13 Agosto 2013
JERUSALÉN.- Israelíes y palestinos quedaron disconformes con la lista de los primeros 26 presos políticos que Israel liberará mañana, al mismo tiempo del inicio de una nueva ronda de las conversaciones bilaterales. Este es el tramo inicial de la libertad para 103 palestinos encarcelados antes de la firma de los Acuerdos de Oslo (1993); el resto dependerá de la marcha del proceso pacificador.
La nómina incluye a 14 palestinos de la Franja de Gaza y a 12 de Cisjordania (serán trasladados a esos territorios), pero ninguno de Jerusalén o residente en Israel. De ellos, 20 fueron condenados por asesinato (incluyendo el de un sobreviviente del holocausto nazi) y el resto, por complicidad en algún homicidio.
"Nuestra principal reserva es que se deciden estas medidas de forma unilateral y nosotros tenemos que aceptar un procedimiento que debería formar parte de una negociación y no ser un monopolio israelí", se quejó el presidente del Club de Prisioneros Palestinos, Kadura Fares, vinculado al partido Al Fatah del presidente Mahmud Abbas.
La asociación israelí de víctimas de la violencia Almagor, a su vez, afirmó: "es un día de celebración para las organizaciones terroristas palestinas y una jornada triste para las familias y la sociedad israelí". Este sector anunció que efectuarán planteos ante el Tribunal Supremo para impedir la liberación. "No son presos políticos. Son asesinos que van a salir en libertad y volverán a matar", aseveró Gila Moljo, cuyo hermano Ian Feinberg fue ultimado hace 20 años. "Vergüenza para el Gobierno, para el primer ministro (Benjamín Netanyahu) y para sus simpatizantes", sostuvo Zvia Dahan, cuyo padre, Moshe Becker, murió en un ataque en 1994.
Con la mediación de Estados Unidos, Israel y Palestina reanudaron el proceso de paz estancado desde 2010, con el objetivo de alcanzar, en un plazo de nueve meses, una solución al conflicto basada en la coexistencia de dos Estados. Dos de las principales discusiones son la determinación de las fronteras (Palestina quiere volver a las previas a 1967) y la paralización de la construcción de asentamientos en territorios ocupados, que Israel defiende e incluso incrementó el domingo en 1.187 nuevas viviendas.
"Aquellos que hacen estas cosas están decididos a socavar las negociaciones de paz, están decididos a obligarnos a dejar la mesa de negociaciones", advirtió el negociador palestino, Saeb Erekat. (Reuters-Télam-DPA)
La nómina incluye a 14 palestinos de la Franja de Gaza y a 12 de Cisjordania (serán trasladados a esos territorios), pero ninguno de Jerusalén o residente en Israel. De ellos, 20 fueron condenados por asesinato (incluyendo el de un sobreviviente del holocausto nazi) y el resto, por complicidad en algún homicidio.
"Nuestra principal reserva es que se deciden estas medidas de forma unilateral y nosotros tenemos que aceptar un procedimiento que debería formar parte de una negociación y no ser un monopolio israelí", se quejó el presidente del Club de Prisioneros Palestinos, Kadura Fares, vinculado al partido Al Fatah del presidente Mahmud Abbas.
La asociación israelí de víctimas de la violencia Almagor, a su vez, afirmó: "es un día de celebración para las organizaciones terroristas palestinas y una jornada triste para las familias y la sociedad israelí". Este sector anunció que efectuarán planteos ante el Tribunal Supremo para impedir la liberación. "No son presos políticos. Son asesinos que van a salir en libertad y volverán a matar", aseveró Gila Moljo, cuyo hermano Ian Feinberg fue ultimado hace 20 años. "Vergüenza para el Gobierno, para el primer ministro (Benjamín Netanyahu) y para sus simpatizantes", sostuvo Zvia Dahan, cuyo padre, Moshe Becker, murió en un ataque en 1994.
Con la mediación de Estados Unidos, Israel y Palestina reanudaron el proceso de paz estancado desde 2010, con el objetivo de alcanzar, en un plazo de nueve meses, una solución al conflicto basada en la coexistencia de dos Estados. Dos de las principales discusiones son la determinación de las fronteras (Palestina quiere volver a las previas a 1967) y la paralización de la construcción de asentamientos en territorios ocupados, que Israel defiende e incluso incrementó el domingo en 1.187 nuevas viviendas.
"Aquellos que hacen estas cosas están decididos a socavar las negociaciones de paz, están decididos a obligarnos a dejar la mesa de negociaciones", advirtió el negociador palestino, Saeb Erekat. (Reuters-Télam-DPA)
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