Por Juan Manuel Asis
17 Agosto 2013
Para evitar la "sangría" o nuevos "saltos del cerco", Daniel Scioli puso blanco sobre negro lo que se está jugando en realidad en estos comicios legislativos: las presidenciales de 2015. En ese marco, Sergio Massa es su principal adversario en el universo peronista de derecha -el que se viene, porque ahora el péndulo se mueve hacia allí- y debe apurar definiciones, o profundizarlas, antes de que el massismo se quede con el peronismo bonaerense. Desde su incómoda posición, de defensa del "modelo" y contrario al estilo de conducción "K", salió a pedir internas en el PJ para dirimir las candidaturas presidenciales. Su movida tiene varias lecturas: 1) desafía a Massa a que se anime a la interna en el PJ -algo que no aceptará el tigrense, hasta que la mayoría de los intendentes de la provincia se pasen a sus líneas-; 2) reta a los kirchneristas puros a que presenten candidato en la interna peronista, tal vez convencido que la "re-re" se cerró para Cristina y que su bendición ya no tiene peso y, 3) se reinstala con su pretensión, en el peor momento político del cristinismo. ¿Quién de entre los "K" se animará a decirle que se equivoca? No pueden darse el lujo de alimentar enemigos internos. También él, como Cristina en su momento, puede decir que quiere discutir con titulares, no con suplentes en el partido para el que ya comenzó a precalentar; antes que muchos.
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