30 Agosto 2013
Si la explosión que se cobró 21 vidas en un edificio de Rosario fue excusa suficiente para ajustar las tuercas de la prevención, el grave desperfecto que sufrió la caldera de un edificio céntrico de nuestra ciudad el fin de semana pasado fue el suceso que confirmó la necesidad de hablar de seguridad en las construcciones en altura. Frente a estos dos hechos, la Defensoría del Pueblo, en conjunto con Gasnor y Defensa Civil de la Municipalidad, impulsaron una jornada de capacitación destinada a porteros y administradores, con exposiciones de expertos de la empresa transportadora de gas natural.
La convocatoria fue más que aceptable: las 200 butacas de la sala Orestes Caviglia estaban ocupadas. Pero más allá de los números, lo verdaderamente interesante fue que los encargados tuvieron la posibilidad de hacer preguntas para tener en claro cómo actuar en caso de un problema con el gas, a quién dirigirse y cada cuánto realizar los controles.
Varios administradores manifestaron que, tras la tragedia de Rosario, decidieron realizar un control exhaustivo de los edificios que manejan. Si bien esto no es un requisito exigido por ley, Gasnor recomienda hacerlo al menos una vez al año para descartar la existencia de filtraciones en la instalación. "Recomendamos hacer revisar por un profesional matriculado todas las instalaciones internas (de los departamentos) y también las del edificio", le explicó a LA GACETA Facundo Altea, gerente Comercial Gasnor. El ejecutivo señaló que esta revisión consiste en verificar el gabinete regulador (ubicado en la parte externa del edificio), de la montante (la cañería principal de gas), los gabinetes de medidores individuales, la correcta combustión de los artefactos instalados en los departamentos (por ejemplo, que la llama sea azul), que las llaves de paso funcionen correctamente y que no haya pérdidas, y que todos los conductos de ventilación estén en óptimas condiciones.
Estas revisiones se realizan por parte de un profesional matriculado, quien deja constancia de las tareas realizadas y, en el caso de ser necesario, pide la inspección final de Gasnor. Por supuesto que ese trabajo tiene un costo (que no está regulado) y es ahí donde suelen pisar el freno los administradores: según una de las asistentes a las jornadas de capacitación, para revisar un edificio de 157 unidades le cobraron $ 4.000. Dividiendo en partes iguales, esa cifra da un monto de $25,47 por cada unidad. Es el precio de la tranquilidad.
Por supuesto que la instalación de gas no es el único punto sobre el cual debe ejercerse un control en los edificios en altura (aunque sí tal vez el más delicado). Otras normas de seguridad y revisiones periódicas, estén o no dentro de las normas municipales, son fundamentales para evitar o minimizar cualquier posible incidente en el que quedan en juego centenares de vida.
En cualquier caso, lo que quedó en claro durante la capacitación es que la seguridad es un sistema y producto de un esfuerzo conjunto. "Es bueno que los encargados podamos compartir estos momentos y quitarnos las dudas. Pero más importante es entendamos que esto es responsabilidad de todos juntos: de los constructores, de la municipalidad, de los inquilinos o propietarios, de los encargados y de los administradores", concluyó Héctor Medina, portero de un edificio de siete pisos.
La convocatoria fue más que aceptable: las 200 butacas de la sala Orestes Caviglia estaban ocupadas. Pero más allá de los números, lo verdaderamente interesante fue que los encargados tuvieron la posibilidad de hacer preguntas para tener en claro cómo actuar en caso de un problema con el gas, a quién dirigirse y cada cuánto realizar los controles.
Varios administradores manifestaron que, tras la tragedia de Rosario, decidieron realizar un control exhaustivo de los edificios que manejan. Si bien esto no es un requisito exigido por ley, Gasnor recomienda hacerlo al menos una vez al año para descartar la existencia de filtraciones en la instalación. "Recomendamos hacer revisar por un profesional matriculado todas las instalaciones internas (de los departamentos) y también las del edificio", le explicó a LA GACETA Facundo Altea, gerente Comercial Gasnor. El ejecutivo señaló que esta revisión consiste en verificar el gabinete regulador (ubicado en la parte externa del edificio), de la montante (la cañería principal de gas), los gabinetes de medidores individuales, la correcta combustión de los artefactos instalados en los departamentos (por ejemplo, que la llama sea azul), que las llaves de paso funcionen correctamente y que no haya pérdidas, y que todos los conductos de ventilación estén en óptimas condiciones.
Estas revisiones se realizan por parte de un profesional matriculado, quien deja constancia de las tareas realizadas y, en el caso de ser necesario, pide la inspección final de Gasnor. Por supuesto que ese trabajo tiene un costo (que no está regulado) y es ahí donde suelen pisar el freno los administradores: según una de las asistentes a las jornadas de capacitación, para revisar un edificio de 157 unidades le cobraron $ 4.000. Dividiendo en partes iguales, esa cifra da un monto de $25,47 por cada unidad. Es el precio de la tranquilidad.
Por supuesto que la instalación de gas no es el único punto sobre el cual debe ejercerse un control en los edificios en altura (aunque sí tal vez el más delicado). Otras normas de seguridad y revisiones periódicas, estén o no dentro de las normas municipales, son fundamentales para evitar o minimizar cualquier posible incidente en el que quedan en juego centenares de vida.
En cualquier caso, lo que quedó en claro durante la capacitación es que la seguridad es un sistema y producto de un esfuerzo conjunto. "Es bueno que los encargados podamos compartir estos momentos y quitarnos las dudas. Pero más importante es entendamos que esto es responsabilidad de todos juntos: de los constructores, de la municipalidad, de los inquilinos o propietarios, de los encargados y de los administradores", concluyó Héctor Medina, portero de un edificio de siete pisos.
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