Por Andrés Burgo
01 Septiembre 2013
AISLADO EN VARELA. A "Pulguita", la mayor carta de triunfo de Atlético, los rivales le cierran los espacios y lo anulan.
La escena se tornó habitual: en sus últimos cuatro partidos en Buenos Aires (Capital Federal, conurbano o interior de la provincia), el vestuario post partido de Atlético fue la explicación de una derrota. Al 0-1 de anteanoche contra Defensa y Justicia lo anteceden el 0-2 ante Ferro y, en la temporada anterior, el 0-1 frente a Douglas Haig y el 1-2 contra Olimpo. En Buenos Aires, Atlético respira y se intoxica.
Cuando el viernes por la noche un periodista le recordó a Ricardo Rodríguez que se trataba de la segunda derrota seguida de visitante, el técnico lo paró en seco y sacó chapa por el triunfo en la primera fecha, ante Gimnasia: "Ganamos en Jujuy después de 30 años (son 25, en realidad)".
En algo el técnico tiene razón. Está claro que esta versión de Atlético no tiene ninguna relación con la de la temporada anterior (la defensa en su totalidad y los dos volantes centrales, por ejemplo, son nuevos), y también es axiomático que las cuatro caídas de forma consecutiva en Bahía Blanca, Pergamino, Caballito y Florencio Varela son un juego geográfico (la victoria entremedio en Jujuy lo certifica). Sin embargo, simultáneamente, el técnico también sabe que tendrá mucho trabajo antes de la próxima salida: contra Ferro y Defensa y Justicia, Atlético perdió porque fue inferior a sus rivales. En criollo: mereció perder. Y lo hizo.
"Nos tenemos que conocer más, dentro y fuera de la cancha. Vinieron 17 jugadores nuevos", explicó Rodríguez, y enseguida fue repreguntado sobre cómo puede entrenarse algo tan incorpóreo como el conocimiento entre distintos jugadores. "Estando más tiempo juntos en la relación diaria. Es algo lógico: el plantel recién se está conociendo", agregó el entrenador, que mañana, a las 9.30, en el primer entrenamiento de la semana, empezará a armar el partido contra Instituto, el domingo, a las 17, en el Monumental.
A Rodríguez le espera un doble dilema: reemplazar al expulsado Nicolás Romat y conseguir una mayor solidez, justamente, en la derecha de la defensa. El viernes, en Varela, fue el partido en que Diego Barrado se sintió más incómodo en la cancha: en el segundo tiempo jugó prácticamente de 4 bis y fue desbordado casi todo el segundo tiempo, por lo que no sorprendió que Rodríguez lo reemplazara por Guillermo Acosta (de todas maneras, el gol de Defensa, justo por ese sector, llegó cuatro minutos después de ese cambio). "Perdimos un poco por mérito de Defensa y otro poco por culpa nuestra", se limitó a decir el entrenador.
Lo bueno para Atlético es que por un mes dejará de respirar malos aires: sus dos próximos partidos como visitante serán en Paraná ante Patronato (fecha 7) y en Corrientes contra Boca Unidos (fecha 9), y recién en la fecha 11, el 5 de octubre, regresará a Buenos Aires, contra Douglas Haig en Pergamino.
Entonces tratará de sumar al menos un punto, como consiguió en el 0-0 ante Banfield, el 27 de abril, o de volver a ganar, como el 1-0 ante Merlo el 30 de marzo, el único triunfo en las 8 veces que el "decano" visitó Capital Federal y la provincia de Buenos Aires en 2013.
Cuando el viernes por la noche un periodista le recordó a Ricardo Rodríguez que se trataba de la segunda derrota seguida de visitante, el técnico lo paró en seco y sacó chapa por el triunfo en la primera fecha, ante Gimnasia: "Ganamos en Jujuy después de 30 años (son 25, en realidad)".
En algo el técnico tiene razón. Está claro que esta versión de Atlético no tiene ninguna relación con la de la temporada anterior (la defensa en su totalidad y los dos volantes centrales, por ejemplo, son nuevos), y también es axiomático que las cuatro caídas de forma consecutiva en Bahía Blanca, Pergamino, Caballito y Florencio Varela son un juego geográfico (la victoria entremedio en Jujuy lo certifica). Sin embargo, simultáneamente, el técnico también sabe que tendrá mucho trabajo antes de la próxima salida: contra Ferro y Defensa y Justicia, Atlético perdió porque fue inferior a sus rivales. En criollo: mereció perder. Y lo hizo.
"Nos tenemos que conocer más, dentro y fuera de la cancha. Vinieron 17 jugadores nuevos", explicó Rodríguez, y enseguida fue repreguntado sobre cómo puede entrenarse algo tan incorpóreo como el conocimiento entre distintos jugadores. "Estando más tiempo juntos en la relación diaria. Es algo lógico: el plantel recién se está conociendo", agregó el entrenador, que mañana, a las 9.30, en el primer entrenamiento de la semana, empezará a armar el partido contra Instituto, el domingo, a las 17, en el Monumental.
A Rodríguez le espera un doble dilema: reemplazar al expulsado Nicolás Romat y conseguir una mayor solidez, justamente, en la derecha de la defensa. El viernes, en Varela, fue el partido en que Diego Barrado se sintió más incómodo en la cancha: en el segundo tiempo jugó prácticamente de 4 bis y fue desbordado casi todo el segundo tiempo, por lo que no sorprendió que Rodríguez lo reemplazara por Guillermo Acosta (de todas maneras, el gol de Defensa, justo por ese sector, llegó cuatro minutos después de ese cambio). "Perdimos un poco por mérito de Defensa y otro poco por culpa nuestra", se limitó a decir el entrenador.
Lo bueno para Atlético es que por un mes dejará de respirar malos aires: sus dos próximos partidos como visitante serán en Paraná ante Patronato (fecha 7) y en Corrientes contra Boca Unidos (fecha 9), y recién en la fecha 11, el 5 de octubre, regresará a Buenos Aires, contra Douglas Haig en Pergamino.
Entonces tratará de sumar al menos un punto, como consiguió en el 0-0 ante Banfield, el 27 de abril, o de volver a ganar, como el 1-0 ante Merlo el 30 de marzo, el único triunfo en las 8 veces que el "decano" visitó Capital Federal y la provincia de Buenos Aires en 2013.
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