"Hoy Freddie Mercury habría hecho algo extraordinario con el pop"

Wembley es un barrio londinense, lindo como todo paisaje inglés, pero destacable por esta característica: entre sus límites aloja al nuevo estadio de Wembley, construido sobre las ruinas del mítico campo anterior, demolido en 2002. Del viejo estadio pueden decirse varias cosas: que era el coliseo más famoso de Gran Bretaña y uno de los más conocidos del mundo, que allí se jugaron históricas finales de fútbol, que Pelé lo definió como "la catedral del fútbol"... Pero lo más fantástico, lo más mágico que puede recordarse de él, es que en julio de 1986, el viejo estadio de Wembley rugió. Fue un rugido profundo y sentido, comparable al de una fiera salvaje. Un rugido comandado por cuatro domadores: los integrantes de Queen, los más sublimes dueños del circo que haya dado el rock británico.

Fue en el recital en Wembley cuando Freddie Mercury salió con la característica chaqueta amarilla que hoy todos identificamos. Fue ese recital el que Queen abrió con "One vision", un tema que en su primera línea afirma: "Dios trabaja de misteriosas formas". Es ese recital el que esta noche evocará en Tucumán Dios Salve a la Reina (DSR), la banda tributo a Queen que nació en Rosario y está considerada entre las mejores del mundo, no sólo por su aproximación musical con los británicos sino también por el parecido físico que han logrado. Matías Albornoz, que en el escenario es el platinado baterista Roger Taylor, contó a LA GACETA que DSR nació como un entusiasmo de fanáticos de Queen y que terminó siendo aplaudida hasta por palmas inglesas, el público al que más miedo le tenían.

- ¿Cómo surgió DSR?

- No era nuestra intención hacer lo que hacemos hoy, sino que nos divertía la música de Queen. Luego surgió un show en un teatro pequeño de Rosario y la gente comenzó a exigir más en cuestión de imagen y sonido. Entonces dijimos "vamos a tomarnos esto en serio" y buscamos el vestuario, los instrumentos... También estudiamos al grupo en detalle a partir de videos, revistas y libros. En internet encontramos mucha información y, ante cada nuevo proyecto, recurrimos a la web para saber qué vestimenta usaban ellos, cómo distribuían las luces en el escenario, entre otros datos.

- ¿Qué parte de la historia de Freddie te conmueve más?

- La última etapa de él cuando, pese a su enfermedad, seguía yendo al estudio a grabar; trataron de explotar su voz hasta el último momento. Me conmueve la fuerza que tenía para transmitir lo que transmitía. Del grupo, la época que más me gusta es la del disco "Queen II", cuyos arreglos vocales y elaboración de los temas son complejos.

- ¿El público reacciona diferente según el país en el que tocan?

- Sí, cada público tiene su color. De todos destacaría el de Sudamérica, que es muy caluroso y efusivo. Por ejemplo, nos sorprende Chile, que grita y alienta de una manera impresionante desde que salimos a escena. Inglaterra también es muy especial: que nos reciban tan bien a nosotros, que venimos del otro lado del mundo a hacer su música, es muy importante. Al principio le teníamos miedo, fue un reto. En 2004 tocamos allí por primera vez y fue lindo, la gente cantaba con nosotros; no vimos un público frío. Eso nos dio mucha fuerza, era un aprobado a lo que estábamos haciendo.

- ¿Cómo se renuevan, sabiendo que no habrá nuevos temas?

- Al principio hacíamos un compilado de temas, relacionado con la estética correspondiente. Recientemente descubrimos esto de emular las giras que ellos hicieron: ya recreamos el tour por Argentina en el 81 y ahora estamos con el del 86. Eso le aporta frescura a la banda.

- ¿Cómo sería Freddie hoy?

- Él era muy visionario, tenía una lectura de la realidad musical que sorprendía. Creo que hoy Freddie habría hecho algo extraordinario con el pop, que es el género que mejor funciona. Le habría buscado algo elaborado al pop sin perder la calidad a la que nos tenía acostumbrados.