16 Agosto 2013
PROYECCIÓN TÉCNICA. La pérdida productiva se registró sobre una superficie sembrada de alrededor de 70.000 hectáreas, informa la Sección Horticultura de la Eeaoc. CHIASEEDEUROPE.COM
"Como responsable del cultivo de la chía (Salvia hispánica) en la Estación Experimental, recibo permanentes consultas, tanto de la provincia como del resto del país y el extranjero. Hay un gran interés porque no existen muchos organismos de investigación, en producciones primarias, que estén trabajando sobre la actividad. Existe también una gran expectativa comercial por parte de los productores, ya que los primeras experiencias técnicas de manejo en el país se realizaron en base a recomendaciones de la Estación Experimental Agroindustrial (Eeaoc)", señala Ramiro Lobo, jefe de la sección Horticultura de esa institución.
La charla se enmarca en la organización del III taller sobre chía que se realizará el 29 de agosto y será organizado por la Eeaoc, en el campus de la Universidad San Pablo T. Allí, se analizarán los desafíos y problemas de este cultivo, considerado sagrado para las culturas precolombinas en Mesoamérica. En el encuentro, los disertantes abordarán temas como manejo, malezas y comercialización de la chía, entre otros temas, y como cierre se prevé una mesa panel.
Lobo comenta que la actual temporada "ha sido muy dura" para el productor, aunque todavía no contamos con cifras precisas de producción. Según el técnico, se estima una pérdida de entre el 70 % y el 80% por los efectos de la intensa sequía, sobre una superficie de 70.000 hectáreas sembradas.
"Se han logrado buenas producciones en el Valle de Lerma, en Salta, por ser un valle de altura que cuenta con un régimen hídrico diferente al llano; pero en Pichanal, Embarcación, Güemes y Tartagal, entre otras regiones de esa provincia, la cosecha se ha perdido. En Metán, donde ocurrieron algunas lluvias importantes, pudieron trillarse algunos lotes; y en la zona pedemontana de Tucumán, como Famaillá, Lules, La Invernada y Alpachiri, hubo buena producción y trillas de 860 kilogramos hasta lotes de 1.000 kilos. El promedio, sin embargo, es bajo porque el verano tucumano también fue muy seco y caliente", afirma el Lobo.
El norte argentino es la zona más apta en el país para el cultivo, al tener menos probabilidades de heladas. "Es un cultivo que debe escaparle al frío durante los meses de mayo y gran parte de junio. En Tucumán la situación es azarosa, salvo en zonas pedemontanas. Por eso, muchos productores tucumanos tienden a sembrar más hacia el norte: de hecho, este año se registrará una buena campaña en Bolivia, en especial, en la región de Santa Cruz de la Sierra, donde la cosecha está siendo buena al no tener problemas de sequía", explica el investigador.
Las primeras experiencias argentinas con chía, emprendidas a partir de los estudios de Ricardo Ayerza y Wayne Coates, de la Universidad de Arizona, Estados Unidos, se realizaron en la década del '90 en el norte del país: Tucumán, Salta, Catamarca y Jujuy. Algunos productores acentuaron su trabajo en el territorio salteño. En 2007, la Eeaoc retomó los estudios mediante un convenio firmado con una empresa que producía y comercializaba el producto; intervinieron también algunos grupos CREA, por lo que la Estación armó un equipo para abordar los estudios.
Gran parte de la producción de chía se exporta; una proporción importante se vende en las herboristerías y otra, para aceite.
La chía fue uno de los cultivos sagrados de los aztecas y había sido desarrollada muchos años antes por los mayas. Fue un alimento estratégico que, por ser casi imperecedero, podía almacenarse para ser utilizado en los períodos de sequía, junto con el maíz y el poroto.
