10 Agosto 2013
Salven las plazas
Los vecinos se quejan porque los paseos no tienen juegos, bancos, bebederos ni pistas de salud. Dicen también que están descuidados. La Municipalidad ha encarado un proceso de reparación y de remodelación de todos los espacios públicos. En algunos casos, las obras se encuentran más avanzadas; planean culminarlas en septiembre. Los peligros de la plaza Vieja, en La Rinconada.
EN TERAPIA. La plaza La Paz se encuentra en etapa de remodelación.
La señora aparece con ropa de entre casa. Pide disculpas por su aspecto y se acoda junto al portón, sobre una pared baja. Desde hace unos años, vive a metros de una cancha de fútbol. Ahora, lo hará a metros de una plaza, también. Y eso, en palabras suyas, le resulta maravilloso. Gloria Morcos tiene 66 años y 14 nietos. Es una de las vecinas del nuevo espacio con juegos infantiles que se está instalando en la calle Panamá, entre Perú y Santo Domingo, hacia el norte de Yerba Buena. El terreno es compartido con el campo deportivo, al que le quitaron algunos metros.
Cuando se enteraron, los futboleros juntaron firmas y presentaron una nota, con la intención de detener el proyecto. Los vecinos a favor, en cambio, salieron a manifestar su complacencia. Con todo, las tareas continuaron, y por estos días ya se hizo la caminería, se pusieron unos cuantos bancos y se instalaron unos juegos, aunque permanecen ahí varios montículos de tierra. "Voy a llevar a mis nietos", dice Gloria, y en seguida aclara que eso hará cuando los jugadores no estén, porque en esas ocasiones vuelan los pelotazos, se oyen malas palabras y abundan las cervezas.
La obra en esa esquina forma parte del plan "Más Cerca", que se está ejecutando en las 32 plazas de la ciudad y en otros espacios públicos verdes, como plazoletas y rotondas. De acuerdo a lo anunciado por la Municipalidad, se construirán veredas, se instalará luminaria y se colocará mobiliario (toboganes, hamacas, pasamanos, subibajas, columpios, merenderos, bancos, basureros, bebederos y pistas de salud).
Las mejoras son ansiadas por los vecinos, al menos por los consultados. Es que -según dicen- hasta ahora la mayoría de las plazas yerbabuenenses son lugares inservibles y descuidados, en los que no hay balancines ni asientos. Y, en consecuencia, tampoco niños.
Una de esas vecinas es Sonia Carbonell. Sus dos hijos no saben lo que es una plaza, puesto que su mamá no los lleva. "¿Para qué, si los juegos están rotos en todas partes?", se pregunta, y pide que luego de las remodelaciones se designen cuidadores o placeros, no sólo para mantenerlas a salvo de los vándalos, sino también para garantizar la seguridad de las personas que ahí se encuentran. Carolina Cabanne vive a una cuadra de la plaza que queda en la intersección de Aragón y Venecia. Cuando se le pide su opinión sobre el paseo, dice: "es de terror, un desastre". Y si le solicita que se explaye, enumera que no hay juegos, que los únicos tres cestos de basura suelen estar rebasados y que los pastos crecen hasta llegar a las rodillas de los ciudadanos. "Es una cuadra poco agradable. No tiene ningún beneficio, ni visual ni recreativo", apunta, y se esperanza con que pongan bancos para sentarse a leer un libro bajo el sol y hamacas. También anhela que culmine la construcción de una capilla emplazada ahí dentro que -calcula- lleva ya unos cuatro meses.
Sin risas ni corridas
Alrededor de la plaza de Marcos Paz pasea Lucía Maldonado, con sus pequeños. Cuenta que le encantaría que se haga una plaza como la Urquiza, situada en Barrio Norte, en la capital provincial. "Yo los traigo aquí para que den vueltas en bicicleta, pero al rato se aburren. A esta edad necesitan toboganes y lugares abiertos para jugar, donde puedan interactuar con otros y desarrollar sus capacidades motrices", acota.
Allí también suele ir Julieta de Avila. Lleva a su niño a que ande en bicicleta, mientras ella trota. Si bien esa plaza no le queda cerca de su casa, la elige porque se siente segura, debido a que hay un destacamento policial enfrente. Además, considera que es una de las mejor cuidadas. "Si tuviera la oportunidad de hablar con el intendente, le diría que mantenga las plazas en buenas condiciones y que instale en todas bebederos, bancos, juegos y aparatos para hacer gimnasia".
