19 Agosto 2013
MADRID.- Más de medio centenar de pesqueros españoles protestaron por la decisión de las autoridades de Gibraltar de lanzar al fondo del mar bloques de hormigón para ganar territorio marítimo, una iniciativa que aumentó la tensión de la histórica disputa entre España y el Reino Unido. Los pescadores españoles protestaron de forma pacífica y la tensión escaló cuando uno de los capitanes quiso colocar su barco encima de la zona en la que Gibraltar dejó caer grandes bloques de hormigón hace tres semanas con el objetivo de crear un arrecife artificial. Los pescadores sostienen que esos bloques, de unos 3.000 kilos y de los que sobresalen barras de hierro, impiden sus faenas y denuncian que ya les causaron pérdidas por al menos 1,5 millón de euros.
José Antonio González, patrón del "San Juan", uno de los barcos afectados por las medidas de Gibraltar, sostuvo que con la protesta pretenden que el gobierno español "tome conciencia de cómo Gibraltar está atentando contra los derechos de pesca históricos".
El llamado de atención llegó en la víspera de la reunión entre el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy y el de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso. El viernes Durao Barroso habló con el primer ministro británico, David Cameron, y éste le pidió que envíe observadores a la frontera que su colonia mantiene con España. Los bloques de hormigón fueron apenas el punto de partida de la más reciente escalada diplomática entre España y el Reino Unido en su histórica disputa territorial por el Peñón de Gibraltar, una colonia británica que España cedió con el Tratado de Utrecht (1713).
Unos días antes de que Gibraltar lanzara los bloques de hormigón al mar, España había empezado a aplicar controles en la verja que permite el acceso a su territorio desde Gibraltar. El resultado fueron largas colas de autos con esperas de varias horas, imagen poco vista en Europa desde que se aprobó la libre circulación de personas y bienes. Según Madrid, los controles son aleatorios y legales y tienen como objetivo luchar contra el contrabando de tabaco. Esa actividad, así como el blanqueo de dinero que España atribuye a numerosas empresas con sede en Gibraltar, son una muestra de lo que el Gobierno considera falta de lealtad y de compromiso por parte de las autoridades del Peñón (Télam)
El llamado de atención llegó en la víspera de la reunión entre el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy y el de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso. El viernes Durao Barroso habló con el primer ministro británico, David Cameron, y éste le pidió que envíe observadores a la frontera que su colonia mantiene con España. Los bloques de hormigón fueron apenas el punto de partida de la más reciente escalada diplomática entre España y el Reino Unido en su histórica disputa territorial por el Peñón de Gibraltar, una colonia británica que España cedió con el Tratado de Utrecht (1713).
Unos días antes de que Gibraltar lanzara los bloques de hormigón al mar, España había empezado a aplicar controles en la verja que permite el acceso a su territorio desde Gibraltar. El resultado fueron largas colas de autos con esperas de varias horas, imagen poco vista en Europa desde que se aprobó la libre circulación de personas y bienes. Según Madrid, los controles son aleatorios y legales y tienen como objetivo luchar contra el contrabando de tabaco. Esa actividad, así como el blanqueo de dinero que España atribuye a numerosas empresas con sede en Gibraltar, son una muestra de lo que el Gobierno considera falta de lealtad y de compromiso por parte de las autoridades del Peñón (Télam)
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