hay verso, hay amistad y respeto. La verdad que aprendí mucho, muchísimo con él", dice.
"Es que ahora hago lo mismo que él hacía. Él siempre estaba o corregía cosas, como las puedo corregir hoy. La verdad (creería que si), no se si Carlos siendo ayudante tuvo la libertad que tengo siendo colaborador de él. Puedo opinar, a los cambios los podemos pensar juntos. Sería horrible llegar a trabajar y no poder hacerlo", cuenta "PP" y baja la voz porque comienza a haber movimiento en el pasillo y, ya lo dijo: no es de resaltar ni hacer bochinche.
Aunque, "como jugador era un atorrante jaja", confiesa Pedro. Esto también cambió. Ahora, estando del otro lado, se convirtió en un niño bueno ("como diría mi abuela", explica) y lleva ya tanto tiempo que sabe como pocos de vestuarios. "Mirá, me encantaría que el grupo pueda vivir lo de nosotros en el '88. Se lo merecen. Y si se da en algún momento volver a definir con Chaco aprovechando que ascendió, bienvenido sea", destaca. "Sí señor. Ojalá sea así y se pueda dar. No lo había pensado a así ¿eh? Ja ja. Pero sería muy bueno", concluye.
"Soy un tipo medio frío, no me gusta hacer notas. No me gusta. Soy un NN. Es la pura verdad. No soy mediático. Se que hay jugadores a los que les encanta, pero no soy ni fui el caso", avisa "PP". Ese preámbulo bien particular tenía un motivo: para él Chaco es Chaco y nada más. El hombre no versea ni habla de polvo de hadas en el aire. "A las cosas hay que disfrutarlas en el momento, y la disfruté bastante", cuenta el ayudante de campo de San Martín que a pesar de la gloria pasada prefiere el perfil bajo.
Lo que sí hace Pedro es recordar y encontrar las similitudes y diferencias entre aquel San Martín y el de hoy. ¿Qué cambió de aquí a esta parte? Los tiempos, las costumbres. Hasta en el hincha. "Antes era distinto, ahora se aguantan pocas cosas. Muchas veces no entiendo tanta exigencia. ¿Vos lo querés ir a ver ganar a San Martín o lo querés ir a ver jugar?", pregunta en general el también fan "santo" y se alinea entre los que acompañan al equipo sea cual sea el resultado. Es su ley. "Está impaciente el hincha, quiere que vos entrés ganando y en el fútbol yo nunca vi a nadie ganar sin jugar. Hay que jugar el campeonato. En el trayecto tendrás altibajos y vas a mejorar. Este equipo, por ejemplo, se está armando y no podes esperar que todos sean figura. Hay cosas que sólo con el tiempo se logran", relata serio. "El equipo es como una pareja, como la vida de uno: siempre hay que darle el tiempo para fortificarla", agrega.
"PP" avisa que dice lo que dice recordando que aquel San Martín del 88 no arrancó bien. Primero tuvo que pelearla en la Liga para conseguir el oro, llegando a Primera. "Y la Liga era jodida", remarca. ¿Por eso el logro vale doble? "Sí, teníamos un buen equipo y después se incorporan Chazarreta y el uruguayo Jiménez, jugadores con mucha experiencia. Cracks, cracks. Y bueno, les tocó estar en el mejor momento nuestro y se logró ascender jugando bien, por eso después no nos querían enfrentar", dice. "Ja, recién se daban cuenta que jugábamos bien, pero para mi lo hacíamos desde la liga. ¿Sabes qué? Nos costó más salir campeón en la liga que ascender a Primera", cuenta, y cree que ni el mismo hincha tucumano sabe lo competitivo que es su torneo local.
Pareja de años
Cuando no San Martín uniéndolos. Pedro Pablo aprendió su actual tarea justamente de Carlos Roldán, ayudante de campo para la ocasión del ascenso. Ese momento reforzó una amistad que ya tenían de años cuando jugaban en contra, en Ledesma (Jujuy). "Después, él me dijo que me quedara cuando estaba en las inferiores. Con él no hay chamuyo, no hay verso, hay amistad y respeto. La verdad que aprendí mucho, muchísimo con él", dice.
"Es que ahora hago lo mismo que él hacía. Él siempre estaba o corregía cosas, como las puedo corregir hoy. La verdad (creería que si), no se si Carlos siendo ayudante tuvo la libertad que tengo siendo colaborador de él. Puedo opinar, a los cambios los podemos pensar juntos. Sería horrible llegar a trabajar y no poder hacerlo", cuenta "PP" y baja la voz porque comienza a haber movimiento en el pasillo y, ya lo dijo: no es de resaltar ni hacer bochinche.
Aunque, "como jugador era un atorrante jaja", confiesa Pedro. Esto también cambió. Ahora, estando del otro lado, se convirtió en un niño bueno ("como diría mi abuela", explica) y lleva ya tanto tiempo que sabe como pocos de vestuarios. "Mirá, me encantaría que el grupo pueda vivir lo de nosotros en el '88. Se lo merecen. Y si se da en algún momento volver a definir con Chaco aprovechando que ascendió, bienvenido sea", destaca. "Sí señor. Ojalá sea así y se pueda dar. No lo había pensado a así ¿eh? Ja ja. Pero sería muy bueno", concluye.
NOTICIAS RELACIONADAS
Lo más popular