El departamento de Liliana Ruiz queda a unas cuadras de la plaza Vieja, en La Rinconada. Ella se ilusiona con que esa manzana se convierta en un lugar atractivo. "Está muy dejada. En vez de juegos, hay unos pedazos de hierro rotosos y herrumbrados, que alguna vez estuvieron completos. Además, por las tardes aparece un grupo de adolescentes; se juntan ahí a fumar marihuana. Aquí todo el mundo sabe que ahí se drogan. Y, para peor, también suelen rondar los ladrones", revela. Por todas estas razones, Lilina lleva a su hija a la plaza únicamente los sábados, cuando están los feriantes. Paola Fernández, vecina de la plazuela localizada cerca del Camino del Perú, en la calle Los Ceibos primera cuadra, dice que ese lugar es depresivo. "Los juegos están rotos, los caminos son intransitables con un cochecito de bebé, la gente arroja basura y los yuyos crecen sin control", detalla. Por eso, cree que a menudo se la ve vacía u ocupada por adolescentes. Con los arreglos, opina que tal vez los más chicos comiencen a disfrutarla.
En la plaza situada en la esquina de las calles Las Rosas y Paraguay está Alejandro Frías, que empuja el triciclo en el que va su hijo, de dos años. Dice que siempre viene durante las mañanas, porque hay muchos juegos. Pero manifiesta que, en general, las plazas están al vicio, porque no tienen entretenimientos. Y que de noche no se puede pasear porque quedan a oscuras.
Justamente, la plaza a la que concurre este padre es la única de la ciudad que posee juegos integradores. Consultado al respecto, el concejal Pedro Albornoz Piossek (autor del proyecto para instalar hamacas para personas con capacidades diferentes) le solicita a la Municipalidad que haga extensiva a otras plazas la colocación de estos juegos especiales.
Otro edil opositor, Javier Jantus, afirma que lo que se está haciendo es una vergüenza. "Nos engañan con un poco de hormigón, algo de pintura, algún juego de dudosa resistencia y unos bancos para gente joven, ya que ninguno tiene respaldo".
El intendente Daniel Toledo promete que las obras que se están efectuando estarán culminadas durante septiembre. "Ya tenemos en ejecución alrededor del 80% de las tareas planeadas dentro del programa, y estamos esperando la otra etapa", asevera. Desde la Municipalidad se indicó además que la revalorización tiene en cuenta las observaciones efectuadas por los vecinos sobre los espacios a recuperar, y se procura no alterar las costumbres de los usuarios habituales.
Lo cierto es que, ajenos a los cruces políticos, los vecinos lo único que quieren es que su ciudad, que se jacta de ser la más linda, tenga también plazas bonitas y seguras. En vez de tristes, vacías y sucias.
Cuando se enteraron, los futboleros juntaron firmas y presentaron una nota, con la intención de detener el proyecto. Los vecinos a favor, en cambio, salieron a manifestar su complacencia. Con todo, las tareas continuaron, y por estos días ya se hizo la caminería, se pusieron unos cuantos bancos y se instalaron unos juegos, aunque permanecen ahí varios montículos de tierra. "Voy a llevar a mis nietos", dice Gloria, y en seguida aclara que eso hará cuando los jugadores no estén, porque en esas ocasiones vuelan los pelotazos, se oyen malas palabras y abundan las cervezas.
La obra en esa esquina forma parte del plan "Más Cerca", que se está ejecutando en las 32 plazas de la ciudad y en otros espacios públicos verdes, como plazoletas y rotondas. De acuerdo a lo anunciado por la Municipalidad, se construirán veredas, se instalará luminaria y se colocará mobiliario (toboganes, hamacas, pasamanos, subibajas, columpios, merenderos, bancos, basureros, bebederos y pistas de salud).
Las mejoras son ansiadas por los vecinos, al menos por los consultados. Es que -según dicen- hasta ahora la mayoría de las plazas yerbabuenenses son lugares inservibles y descuidados, en los que no hay balancines ni asientos. Y, en consecuencia, tampoco niños.
