Rojo sangre

Si llega a la final con chances o no, ya es harina de otro costal. Por lo pronto, lo que le importa a Los Tarcos es tener una final a la que aspirar. Jugando con el corazón que lo caracteriza, conquistó la tierra de su adversario y obtuvo el preciado boleto para el cuadrangular Copa de Oro, que definirá al nuevo campeón del noroeste. El "rojo" se impuso 23 a 10 y dejó afuera a Universitario (Tucumán) de la lucha por el título.

El equipo del ex aeropuerto pagó caro el nerviosismo de los primeros minutos. Prolijo en el manejo de la guinda, Uni aprovechó la chance cuando la tuvo y pasó al frente con un try tempranero.

La defensa visitante reaccionó al llamado de atención: de a poco, ordenadamente y con la chapa de un scrum sólido se adueñaron en absoluto de la pelota.

El sometimiento por parte de los delanteros de Los Tarcos a sus colegas de la "U" fue in crescendo, pero los nervios se notaban a la hora de tomar decisiones. Los locales se defendían bien, atacando con la pausa justa, y así lograron irse al descanso arriba en tanteador parcial: 10 a 7.

La exigua diferencia dio esperanza a los "rojos", que hicieron sentir al rival el rigor de los forwards, cuidándose de no cometer infracciones para facilitarle a las "serpientes" la vía de la ejecución a los palos.

Se veía venir de a poco la marea "roja". La presión dió como resultado el try de Juan Caligari. Tarcos interpretaba el libreto que mejor le sale, el de la dureza y el juego corto.

Lo único que le faltaba era liquidarlo. La diferencia de siete tantos era demasiado estrecha, pero la desesperación de Uni por dar vuelta el resultado desembocó en infracciones que le dieron a José Chico la posibilidad de aumentar con kicks a la hache. Y el juvenil hizo dos, para darle forma a un sueño "rojo" y a una pesadilla azul y gris.