Los 3.373 días que pasaron desde la última vez que Edgardo Galíndez hizo un gol con la camiseta de Atlético, pusieron las cosas en su lugar. Aquella tarde de mayo de 2004 en Córdoba, el equipo de Andrés Rebottaro jugaba frente a Racing el partido de vuelta por la final del Argentino A. Ayer, venció a Independiente por la B Nacional y quedó eclipsado por los flashes nacionales. El denominador de ambos partidos fue un derechazo del zurdo más mentiroso.
Pese a que en 2011, muchos le adjudicaron un gol ante Rosario Central (un sucio tiro libre desde 3/4 de cancha) al parecer, ni él ni el árbitro estuvieron de acuerdo. "Yo siento que mi último gol fue en 2004. No se si al otro se lo dieron a Mármol", dijo el jugador sobre Diego Abal, el juez de ese partido y sus asistentes.
"Me salió del alma. Recibí, tuve que enganchar, me quedó de derecha, miré al arco, cerré los ojos y le pegué. Estoy muy contento", relató el jugador sobre la curiosidad de su condición de zurdo y sus goles de derecha. La asistencia de Marcelo Zerrizuela, hace más de nueve años, fue el pase de Martín Morel ayer. En el festejo de aquel gol, Walter Rodríguez frenaba su carrera de un abrazo, algo que anoche hizo Javier Malagueño, mientras Luis Rodríguez, hermano de Walter, lo corría de atrás.
"Lo grité con el alma porque pasó mucho tiempo desde la última vez", confiesa. No hubo un cambio generacional desde ese día pero mucha agua corrió bajo el puente. Carlos Barrionuevo, arquero del duelo contra la "academia", integra hoy el cuerpo técnico.
"Justo hablé con un dirigente sobre ese partido antes de jugar contra Independiente", recuerda Galíndez, que además del gol contuvo cualquier intento de reacción rival con un andar cuasi zombie. El lateral izquierdo estuvo a punto de emigrar al final de la temporada pasada. "Tuve una oferta pero tenía que irme muy lejos y no quería. Me quedé", dice. Y lo bien que hizo, estará pensando.
El día del ya anteúltimo gol que hizo en el "decano", el equipo perdió 3-2 y se le escurrió la primera de dos chances de salir del Argentino A. Tras la frustración, el "Mudo" sí se fue: fichó para Ferro y dejó que el río siga sonando. Ayer, ya de vuelta con sus colores primarios, fue una de las figuras en una victoria histórica para Atlético. Para él, después de tanto tiempo, las cosas volvieron a su lugar.