Por Carlos Páez de la Torre H
23 Agosto 2013
En algún momento de la primera mitad del siglo XVIII se edificó la casa de 24 de Septiembre 565. Tiene una fachada muy simple, con tres aberturas idénticas: una es la puerta de entrada y las otras dos, enrejadas, son las ventanas de la sala que da a la calle. De sus dos patios, el último muestra una galería con columnas de estilo toscano. Es acaso la vivienda más antigua de la ciudad.
No hay referencias editadas sobre la historia del inmueble ni sus modificaciones, aunque sin duda una pesquisa en archivos podría suministrarlas. Es probable que perteneciera desde el comienzo a la familia Colombres, ya que allí falleció el famoso obispo José Eusebio, congresal de la Independencia y fundador de la industria azucarera, el 11 de febrero de 1859. Incluso, algunos sostienen que allí había nacido. Según los recuerdos del doctor Eduardo Frías Silva, en esa casa residía, en la década de 1910, el presbítero Sixto Colombres, vicerrector del Colegio Nacional.
Posteriormente pasó al Estado. Es muy probable que el tipo de arquitectura del edificio determinó que se lo juzgara adecuado para cobijar al Museo Folklórico Provincial, cuando lo creó un decreto del 26 de octubre de 1943, del interventor federal Alberto Baldrich.
En ese instrumento, se nombró organizador del Museo al conocido literato y tradicionalista Rafael Jijena Sánchez. Otro decreto le designó, como colaboradores, a Alberto Veillard y Enrique Palavecino. A estos se sumarían luego Ramón Alderete Núñez, Carlos Reyes Gajardo, Rosa Coppola de Lanza Colombres, Segundo Argañaraz Córdoba y Delia Millán de Palavecino, entre otros.
No hay referencias editadas sobre la historia del inmueble ni sus modificaciones, aunque sin duda una pesquisa en archivos podría suministrarlas. Es probable que perteneciera desde el comienzo a la familia Colombres, ya que allí falleció el famoso obispo José Eusebio, congresal de la Independencia y fundador de la industria azucarera, el 11 de febrero de 1859. Incluso, algunos sostienen que allí había nacido. Según los recuerdos del doctor Eduardo Frías Silva, en esa casa residía, en la década de 1910, el presbítero Sixto Colombres, vicerrector del Colegio Nacional.
Posteriormente pasó al Estado. Es muy probable que el tipo de arquitectura del edificio determinó que se lo juzgara adecuado para cobijar al Museo Folklórico Provincial, cuando lo creó un decreto del 26 de octubre de 1943, del interventor federal Alberto Baldrich.
En ese instrumento, se nombró organizador del Museo al conocido literato y tradicionalista Rafael Jijena Sánchez. Otro decreto le designó, como colaboradores, a Alberto Veillard y Enrique Palavecino. A estos se sumarían luego Ramón Alderete Núñez, Carlos Reyes Gajardo, Rosa Coppola de Lanza Colombres, Segundo Argañaraz Córdoba y Delia Millán de Palavecino, entre otros.
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