Una de esas vecinas es Sonia Carbonell. Sus dos hijos no saben lo que es una plaza, puesto que su mamá no los lleva. "¿Para qué, si los juegos están rotos en todas partes?", se pregunta, y pide que luego de las remodelaciones se designen cuidadores o placeros, no sólo para mantenerlas a salvo de los vándalos, sino también para garantizar la seguridad de las personas que ahí se encuentran. Carolina Cabanne vive a una cuadra de la plaza que queda en la intersección de Aragón y Venecia. Cuando se le pide su opinión sobre el paseo, dice: "es de terror, un desastre". Y si le solicita que se explaye, enumera que no hay juegos, que los únicos tres cestos de basura suelen estar rebasados y que los pastos crecen hasta llegar a las rodillas de los ciudadanos. "Es una cuadra poco agradable. No tiene ningún beneficio, ni visual ni recreativo", apunta, y se esperanza con que pongan bancos para sentarse a leer un libro bajo el sol y hamacas. También anhela que culmine la construcción de una capilla emplazada ahí dentro que -calcula- lleva ya unos cuatro meses.
Sin risas ni corridas
Alrededor de la plaza de Marcos Paz pasea Lucía Maldonado, con sus pequeños. Cuenta que le encantaría que se haga una plaza como la Urquiza, situada en Barrio Norte, en la capital provincial. "Yo los traigo aquí para que den vueltas en bicicleta, pero al rato se aburren. A esta edad necesitan toboganes y lugares abiertos para jugar, donde puedan interactuar con otros y desarrollar sus capacidades motrices", acota.
Allí también suele ir Julieta de Avila. Lleva a su niño a que ande en bicicleta, mientras ella trota. Si bien esa plaza no le queda cerca de su casa, la elige porque se siente segura, debido a que hay un destacamento policial enfrente. Además, considera que es una de las mejor cuidadas. "Si tuviera la oportunidad de hablar con el intendente, le diría que mantenga las plazas en buenas condiciones y que instale en todas bebederos, bancos, juegos y aparatos para hacer gimnasia".
El departamento de Liliana Ruiz queda a unas cuadras de la plaza Vieja, en La Rinconada. Ella se ilusiona con que esa manzana se convierta en un lugar atractivo. "Está muy dejada. En vez de juegos, hay unos pedazos de hierro rotosos y herrumbrados, que alguna vez estuvieron completos. Además, por las tardes aparece un grupo de adolescentes; se juntan ahí a fumar marihuana. Aquí todo el mundo sabe que ahí se drogan. Y, para peor, también suelen rondar los ladrones", revela. Por todas estas razones, Lilina lleva a su hija a la plaza únicamente los sábados, cuando están los feriantes. Paola Fernández, vecina de la plazuela localizada cerca del Camino del Perú, en la calle Los Ceibos primera cuadra, dice que ese lugar es depresivo. "Los juegos están rotos, los caminos son intransitables con un cochecito de bebé, la gente arroja basura y los yuyos crecen sin control", detalla. Por eso, cree que a menudo se la ve vacía u ocupada por adolescentes. Con los arreglos, opina que tal vez los más chicos comiencen a disfrutarla.
En la plaza situada en la esquina de las calles Las Rosas y Paraguay está Alejandro Frías, que empuja el triciclo en el que va su hijo, de dos años. Dice que siempre viene durante las mañanas, porque hay muchos juegos. Pero manifiesta que, en general, las plazas están al vicio, porque no tienen entretenimientos. Y que de noche no se puede pasear porque quedan a oscuras.
Justamente, la plaza a la que concurre este padre es la única de la ciudad que posee juegos integradores. Consultado al respecto, el concejal Pedro Albornoz Piossek (autor del proyecto para instalar hamacas para personas con capacidades diferentes) le solicita a la Municipalidad que haga extensiva a otras plazas la colocación de estos juegos especiales.
Otro edil opositor, Javier Jantus, afirma que lo que se está haciendo es una vergüenza. "Nos engañan con un poco de hormigón, algo de pintura, algún juego de dudosa resistencia y unos bancos para gente joven, ya que ninguno tiene respaldo".
El intendente Daniel Toledo promete que las obras que se están efectuando estarán culminadas durante septiembre. "Ya tenemos en ejecución alrededor del 80% de las tareas planeadas dentro del programa, y estamos esperando la otra etapa", asevera. Desde la Municipalidad se indicó además que la revalorización tiene en cuenta las observaciones efectuadas por los vecinos sobre los espacios a recuperar, y se procura no alterar las costumbres de los usuarios habituales.
Lo cierto es que, ajenos a los cruces políticos, los vecinos lo único que quieren es que su ciudad, que se jacta de ser la más linda, tenga también plazas bonitas y seguras. En vez de tristes, vacías y sucias.
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