Lobo afirma que en la Estación Experimental empezó a trabajase para resolver problemas de manejo y entender "fonológicamente" el cultivo; eso permitió que la chía fuera incrementándose en hectáreas y rendimiento. Por ahora, no se habla de variedades, aunque hay empresas radicadas en Chile que están armando programas de mejoramiento y a nivel global, existe un pool de variedades en una gran población. Incluso, algunos separan la "chía blanca", pero no son variedades estabilizadas. Los interesados en participar deben inscribirse en el sitio www.eeaoc.org.ar (link: http://www.eeaoc.org.ar/pedidos_chia) y llenar el formulario.
La charla se enmarca en la organización del III taller sobre chía que se realizará el 29 de agosto y será organizado por la Eeaoc, en el campus de la Universidad San Pablo T. Allí, se analizarán los desafíos y problemas de este cultivo, considerado sagrado para las culturas precolombinas en Mesoamérica. En el encuentro, los disertantes abordarán temas como manejo, malezas y comercialización de la chía, entre otros temas, y como cierre se prevé una mesa panel.
Lobo comenta que la actual temporada "ha sido muy dura" para el productor, aunque todavía no contamos con cifras precisas de producción. Según el técnico, se estima una pérdida de entre el 70 % y el 80% por los efectos de la intensa sequía, sobre una superficie de 70.000 hectáreas sembradas.
"Se han logrado buenas producciones en el Valle de Lerma, en Salta, por ser un valle de altura que cuenta con un régimen hídrico diferente al llano; pero en Pichanal, Embarcación, Güemes y Tartagal, entre otras regiones de esa provincia, la cosecha se ha perdido. En Metán, donde ocurrieron algunas lluvias importantes, pudieron trillarse algunos lotes; y en la zona pedemontana de Tucumán, como Famaillá, Lules, La Invernada y Alpachiri, hubo buena producción y trillas de 860 kilogramos hasta lotes de 1.000 kilos. El promedio, sin embargo, es bajo porque el verano tucumano también fue muy seco y caliente", afirma el Lobo.
El norte argentino es la zona más apta en el país para el cultivo, al tener menos probabilidades de heladas. "Es un cultivo que debe escaparle al frío durante los meses de mayo y gran parte de junio. En Tucumán la situación es azarosa, salvo en zonas pedemontanas. Por eso, muchos productores tucumanos tienden a sembrar más hacia el norte: de hecho, este año se registrará una buena campaña en Bolivia, en especial, en la región de Santa Cruz de la Sierra, donde la cosecha está siendo buena al no tener problemas de sequía", explica el investigador.
Las primeras experiencias argentinas con chía, emprendidas a partir de los estudios de Ricardo Ayerza y Wayne Coates, de la Universidad de Arizona, Estados Unidos, se realizaron en la década del '90 en el norte del país: Tucumán, Salta, Catamarca y Jujuy. Algunos productores acentuaron su trabajo en el territorio salteño. En 2007, la Eeaoc retomó los estudios mediante un convenio firmado con una empresa que producía y comercializaba el producto; intervinieron también algunos grupos CREA, por lo que la Estación armó un equipo para abordar los estudios.
Gran parte de la producción de chía se exporta; una proporción importante se vende en las herboristerías y otra, para aceite.
La chía fue uno de los cultivos sagrados de los aztecas y había sido desarrollada muchos años antes por los mayas. Fue un alimento estratégico que, por ser casi imperecedero, podía almacenarse para ser utilizado en los períodos de sequía, junto con el maíz y el poroto.
Lobo afirma que en la Estación Experimental empezó a trabajase para resolver problemas de manejo y entender "fonológicamente" el cultivo; eso permitió que la chía fuera incrementándose en hectáreas y rendimiento. Por ahora, no se habla de variedades, aunque hay empresas radicadas en Chile que están armando programas de mejoramiento y a nivel global, existe un pool de variedades en una gran población. Incluso, algunos separan la "chía blanca", pero no son variedades estabilizadas. Los interesados en participar deben inscribirse en el sitio www.eeaoc.org.ar (link: http://www.eeaoc.org.ar/pedidos_chia) y llenar el formulario.
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