"Hace algunos años -cuando empezó el boom de la cirugía bariátrica para la obesidad- se observó que muchos de esos pacientes tenían diabetes y a los pocos días de operados -sin que hayan bajado de peso- dejaban de ser diabéticos. Seguían siendo gordos pero se les normalizaba el nivel de azúcar en sangre... Muchos médicos y científicos comenzaron a preguntarse a qué se debía tal cura en algunos pacientes con diabetes tipo 2. Y comenzaron a interrogarse: ¿qué pasó con el ser humano? ¿qué cambió en nosotros, en nuestro cuerpo, en nuestro metabolismo, que la cirugía de manga gástrica normaliza el valor de glucosa en la sangre?", comentó el cirujano Ricardo Vega, que vino en compañía de su pares, Juan Cruz Yalour y Héctor Laguna.
Hace millones de años -explicaron - la dieta era totalmente diferente: pobre en calorías, de difícil digestión, el hombre requería un estómago grande y comía lo que cazaba y las semillas y frutos que recolectaba. Probablemente no comían todos los días, lo hacían de vez en cuando, cuando conseguían alimento. Esto hace suponer que tenían un reservorio en el estómago. En cambio, la dieta actual es de fácil digestión, rica en calorías, con azúcares refinados... Aquí tenemos que destacar algo importante: los nutrientes de los alimentos se absorben por completo en el primer tramo del intestino después del duodeno (en el segmento proximal del yeyuno).
La hormona responsable
Para que se entienda mejor, el doctor Vega profundizó la explicación: el intestino delgado está formado por tres segmentos: duodeno, yeyuno, ileon. Hay un fenómeno que se conoce como freno ileal: cuando comemos, el bolo alimentario llega al yeyuno (antes del colon) que secreta la hormona GLP1 que cumple muchas funciones: inhibe el apetito, actúa a nivel cerebral, del hígado, del páncreas, etcétera. En el páncreas estimula las células beta para que produzca insulina.
Las personas con diabetes -está absolutamente comprobado- tienen poquísima cantidad de GLP1 en sangre, porque poseen un intestino delgado muy largo o un tracto intestinal muy lento. Esto hace que el tipo de alimento actual se absorba rápidamente en el segmento proximal (antes de llegar al ileon) y por lo tanto no secretan la enzima GLP1, no tienen lo que nosotros llamamos el 'freno ileal'. "En síntesis: en las personas con intestino delgado largo no llegan suficientes nutrientes al segmento distal, son incapaces de producir la hormona GLP1 que estimula la secreción de insulina.
Entonces aparece la diabetes. Aquí está el secreto de la diabetes, una epidemia mundial que sigue creciendo a pasos agigantados acompañada de la obesidad. Por eso se dice que la diabetes Mellitus no es de origen pancreático sino hormonal (la GLP1)", enfatizó Vega. Sus dichos fueron ratificados por Yalour y Laguna.
Para curar algunos casos de diabetes tipo 2 los cirujanos hacen hoy un tratamiento quirúrgico adaptativo intestinal (cirugía bariátrica). Adaptan el estómago y logran que el alimento llegue más rápido a la última parte del intestino, donde se secreta la hormona GLP1. Esto le permite al páncreas normalizar la producción de insulina que necesita el organismo.
"Esta operación la están realizando en muchos centros médicos del mundo, tanto en pacientes obesos con diabetes tipo 2 como en personas delgadas y diabéticas tipo 2 (diabetes del adulto). La adaptación gástrica no funciona en la diabetes infanto-juvenil tipo 1 (insulinodependiente). Tampoco se benefician los adultos que hacen una diabetes tipo autoinmunitario porque también se trata de una pseudo diabetes tipo 1. No es para todos los diabéticos, sino para determinados pacientes con diabetes tipo 2. Así quedó establecido en el Consenso de Roma, del que participaron más médicos endocrinólogos y nutricionistas que cirujanos", machacó Vega.
El tratamiento quirúrgico funciona mejor en pacientes con menos de diez años de diagnóstico de la patología.